William Wallace, la leyenda del libertador de Escocia

Fotograma de Braveheart.

Cuando toda Escocia se encontraba ocupada por los ingleses, un hombre se alzó en armas, logrando unificar a los diferentes clanes escoceses que ansiaban su libertad. Durante años puso en jaque a las fuerzas enemigas, hasta que finalmente fue apresado y brutalmente ejecutado. La historia de William Wallace es una de las más fascinantes de la Edad Media. Se trata del relato de la valentía y de la lucha por la libertad de un pueblo.

William Wallace (1270-1305) ha sido elevado a la categoría de leyenda de una nación, lo cual lleva a empañar el acceso a la historia real del personaje. Los cuentos populares y las leyendas, así como la escasez de documentos, hacen difícil la tarea de cribar con objetividad los hechos auténticos de las mitificaciones de lo ocurrido. Ahora bien, no cabe duda de que se trata de una de las historias más fascinantes de la Edad Media en Europa. Una de las fuentes principales de las peripecias de Wallace es el poema The Actes and Deidis of the Illustre and Vallyeant Campioun Schir William Wallace escrito por Blind Harry en torno al año 1477, es decir, 172 años después de que William Wallace muriera. Sin embargo, la precisión histórica del texto se ve con frecuencia puesta en entredicho. La imagen de William Wallace ha servido de inspiración literaria para escritores posteriores como el caso del poeta escocés Robert Burns. A partir del éxito de la película Braveheart dirigida y protagonizada por Mel Gibson, tras su estreno en 1995, la historia de William Wallace ha pasado a ser mundialmente conocida. A continuación relatamos los episodios más característicos en el imaginario colectivo de la leyenda de William Wallace.

William Wallace es la figura más representativa de la lucha por la libertad escocesa, pues logró unir a los diferentes clanes escoceses bajo la misma finalidad de enfrentar a los ingleses. La explicación de esta condición exige una breve y simple contextualización histórica. Sin remontarnos al origen de Escocia, cabe señalar que en el siglo X Britania se encontraba dividida en territorios gobernados por diversos grupos: los escoceses combatían con los vikingos por el control del norte, los britanos residían en el centro (tras el muro de Adriano), y el sur estaba poblado por anglos y sajones. Los britanos confrontaron con los escoceses al ser empujados por anglos y sajones hacia el sur del territorio escocés. En 1016 los escoceses resultaron victoriosos contra los britanos en la batalla de Carham y, de este modo, se conformaron las fronteras de Escocia, similares a las de hoy.

Lo que nos acerca a la historia de William Wallace es la llegada al trono escocés de Alejandro III en 1249. Este monarca derrotó a los vikingos en la batalla de Largs, y lograron hacerse fuertes. En 1272 Eduardo I se convierte en rey de Inglaterra y nace William Wallace (con una horquilla entre 1267 y 1276). Alejandro III contrajo matrimonio con la hermana de Eduardo I, pero a los pocos años la reina murió, al igual que sus tres hijos. Tras los funestos hechos, el rey se casó en segundas nupcias con Yolanda de Dreux, pero acabó falleciendo (el rey) en 1286. Apareció un descendiente directo de Alejandro III: su nieta Margaret, la cual era hija del matrimonio entre el rey Erik II de Noruega y la fallecida hija de Alejandro III. El rey Eduardo tenía la intención de casar a su hijo (el príncipe de Gales) con la pequeña Margaret. Sin embargo, la futura reina de Escocia feneció en el viaje de Noruega a esa tierra.

En este ambiente, tanto los clanes escoceses más importantes como el rey de Inglaterra reclamaron su derecho al poder escocés. En esos momentos Eduardo I logró dominar Gales e Irlanda y pretendía hacerse también con Escocia. Tras la muerte de Margaret, “la doncella noruega”, Eduardo I se autoproclama rey de Escocia en 1290. Sin embargo, en 1292 John Balliol fue asumido como rey del mismo territorio por parte de la aristocracia escocesa.

