La ciudad del viento, como la conocen a la muy europea Chicago en ese lado del Atlántico, es famosa por su época del hampa, por el lago Míchigan y por una arquitectura que ha salido en más películas de las que recordamos y que merece para sí un artículo revisando el arte con que podamos toparnos al visitarla. Cómo no venirnos a la cabeza su sobreurbano, por así decir, ya que su metro elevado es tan clásico como el puente con sus torres sobre su río homónimo, que habremos visto tantas veces y sabemos reconocer, aunque nunca hayamos aterrizado en su aeropuerto de O’Hare.
Entre los muchos atractivos culturales de esta airosa ciudad está, como no podía ser de otra manera, la Chicago Sculpture International: un museo de escultura al aire libre. Museo interactivo… sin museo. Ya que podremos imbuirnos de las tres necesarias dimensiones que toda escultura necesita, allá donde nos topemos con alguna de las 53 piezas de reconocidos autores, que se reunieron gracias a esta iniciativa. Con el marco de sus espectaculares rascacielos de fondo. Aunque algunas tan sólo las encontraremos paseando por el imperdible Parque del Milenio. Hagamos selección de siete de ellas:
1. Crown Fountain
Causa curiosidad y una sonrisa inevitable, la enorme Crown Fountain del barcelonés Jaume Plensa, cuya pasión por las grandes formas ha tenido su posibilidad real en este hermoso parque, donde los paseantes pueden interactuar con ella. Nadie quedará indiferente ante la misma. Sus monolíticas formas contrastan con las imágenes que aparecen en sus dos torres de cristal confrontadas sobre un sobrio estanque de granito. Videos que surgen gracias a sus miles de LED, y que constituyen toda una atracción, independientemente de si alguien le da por reflexionar en la dualidad sobre la que el autor quiso evocar.
2. Cloud Gate
Algo parecido ocurrió con la popularmente conocida como «la alubia» o «the bean». Esto es, la escultura inicialmente nominada como Cloud Gate del artista anglo-indio Anish Kapoor. Su frío acero pulido, donde queda reflejada la ciudad, su entorno, y todo aquel que se acerque para jugar un poco a los espejos del Callejón del Gato madrileño de la obra de Valle Inclán, es un imán para todo paseante voluntario u ocasional. El omphalos bajo el gigantesco poroto, es el lugar preferido para tomar las mil y una tópicas fotos.
3. El Picasso
Pero no podemos pensar en Chicago y en escultura, sin buscar y hallar, para sorpresa de muchos, más artistas españoles. Entre otras cosas, porque la primera que se plantara al aire libre en 1967, en este caso en la zona histórica conocida como The Loop, es una del universal Pablo Picasso, frente al Centro Daley, donde reconoceremos los elementos característicos del malagueño. Se le conoce como El Picasso. Aunque tendremos que imaginar qué quiso plasmar el artista en ese maremágnum de formas de 15 metros en acero soldado. La mujer picassiana en su estado más abstracto, no cabe duda.
4. El Sol, la Luna y una Estrella (Miss Chicago)
Cerca del Ayuntamiento, y no muy lejos de la de su compatriota, un autor que nunca deja indiferente nos deja su legado y su rivalidad para dejar a Chicago una mujer que la represente. Por cómo se la conoce, parece que el catalán Joan Miró ha ganado la mano con su «El Sol, la Luna y una Estrella», y que popularmente es conocida como Miss Chicago. En esta escultura, el surrealismo del barcelonés es más que patente, con todos sus elementos diferenciadores bien a la vista.
5. Flamingo
Aunque el surrealismo no es patrimonio sólo de los artistas hispanos, por supuesto, y otro clásico a admirar es el flamenco que encontramos rodeado de edificios estilo Bauhaus. Obviamente no estoy hablando de un bailaor sevillano en medio de la calle Adams: me refiero al Flamingo del artista Alexander Calder, cuyo imposible escorzo de la presunta ave, contrasta con la rectitud arquitectónica que lo rodea, quedando tan tremenda obra como suspendida sobre nuestra cabezas de manera sorprendente.
6. Monument with Standing Beast
Claro que, con los títulos de las obras, es difícil saber qué se puede encontrar, como nos ocurre con Monument with Standing Beast («Monumento con la Bestia de pie»), del francés Jean Dubuffet, que parece como si nos topáramos con un cómic en tres dimensiones, aguardando a que desentrañemos la historia que parece contarnos. La idea incluso, según cuentan, es que sea una invitación, no sólo a acercarse a ella, sino a entrar en la escultura.
7. Agora
Como último apunte no puedo menos que citar una obra ciertamente desasosegante, o al menos esa es mi impresión que, para los amantes de las series, se podía ver en una escena no menos desasosegante, de la injustamente olvidada serie Boss, protagonizada por Kelsey Grammer haciendo de alcalde de Chicago: la del conjunto escultórico llamado Agora, situado en el parque Grant, de la artista polaca Magdalena Abakanowicz. Una serie de enormes figuras de hierro, torsos andantes descabezados y cada uno siguiendo un caminar sin rumbo, se cruzan en nuestro devenir, haciéndonos sentir, insisto, de todo menos sosegados. Impresionante no cabe duda de que lo es.
La Ciudad de Viento, está claro, no nos dejará ayunos en materia de arte. Y, como no podía ser de otro modo, precisamente, al aire libre.