La historia de Papá Noel

San Nicolás de Bari y Santa Claus

Papá Noel o Santa Claus es el símbolo navideño más extendido por el mundo. Esta figura se ha sobrepuesto al sentido religioso de las festividades de estas fechas y ha instaurado una de las tradiciones más difundidas. El carismático personaje tiene toda una mitología y un relato legendario a su alrededor. Este popular emblema de la Navidad se ha ido fraguando a lo largo de la historia hasta llegar a la imagen actual, teniendo en el proceso diversas evoluciones de interés.

Es un dato conocido que la figura histórica que sirvió de base para la conformación de la navideña tradición de Papá Noel es San Nicolás de Bari, obispo de Mira. Este clérigo fue especialmente venerado en el mundo cristiano medieval. Dicho hecho llevó a mitificar su historia y a sobredimensionar su bondadoso carácter. De este modo, lo que se narraba de él eran sus extraordinarios milagros y su querencia por los desfavorecidos y los niños, a quienes ayudaba con su favor, su labor y sus pertenencias.

San Nicolás de Bari.

Nicolás de Bari vivió entre los siglos III y IV. La tradición cuenta que tras la muerte de sus progenitores donó sus bienes a las personas pobres y se trasladó a Mira desde Patara. Durante el mandato del emperador Licino fue arrestado por la persecución a los cristianos y como castigo le quemaron la barba. Posteriormente fue liberado en la época de Constantino. Nicolás asistió y colaboró en el famoso Concilio de Nicea y condenó el arrianismo.

Entre los múltiples milagros dizque obró, son especialmente llamativos aquellos en los que resucita a niños. Esto ocurrió muchas veces: resucitó a tres niños que murieron al caer de un árbol y a otros tres que mataron para servirlos como comida en una taberna. Los milagros tienen diversas versiones y distinto simbolismo.

El sitio que se asocia a san Nicolás es Bari, a pesar de que fuese el obispo de Mira. Esto se debe a que sus santos restos fueron puestos a resguardo en la ciudad de Bari tras la conquista musulmana de Anatolia. El culto a San Nicolás ganó mucha fuerza en la ciudad italiana, en la cual se le atribuyeron milagros por orarle.

La festividad de san Nicolás es el 6 de diciembre. Tradicionalmente ha sido un santo vinculado a las cercanías del importante momento anual del solsticio de invierno, tiempo en el que también se ubicó la Navidad. Consiguientemente, es razonable pensar que es verosímil la conjetura por la cual, a partir de estos elementos, se fue fraguando en las distintas regiones europeas la figura de un “Papá Navidad”, cada uno con sus particularidades. A esto harían referencia las expresiones “Père Noël” en Francia o “Babbo Natale” en Italia. En las zonas hispanohablantes se ha castellanizado el vocablo francés, dando como resultado la célebre voz “Papá Noel”.

A continuación, según la hipótesis más aceptada y extendida, la festividad cristiana europea se trasladó a América del Norte a través de los holandeses que, en 1625, fundaron la colonia de Nueva Ámsterdam. La Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales estableció un alojamiento fortificado en la zona sur de Manhattan con la finalidad de controlar la entrada al valle del Hudson con objetivos comerciales. Con el tiempo, este asentamiento acabó convirtiéndose en la ciudad de Nueva York. En el año 1664 los ingleses se hicieron con el control del asentamiento y, por el Tratado de Westminster, le dieron su nuevo nombre.

Plano de Nueva Ámsterdam.

A principios del siglo XIX, existieron dos escritores que contribuyeron de modo determinante en la formación de la imagen actual del mítico personaje. En primer lugar, Washington Irving inventó el término Santa Claus derivándolo de la palabra neerlandesa para nombrar a la fiesta de san Nicolás: Sinterklaas, en su satírica obra Historia de Nueva York de 1809. Otras formas germánicas que guardan parecido son Sankt Nikolaus o Santiklaus. En segundo lugar, Clement Clarke Moore definió muchas de las características actuales de Papá Noel con su poema Una visita de San Nicolás de 1823. Moore ideó un personaje con una larga barba de color blanco, rollizo, cachigordo, mofletudo y con un carácter de “duende travieso”.

Después, Thomas Nast dibujó su fisionomía, delineándolo como un gordo bonachón. Es en el siglo XIX cuando se vinculó esta imagen con el festivo navideño y con una tradición de naturaleza familiar ligada a los regalos principalmente para los niños. Otro hito importante fue el libro The Life and Adventures of Santa Claus escrito por Lyman Frank Baum en 1902. Este modelo Estadounidense de Santa Claus acabó llegando a Europa a través de Inglaterra y se extendió por todo el mundo.

Ilustración de Thomas Nast.

Hay que tener claro que a principios del siglo XX ya era normal la representación de Papá Noel con un ropaje de color rojo. Si bien es cierto que no era el único color usado, también hay que decir que las inclinaciones estilísticas de los ilustradores, en muchas ocasiones, adoptaban el rojo como el color característico del personaje. Coca-Cola no convirtió en rojo a Papá Noel. No obstante, también es verdad que las ilustraciones publicitarias de esta marca sí impulsaron el establecimiento de la imagen actual, que es únicamente roja. La leyenda urbana que explica que Coca-Cola cambió el color de Papá Noel es cierta sólo parcialmente, pues sí popularizó esta imagen pero ya existían representaciones similares con anterioridad.

El Santa Claus de Coca-Cola fue ilustrado por Haddon Sundblom, quien fue contratado por la agencia D`Arcy que era la encargada de la compaña del momento de Coca-Cola. Su primera aparición fue en el año 1931 y tenía el objetivo comercial de dirigirse a los consumidores más jóvenes, por lo que se lo dotó de una imagen más cándida y amable. La representación del duende intrépido fue cediendo a la del anciano afectuoso y referente del buen comportamiento, lo cual acentuaba la faceta familiar del personaje. Sundblom construyó un Santa Claus humano y entrañable que tuvo éxito en el imaginario y la aceptación de la sociedad norteamericana. Su difusión cultural fue impulsada por el éxito comercial de la marca de refrescos que, tras la Segunda Guerra Mundial, se expandió de un modo desorbitado.

Ilustración de Haddon Sundblom.

La dimensión religiosa desapareció por completo del particular san Nicolás estadounidense. Sus características se delinearon conforme al consumismo y a la pluralidad religiosa de la sociedad de Estados Unidos. Coca-Cola y Sundblom fueron precursores, junto con otros casos como el de Walt Disney, en ligar la industria y la dinámica empresarial a los dispositivos culturales. La industria cultural pasó a ser determinante, lo cual implica no sólo que la cultura se produzca industrialmente, sino que la industria adopta formas de diferenciación cultural. El Santa Claus de Coca-Cola es uno de los casos más representativos de la combinación entre la forma mercantil y las expresiones culturales.

 

 

Fuentes

¿Es Santa Claus un invento de Coca-Cola? ABC. 11/12/2017.

Papá Noel: origen, historia y evolución de un símbolo navideño. Columna Zero. 20/12/2016.

Ramos Serrano, M. “Santa Claus de Coca-Cola”. En 50 Imágenes Para la Historia de la Comunicación. Imago Mundi. VVAA. Ed. Tirant. 2017.

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