La guerra entre Escocia e Inglaterra se desencadenó a partir de la reacción de John Balliol ante la petición de Eduardo I de una cantidad exagerada de dinero y tropas para combatir en la guerra contra Francia aprovechando la relación de vasallaje que mantenían, por lo el rey escocés firmó la Auld Alliance. Este acuerdo comprometía e Escocia a cooperar con Francia en la guerra. Las batallas por territorios y castillos se sucedieron hasta el año 1296, en el cual Inglaterra venció decisivamente a Escocia en la batalla de Dunbar. Eduardo I depuso a John Balliol y se adueñó de Escocia anunciando su incorporación a Inglaterra. Eduardo I fue conocido como el Martillo de los Escoceses por la contundente victoria. Desde entonces, el odio, la crispación y el nacionalismo escocés crecieron.

Estatua de William Wallace en Aberdeen. Esculpida por William Grant Stevenson.

William Wallace nació en Elderslie, siendo el segundo de tres hijos. Sir Malcolm Wallace, el padre de William, era de la nobleza menor de Escocia. El clan vivía en bienestar económico por las tierras. William Wallace vivió en su juventud el tumulto social sucedido tras la muerte del rey escocés Alejandro III. Su padre y su hermano mayor, el heredero del patrimonio, gestionaban las propiedades de la familia y se reunían para conspirar con el resto de la nobleza contra el peligro de la intromisión inglesa. Los clanes aristócratas escoceses consideraban de modo adverso la obligación de pagar impuestos al monarca de Inglaterra.

La trayectoria de William Wallace estaba destinada a la vida religiosa, algo común entre los hijos no primogénitos de los nobles. Así, William se formó con su tío paterno que era clérigo en las disciplinas propias de la vida eclesiástica. Tuvo una formación clásica, estudió lenguas, se formó en historia, filosofía y matemáticas; cabe suponer que se educó en el Trivium y el Quadrivium de las artes liberales. Su itinerario hacia el clero se vio truncado debido a las hostilidades y las disputas crecientes entre escoceses e ingleses, puesto que en una de ellas su padre, Malcolm Wallace, resultó muerto.

William Wallace pasó una temporada en Dundee con otro tío clérigo. En esa localidad tuvo un incidente que cambió la trayectoria de su vida. Tras la muerte de su padre, William Wallace se topó con el hijo del gobernador de la zona que iba acompañado de otros tres ingleses más. El grupo de jóvenes se burló del escocés, por lo que William los enfrentó. William Wallace venció a sus contrincantes en la refriega callejera, debido a lo cual los cuatro ingleses resultaron muertos. Después del suceso, Wallace huyó para esconderse con su tío, al que le contó lo que había sucedido. Éste le recomendó que se refugiara en los bosques para que no le llegara el castigo de los ingleses. Así lo hizo, y se formó en torno a él un grupo de oposición al poder inglés: primero como bandidos y fugitivos y luego como ejército guerrillero rebelde. El arma característica eran las largas espadas claymore.

Fotograma de Braveheart.

La fama de Wallace fue en aumento entre los escoceses y, por tanto, también entre las fuerzas enemigas. En cierto momento, tras un ataque, fue apresado. No obstante, Wallace logró salir de la prisión, no se sabe si por alguna estratagema suya, porque lo consideraron muerto por inanición o por la acción de rescate de simpatizantes. En cualquier caso, Wallace empezó a reunir más hombres para la liberación de Escocia. La rebelión había empezado y los asaltos y capturas de territorios, enclaves y fortificaciones se realizaban con éxito por parte de los escoceses.

En lo que respecta a su vida sentimental se sabe más bien poco. Estuvo con Marion Braidfute, la cual fue capturada y ejecutada públicamente por los militares ingleses. Este hecho desembocó la ira de Wallace, el cual devastó la guarnición de Lanark que apresó a su compañera. Mientras que los ingleses se esforzaban por reducir a Wallace, éste siguió avanzando en la guerra atacando unidades militares. Los nobles escoceses empezaron a apoyar a Wallace. Sin embargo, en 1296, como ya se ha mencionado, Eduardo I vence de un modo rotundo en la batalla de Dunbar, la primera gran batalla entre Inglaterra y Escocia. La aristocracia del lado de la casa Balliol quedó mermada. Los únicos capaces de continuar la oposición eran Robert del clan Bruce, sir Andrew de Moray y el héroe de la lucha popular por la libertad, William Wallace.

