20 acciones que mejoran tu habilidad mental

Es habitual que muchas de las cosas que realizamos a lo largo del día se repitan en el tiempo, independientemente de la frecuencia; convirtiéndose así en actos cotidianos. La cotidianeidad se vale de atajos que nuestra mente emplea para facilitar la realización de tareas, consiguiendo el mismo resultado, con un gasto de recursos cada vez menor. Se trata de un proceso adaptativo y necesario, pero que puede limitar nuestras capacidades y habilidad mental.

Para mejorar esas capacidades, y desarrollar habilidades mentales cada vez más potentes, debemos romper esos atajos con el fin de crear nuevos caminos de resolución de conflictos. Esto mejorará a largo plazo no solo nuestro intelecto, si no nuestra percepción de nosotros mismos.

A continuación te dejamos con una lista de pequeñas acciones que puedes implementar en tu día a día y que fomentan la creación de nuevas conexiones y, por tanto, mejoran la habilidad mental.

1. Lee tanto como puedas

No importa si es un texto largo o corto. Da igual que sea una novela, un libro de instrucciones, artículos o la etiqueta del champú. Dedica un tiempo diario a leer información que desconoces.

2. Utiliza la mano contraria

Si eres diestro, trabaja la mano izquierda. Y si eres zurdo, la derecha. Ser ambidiestro es un trabajo de esfuerzo mental y físico que mejora las conexiones cerebrales de una forma muy eficiente.

3. Juega a videojuegos

Exponerte a “problemáticas complejas” en mundos imaginarios mejora la capacidad de planificación y, por tanto, de resolución de conflictos. El hombre más desarrollado es, sin duda, el  más capaz de adaptarse a situaciones difíciles.

4. Aprende una palabra nueva cada día

Búscala, memorízala, trabaja para entenderla e incorpórala a tu Big Data. El cerebro humano está desarrollado para aprehender el lenguaje en su más compleja forma. Dale un poco de trabajo diario y mejorará cada día.

5. Dibuja mandalas

Por un lado, el mandala permite la creación de líneas simples que, como el propio cerebro, se van complicando conforme te vas adentrando. Dibujarlos y colorearlos relaja la mente, preparándola para la siguiente exposición a estímulos complejos.

6. Adopta hobbies nuevos, rompe tu rutina

Exponernos a situaciones que no nos son conocidas, o que a priori no dominamos, desarrolla plenamente nuestras facultades. La adopción de nuevos hobbies implica un aprendizaje positivo, por tratarse de acciones que nos provocan bienestar.

7. Ve al cine, o busca buen contenido por televisión

Ver la televisión, o una nueva película, siempre que el contenido sea de calidad y alejado de lo banal supondrá un estímulo externo muy positivo. Esa exposición nos hará pensar y, por tanto, crear nuevos puntos de vista.

8. Transmite tu conocimiento

Cuando transmitimos nuestro conocimiento al resto del mundo realizamos de forma inconsciente un trabajo de entendimiento y comprensión absoluto. A ello se le añade el sobreesfuerzo que supone hacerse entender con claridad.

9. Sé ambiguo

Disfruta de lo que no es blanco ni negro. Lo evidente es sencillo y, por tanto, fácilmente comprensible. Aprende a encontrar el placer en la ambigüedad. Las paradojas y los efectos ópticos son un buen ejemplo.

10. Bloquea alguno de tus sentidos

Bloquea de forma consciente el uso de alguno de tus sentidos. El empleo de todos ellos simultáneamente nos facilita la supervivencia, prescindir de uno de ellos nos obliga a crear soluciones y a adaptarnos de nuevo a la realidad cotidiana.

11. Busca la conexión en temas independientes

Piensa en diversos temas que no tengan relación entre sí. Una vez hayas pensado en todos, busca conexiones que los unan. Analiza qué posibles perspectivas podrían tener relación aunque a priori no lo pareciese.

12. Captura tus ideas

Crea un banco de ideas. Lleva una libreta, o emplea tu smartphone para ello. A menudo nos surgen ideas que, debido a la suma de estímulos externos a los que nos enfrentamos, acaban cayendo en el olvido. Anótalo todo y léelo de vez en cuando.

13. Trabaja la captación y la observación

Dedica un día a contar las veces que visualizas el color azul, o una marca de coches. Prestar atención detalladamente a un estímulo concreto de forma consciente mejora la atención cotidiana en un plano inconsciente.

14. Aprende a deletrear rápido y cuando lo tengas, aprende a hacerlo al revés

Deletrear supone un esfuerzo de atención que mejora rápidamente la habilidad mental. Realizar esta actividad de forma continuada habitúa al cerebro, de modo que hay que ir añadiendo dificultad. Deletrea al revés, primero palabras simples, y luego palabras complejas.

15. Entiende tu cerebro

El cerebro es complejo, y su entendimiento supone mucho tiempo y esfuerzo. Sin embargo, conocer los aspectos más básicos de su funcionamiento y conexiones hará que sepamos diagnosticar qué parte estamos trabajando con cada ejercicio.

16. Dedica un tiempo al día para la soledad y la relajación

La soledad ha sido tan estigmatizada que ahora resulta complicado entenderla como algo positivo. Sin embargo, sin el espacio y el tiempo necesario para uno mismo, lejos de estímulos, es imposible tomar conciencia de quiénes somos.

17. Intenta resolver un problema desde el punto de vista de otra persona

Seguro que conoces lo suficientemente bien a algunas personas como para saber cómo se comportarían ante ciertas situaciones. Piensa en ello, e intenta resolver un conflicto sencillo poniéndote en la piel de alguien que no coincida habitualmente contigo.

18. Trabaja la sinestesia

Múltiples estudios han demostrado que la capacidad sinestésica no corresponde en exclusiva a un grupo reducido de personas. Se cree que todos somos sinestésicos al nacer, y que lo perdemos con el desarrollo. Trabaja en ello, en un plano consciente.

19. Anota tus sueños nada más levantarte

El único momento del día en el que cabe la posibilidad de que recuerdes tus sueños al detalle es nada más levantarte. Ten a mano una libreta y un bolígrafo y escribe todo lo que recuerdes de tu sueño. Una vez escrito, no olvidarás ningún detalle.

20. Lee cosas al azar aunque no te llamen la atención

No supone un esfuerzo para nadie leer una novela que nos gusta, o un artículo de un tema que nos interesa. Sin embargo, esto reduce nuestro campo de pensamiento. Lee cosas que no te gusten, y toma conciencia de la diversidad del mundo.

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