Los 10 errores históricos más comunes

¿Sabías que los templos griegos estaban policromados? No eran edificios enteramente blancos. Los errores históricos son muy comunes, no te pierdas esta lista de los diez más interesantes.

1. Los templos griegos estaban policromados, no eran blancos. Los griegos solían pintar sus templos de azul, dorado y rojo. El color en la arquitectura es un rasgo muy frecuente en la zona del Mediterráneo. Se usaban colores planos y se seguían ciertas pautas para hacerlos resaltar.

2. Jesucristo nació en el año 5 antes de nuestra era, no en el 0, ni tampoco en el 1. Según los estudios de James Dunn (una de las mayores autoridades en el estudio del Nuevo Testamento), Jesús nació poco antes de la muerte de Herodes I el Grande, y el deceso este rey aconteció aproximadamente en el año 5 a. C. Por lo tanto Cristo nació antes de Cristo. Sorprendente. Además hay que aclarar que el año 0 no existe en el calendario gregoriano, ni en el juliano. Es decir que después del 31 de diciembre del año 1 a. C. comenzó el 1 de enero del año 1 d. C.

3. Los cascos de los vikingos no tenían cuernos. Esta confusión procede de que sus muertos eran enterrados con sus cascos y unos cuernos para que pudieran beber en la otra vida. Cuando se encontraron los enterramientos, se creyó que los cuernos se habían desprendidos de los cascos. Además, la imagen de los cascos vikingos con cuernos se extendió en la iconografía y se transmitió en el arte.

4. Una de las tres naves con las que Colón llegó a América no era una carabela, sino una nao. La Santa María era la mayor de las embarcaciones y la que el propio Colón capitaneó para liderar la travesía. En varias jornadas del viaje se califica al barco como nao. Este término se puede usar para aludir de forma general a un barco, pero en los siglos XIV, XV y principios del XVI se empleaba para referirse a un tipo más específico de buque.

5. En la tragedia de Shakespeare, Hamlet no recita el célebre monólogo «Ser o no ser, he ahí la cuestión» con una calavera en la mano. En la escena primera del tercer acto Hamlet no porta nada en sus manos. Sin embargo, en otro acto diferente este personaje sostiene una calavera en un cementerio. La fuerza de tal imagen se asoció a la potencia retórica del famoso discurso.

6. A las brujas de Salem las ahorcaron, no las quemaron. Debido a la histeria religiosa de la comunidad mayoritariamente puritana de Salem, se condenaron a 29 personas por brujería, de las cuales 19 fueron ahorcadas según los registros. Pero la muerte en la hoguera es una imagen que comúnmente se asocia a la persecución religiosa, por lo que es frecuente pensar que en Salem ocurrió lo mismo.

7. Los soldados de Napoleón no rompieron la nariz de la Esfinge de Guiza. Es difundida la creencia de que el ejército de Napoleón destruyó la nariz de la Esfinge con un cañonazo. Pero se han encontrado dibujos de la Esfinge sin nariz realizados por un explorador antes del nacimiento del propio Napoleón.

8. Hitler se suicidó, no huyó a Argentina. Heinz Linge, el ayuda de cámara y oficial de protocolo de Hitler, estaba presente en el Führerbunker en el momento del suicidio, vio el cadáver del dictador y dio testimonio de ello. El historiador Ian Kershaw afirma que los cuerpos de Hitler y Eva Braun estaban quemados en el moemento de ser encontrados por el Ejército Rojo. Sin embargo, no se sabe exactamente qué ocurrió con el cadáver. A ésto se le suma que las dudas sobre el cuerpo podían ser usado como un instrumento de propaganda en la Guerra Fría por parte de la Unión Soviética frente a EEUU. Además, muchos nazis se refugiaron en Argentina después de la Segunda Guerra Mundial, lo cual orientó las especulaciones en esta dirección. Algunos afirman que en documentos desclasificados de la KGB después de la disolución de la URSS se declara que se encontraron los restos mortales de Hitler y se enterraron en el jardín del cuartel de la NKVD en  Magdeburgo. Posteriormente, Yuri Andrópov  ordenó destruir en secreto los cadáveres. Pero no se sabe a ciencia cierta.

9. Siddharta Gautama alias Buda (el que ha alcanzado la iluminación) no sufría sobrepeso. Sin registros exactos sobre la apariencia de este personaje, lo que sí se puede aseverar es que su doctrina lleva a superar los obstáculos e ilusiones de la vida mundana, por lo que difícilmente se pudo haber dejado llevar por la sobrealimentación. No obstante, más allá de la conjetura, es frecuente confundir a Siddharta Gautama (Buda) que vivió en el Siglo IV a.C. con un monje zen que vivió en el siglo IX, llamado Hotei, Putai , o Budai. Este último personaje, el cual es confundido con Buda Gautama por el parecido de los nombres, sí ha sido descrito tradicionalmente como gordo, sonriente y benevolente. Parece que, con el tiempo, se fue creando entre ambos una cierta confusión proveniente de la homofonía Buddha/Bùdài.

10. María Antonieta no dijo «si no tienen pan, que coman pasteles» («Qu’ils mangent de la brioche»). Ya en su época, se difundió la creencia de que María Antonieta respondió con altivez y soberbia «que coman pasteles» a una muchedumbre que fue a protestar a Versalles por la falta de harina para hacer pan. No obstante, la historiadora Antonia Fraser afirma que la reina nunca pronunció tal sentencia, Stefan Zweig asegura que se trata de una confusión, pues fue una de las hijas de Luis XV quien dijo «si no tienen pan, que coman costra de pastel» ante la falta de pan, y Rousseau declaró en sus ‘Confesiones’ publicadas en 1782 que fue «una gran princesa» quien la dijo. En cualquier caso la frase fue famosa durante la revolución, y además recoge muy bien la distancia entre los gobernantes y su pueblo.

 

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