- Capítulo 7×05: Guardiaoriente
- Guión: David Benioff y D.B. Weiss
- Director: Matt Shakman
- Nota:★★★1/2 (sobre 5)
Los que hemos seguido Juego de Tronos por ya más de seis años sabemos de la “regla no escrita” sobre el penúltimo capítulo de cada temporada; son capítulos épicos en donde suele haber sucesos muy impactantes y significativos que conmocionan a toda la comunidad que sigue esta serie. Cada vez estamos más cerca de llegar a ese punto de la temporada y acabamos de ver un muy buen antepenúltimo capítulo que pavimenta el camino y coloca todas las piezas en donde deberían de estar para que suceda la tan esperada ebullición.
Te presentamos este resumen y análisis que contendrá detalles sobre las escenas más significativas del episodio. Si no lo has visto, te recomendamos dejar de leer ahora mismo.
Detalles específicos sobre la trama (SPOILERS) a partir de este punto.
Lo que quedó de la gran batalla entre el león y el dragón
Bronn y Jaime reflexionan sobre lo que acaba de pasar en las orillas del río; la demostración de poder del ejército de Daenerys ha sido suficiente para que ambos reconozcan que ganar la guerra es virtualmente imposible. En esta escena nuevamente se enfatiza que la lealtad de Bronn tiende a ser flexible y que por más cariño que le haya podido tomar a los Lannisters, sus propios intereses tienden a estar antes que cualquier otra cosa. Esto será importante en una escena posterior.
Por otra parte, también es interesante ver la dualidad del personaje de Jaime; por una parte, en la última escena del capítulo anterior lo vimos jugando al caballero de la armadura brillante al enfrentar a un dragón con un ataque frontal, con la intención de su vida para poner fin a la guerra; y ahora vemos un lado más humilde y realista (tal vez derivado del horror de la batalla que acaba de experimentar), dándose cuenta que no van a poder ganar la guerra y es hora de cambiar el enfoque para evitar la extinción de su casa.
Otro personaje que parece también toparse con los horrores de esta nueva realidad es Tyrion, quien camina entre los escombros y cenizas de la batalla con una desangelada versión de “Las lluvias de Castamere” en el fondo, expresando de una manera muy semiótica la debacle que está viviendo su familia.
Daenerys juega su papel de conquistadora y le exige lealtad a los pocos soldados que sobrevivieron la intensa batalla. Randyll y Dickon Tarly levantan la cara como la casa orgullosa que son y afrontan las consecuencias de no jurarle lealtad a la Madre de los Dragones; la sentencia: muerte por fuego de dragón. Esta escena nos deja claro que en las venas de Daenerys corre esa sangre Targaryen que conquistó Poniente con sangre y fuego.
La Reina no se impacta con el recuento de los daños
Jaime regresa a la capital y le da Cersei el recuento de los daños; dejándole bastante claro que esta es una guerra que no podrán ganar; además, le informa que Tyrion es inocente de la muerte de Joffrey y le comparte la confesión de Olenna Tyrell.
Ante esta nueva información, Cersei se mantiene firme en su postura de pelear y luchar por la conquista de los siete reinos, inclusive incriminando a Jaime de no estar lo suficientemente comprometido por la causa y no estar dispuesto a dar su vida como un soldado más en esta guerra. Resulta interesante plantear la pregunta si esta postura de Cersei es derivada de su fuerte convicción y orgullo, o es resultado de la furia que le causa saber que Olenna le ganó un par de partidas sin que se diera cuenta y además tuvo el lujo de morir sin sufrimiento y dolor.
Los dragones empiezan a entenderse mejor
En uno de esos momentos memorables que nos dejan boquiabiertos, tenemos el primer encuentro cercano de Jon Snow con un dragón. Daenerys regresa de la batalla en el lomo de Drogon, quien aterriza cerca de Jon y se acerca a él; en un momento de mutuo reconocimiento en el que parece ser que Drogon percibe la mística sangre valyria que corre por las venas del Rey del Norte.
Daenerys está atenta a esta situación y parece que esto contribuye a que se genere más confianza y apertura entre ella y Jon; ahora los vemos intercambiando posturas sobre la guerra que están viviendo de manera más abierta y honesta. Daenerys sigue intrigada por el tema de la resurrección de Jon y justo cuando parecía que iban a ahondar sobre el tema, aparece Jorah Mormont, totalmente curado y con la intención de ponerse nuevamente al servicio de Daenerys.