Tras la victoria, Eduardo I reforzó sus posiciones en Escocia. El lugarteniente que escogió fue John de Warenne , el que fuera conde de Surrey y Sussex. Las fuerzas inglesas estaban determinadas a acabar con la rebelión escocesa. En 1297 ingleses y escoceses se volvieron a enfrentar en una gran batalla, esta vez los escoceses se hicieron con la victoria. Los soldados de Andrew de Moray junto con los de William Wallace, aun en inferioridad, se hicieron con el punto estratégico de Stirling frente a John de Warenne. La estrategia en la batalla y el ardor en la lucha de William Wallace forzaron la retirada de las tropas inglesas aniquiladas. Robert de Bruce hizo caballero a William Wallace y fue nombrado Guardián de Escocia. Esta fue la cumbre de la leyenda del héroe, pues consiguió echar a los ingleses con la victoria en la batalla del Puente de Stirling.

Recreación de la batalla del Puente de Stirling.

En pleno apogeo de la figura de William Wallace tras expulsar la injerencia inglesa, empezó una invasión del territorio enemigo. Ante la ofensiva, Eduardo I, el propio rey, comandó un ejército en 1298 contra Escocia. Wallace practicó la estrategia de la tierra quemada (quemar todo lo que el enemigo pueda usar) frente a las ingentes huestes militares inglesas. En esta contienda, los condes escoceses de Dunbar y de Angus traicionaron a Wallace revelando a Eduardo I el ataque sorpresa que se pretendía llevar a cabo en Falkirk. Sea cierto o no el suceso, el caso fue que las tropas inglesas no regresaron, sino que se prepararon para el combate en Escocia. De este modo, los ejércitos se enfrentaron una vez más en la batalla de Falkirk, con la final victoria de Inglaterra. En el combate, los escoceses detuvieron la embestida de la caballería inglesa con lanzas largas, pero nada pudieron hacer contra los arqueros de tiro largo. La caballería de Robert de Bruce no entró en batalla, favoreciendo la victoria de Eduardo I. William Wallace escapó y se cree que viajó a distintos países europeos buscando apoyos. Robert de Bruce, al parecer arrepentido por traicionar a Wallace, rechazó el vasallaje a Eduardo I y resistió en sus tierras.

En 1303 Wallace regresó a Escocia. La posibilidad de una alianza con Francia desapareció, puesto que ese mismo año se firmó un acuerdo de paz entre este país e Inglaterra. Eduardo I vencía sin problemas a las fuerzas de la resistencia de Robert de Bruce, y en 1304 tomó en castillo de Stirling. Ante el triunfo inglés, los nobles escoceses quisieron llegar a acuerdos con Eduardo I, pero el rey no los aceptaría hasta que le entregaran a William Wallace. En 1305 John de Menteith lo entregó a los ingleses. William Wallace fue delatado por su sirviente Jack Short o, al menos, eso se cree.

Recreación del juicio de William Wallace por Daniel Maclise.

Este fue el final para William Wallace. El juicio lo condenó a muerte por traicionar al rey y se lo castigó en consecuencia. Fue tratado como un criminal y traidor, y no como soldado enemigo. Se le aplicaron diversas penas brutales de manera sucesiva: lo arrastraron desnudo, lo colgaron para ahorcarlo con la prudencia de que no se le rompiese el cuello para después descolgarlo antes de morir. Se cuenta que, aún vivo, lo emascularon y lo evisceraron y quemaron sus órganos delante de él. Finalmente, le cortaron la cabeza. Sus restos se conservaron y se repartieron por Inglaterra.

La leyenda cuenta que aguantó los castigos sin lamentos ni quejas y que el público terminó exigiendo clemencia ante la brutalidad. Lo que es cierto es que Escocia acabó consiguiendo su independencia en 1314 tras ganar en la batalla de Bannockburn gracias a las tropas del entonces rey Robert de Bruce, culminando el legado del valor de William Wallace.

William Wallace por Demacros. Fuente: DeviantArt

Bibliografía

Cebrián, J. A. Pasajes de la Historia. Ed. Planeta, 2009: Madrid.

Cowan, E. J. The Wallace Book. Ed. John Donald, 2007: Edimburgo.

National Geographic. William Wallace, el héroe trágico de Escocia. (Online: http://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/william-wallace-heroe-tragico-escocia_11826/1).

Sobre Escocia. William Wallace, la leyenda de un guerrero. (Online: https://sobreescocia.com/2008/08/17/william-wallace-la-leyenda-de-un-guerrero/).

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