Una gran victoria, más entendimiento con el Rey el Norte y el reencuentro con su consejero más preciado. Las cosas parecen mejorar para Daenerys Targaryen.
Al norte, la amenaza está cada vez más cerca
En Invernalia, Bran hace uso de sus poderes de Cambiapieles para hacer un reconocimiento aéreo usando una parvada de cuervos y observa que el Ejército de la Muerte y los Caminantes Blancos que fungen como sus comandantes, están cada vez más cerca, crecen en números y se aproximan hacia el castillo de Guardiaoriente; por lo que decide advertir a todos los siete reinos de manera inmediata. Algo interesante de esta escena es que el Rey de la Noche parece percibir la presencia de Bran en los cuervos, acentuando aún más la conexión que existe entre los dos.
En la Ciudadela, Sam ya tuvo suficiente
Los Grandes Maestres de la Ciudadela discuten la información que acaban de recibir de parte de Bran Stark y parecen no tomarse demasiado en serio la amenaza que viene del norte. Sam intenta hacerlos entrar en razón y hacerles ver la importancia que tiene la Ciudadela como el centro de información y conocimiento más respetado en Poniente. Los Grandes Maestres se mantienen escépticos e incluso le dan un enfoque político a esta información, situación que frustra a Sam de sobremanera.
Posteriormente se desahoga con Gilly en su cuarto y decide poner fin a su educación como Maestre para tomar un rol más activo en las guerras que están por venir, llevándose consigo un montón de libros y pergaminos con información que pudiera ser valiosa en la guerra contra el Ejército de la Muerte.
Resulta interesante ver que la Ciudadela está al tanto de los dramas políticos y la lucha por el trono, sin embargo, mantienen una postura bastante neutral y alejada de dichos acontecimientos.
En Rocadragón se traza el camino
Tyrion parece seguir afectado por la muerte de tantos soldados y se desahoga con Varys, quien por primera vez en toda la serie muestra un lado más vulnerable y humano, evidenciando que es imposible mantenerse frío y desapegado de toda la violencia y destrucción que genera la lucha de poder en Poniente. Ambos están preocupados y dispuestos a hacer lo necesario para evitar que Daenerys cometa los mismos errores que su padre.
Jon lee el mensaje de Bran y se topa con un montón de información de golpe: Arya y Bran están vivos y el Ejército de la Muerte marcha hacia Guardiaoriente. Tyrion sugiere capturar un Caminante Blanco para intentar negociar una especie de tregua con Cersei, un plan arriesgado sin ningún tipo de garantía.
Un punto importante de esta escena es que Jon se muestra como un líder fuerte y capaz de afrontar este problema por sí mismo, similar a lo que acaba de hacer Daenerys liderando el ataque contra el ejército Lannister en el capítulo anterior, situación que definitivamente hace que se fortalezca el vínculo de confianza y respeto que hay entre el Rey del Norte y la Reina Dragona.
La política se sigue intrincando en Invernalia
En el Concejo de Invernalia, los jefes de familia cuestionan a Sansa sobre las recientes decisiones de Jon Snow y le juran lealtad, pero ella se limita a reforzar la autoridad de Jon en el norte. Arya presencia toda la escena y no parece estar 100% convencida de la sinceridad de Sansa y se comienzan a generar fricciones entre ellas, además evidencia que su postura para resolver problemas es mucho menos diplomática.
Más adelante tendremos unas interesantes escenas en las que Arya está merodeando a Meñique y siguiendo de cerca todos sus movimientos, lo observa comprándole información a una doncella, teniendo conversaciones informales con líderes de casas norteñas y recibiendo a escondidas un pergamino. Arya sabe que algo anda mal y decide jugar el mismo juego de Meñique, ingresando sigilosamente a su cuarto para robar la información.
La carta que encuentra ahí es la mima carta que Cersei obligó a Sansa a escribir para reafirmar su lealtad hacia Joffrey Baratheon, carta que, de ser revelada, dañaría la credibilidad de los Starks como gobernantes del norte.
Meñique, como siempre, iba un paso adelante y vigila de cera los movimientos de Arya; todo parece indicar que esta situación salió exactamente como él quería, lo que enciende algunos focos rojos sobre el caos que pretende sembrar entre las casas norteñas y las hermanas Stark.
Desembarco del Rey, centro de reencuentros
Tyrion y Davos llegan a Desembarco del Rey gracias a las habilidades del contrabandista y cada uno va en busca de un viejo conocido.
En las catacumbas de la Fortaleza Roja, Bron decide poner su granito de arena para llegar a la paz y sirve de intermediario para reunir a Tyrion y Jaime, quienes no se ven desde que Jaime liberó a Tyrion y lo salvó de una ejecución. Esta esperada reunión resulta de lo más agridulce cuando sale a relucir la muerte de Tywin, un tema divisivo entre los dos leones.
Tyrion intenta justificar su patricidio, pero Jaime está renuente a escucharlo, lo que nos refuerza que la lealtad que tiene Jaime por su casa rebasa los límites de lo racional. Posteriormente Tyrion intenta negociar los términos que puedan poner fin a la guerra.
En un breve, pero importante paréntesis, Davos visita las llamadas Calles de Acero, donde se encuentran los mejores herreros de Poniente y se vuelve a encontrar con Gendry, quien le deja claro que llevaba un buen tiempo esperando una oportunidad para pelear por una causa justa y dejar de producir armas para los Lannisters. El bastardo Baratheon se vuelve a integrar a la historia y nos regala una escena donde hace gala de su maestría con un Martillo de Guerra, evidenciando que el espíritu luchador de los Baratheons también está presente en él. Ahora sólo nos queda cruzar los dedos esperando que tenga su ansiado reencuentro con Arya.
Jaime le plantea a Cersei las condiciones de la tregua con Daenerys, pero Cersei parece estar más interesada en prolongar y reforzar el control absoluto que tiene sobre Jaime. Primero le sugiere castigar a Bronn, y le deja claro que tiene la capacidad de vigilar todos y cada uno de sus movimientos. También juega una carta fuerte al revelarle a Jaime estar embarazada y reconociendo su paternidad, asegurando todavía más el apoyo y fe ciega que tiene Jaime hacia ella.
Hay que recordar que Jaime parece estar ansioso de poder ejercer una paternidad real y legítima desde la última escena que tuvo con Myrcella, y no podemos evitar sospechar que Cersei esté aprovechando la situación para manipular más a Jaime; especialmente por el hecho de que parecía estar secreteando algo con Qyburn al principio de la escena; incluso haciendo que nos cuestionemos si el tema del embarazo es real, o es parte del juego que está jugando Cersei.
El lobo blanco y su manada marchan hacia el norte
Jon y Jorah se despiden de Daenerys en las costas de Rocadragón para iniciar su camino en búsqueda de un cadáver del Ejército de la Muerte para intentar unir a los siete reinos en una sola lucha. No podemos evitar sentir la increíble química que hacen los personajes de Jon y Daenerys y nos quedamos con la sensación de que hubo cosas que quedaron sin decirse en este tiempo que pasaron juntos. Por supuesto, tenemos la esperanza de volver a tener más escenas con los dos.
En las últimas escenas del episodio, tenemos un interesante encuentro en el castillo de Guardiaoriente entre algunos de los mejores guerreros en la Historia de Poniente: Jon Snow, Gendry Baratheon, Tormund Matagigantes, Jorah Mormont, Thoros de Myr, Beric Dondarion y Sandor “El Perro” Clegane; siete guerreros que han vuelto de muertes literales o metafóricas, todos unidos finalmente en la antesala de la guerra más importante en la historia de La Canción de Hielo y Fuego, la lucha divina contra el Rey de la Noche.
Cerramos el capítulo con el túnel del muro abriéndose, y los siete guerreros abriéndose camino hacia la niebla, listos para enfrentar la más grande amenaza que ha visto Poniente, y pavimentando el camino para la intensidad que caracteriza al penúltimo capítulo de cada temporada de esta maravillosa serie.
Lo bueno
- Tal vez fue un capítulo con poca acción, pero se compensó con muchas conversaciones interesantes con reflexiones profundas sobre dónde estamos parados a nivel trama.
- El “Dream Team” de guerreros legendarios que se formó al final del episodio.
- Todas las piezas están en su lugar para continuar la tradición de un intenso penúltimo capítulo.
- Giro interesante en la trama de la Ciudadela.
- La escena de Jon y Drogon.
Lo malo
- El comportamiento de Arya parece inconsistente con el capítulo pasado, y no es la primera vez que este personaje sufre de esto.
- El reencuentro entre Daenerys y Jorah tal vez dejó un poco a deber en términos de emocionalidad.
- La bomba que leyó Gilly en la Ciudadela sin que Sam pusiera atención (vean más detalles sobre esto en nuestra nota sobre los 10 detalles del episodio).