¿Qué es el Quiromasaje?
También conocido como “masaje terapéutico”. Se trata de un método para dar masajes caracterizado por la exploración, llevada a cabo gracias a la palpación.
Las manos ejercen presión en los diferentes órganos y localizaciones del cuerpo. Así, se consiguen efectos reguladores sobre el dolor, las distintas sensaciones de energía, el estado de ánimo, y la mente en general.
Según el objetivo del tratamiento que se vaya a aplicar o a recibir, se pueden llegar a obtener efectos directos o reflejos sobre el propio cuerpo.
El origen del Quiromasaje
Los primeros registros que se tienen en la actualidad del uso de la palabra provienen de la Antigua Mesopotamia.
En España, el primer doctor en utilizar el término fue V. L. Ferrándiz García.
Su uso se popularizó gracias a los grandes resultados que arrojó como tratamiento para los heridos de guerra.
En la piel del ser humano, existen cinco millones de receptores destinados al tacto, y todos ellos envían impulsos nerviosos a nuestro cerebro gracias a la médula espinal.
Además, el tacto es uno de los primeros sentidos en desarrollarse, y existen evidencias que muestran que es uno de los últimos en desaparecer.
Cuando un paciente recibe un masaje, el flujo de información a través de los sentidos se activa, favoreciendo la comunicación sensorial. El cuerpo y la mente reaccionan en consecuencia llegando a mejorar su estado durante y después de la terapia.
La curación a través del contacto está cada día más integrada en el contexto médico. No obstante, la masoterapia como método curativo aparece por primera vez en un documento escrito en chino cuya creación tiene hasta 3.000 años de antigüedad.
Culturas como la egipcia, la hindú o los antiguos persas también desarrollaron sus propias técnicas de curación manuales.
El Quiromasaje como técnica de sanación
Los beneficios relacionados con esta terapia son múltiples.
Desde su origen, el masaje más sencillo es capaz de proporcionar relajación y favorecer la estimulación del sueño.
La aplicación de técnicas más complejas permite incluso la curación de dolencias específicas del organismo humano.
Estos son algunos de los efectos que se pueden obtener gracias al Quiromasaje:
Efectos mecánicos: Relación de efecto entre la fuerza mecánica que se ejerce en cada maniobra que afecta al tejido.
Efectos fisiológicos-higiénicos: Potencia la higiene postural e incrementa la salubridad cuerpo-mente en combinación con una dieta equilibrada y la práctica de ejercicio.
Efectos preventivos: Gracias a la palpación de las distintas áreas, se pueden definir zonas de tensión o posibles lesiones. La función del terapeuta es siempre la de informar al paciente de su estado tras la exploración y guiarle en la toma de decisión del posible tratamiento.
Efectos terapéuticos: El masaje mejora la circulación, ayuda a recobrar la movilidad restringida en los tejidos dañados y alivia el dolor. Además, optimiza la conciencia sensorial.
Efectos estéticos: Gracias a la movilización de los tejidos, el masaje favorece un efecto de arrastre mecánico semejante al de la exfoliación, ayudando así a eliminar las células muertas. El masaje, además, puede estar enfocado a mejorar la estética del paciente, incluyéndose movimientos de drenaje que eliminan los depósitos grasos y recuperan el tono muscular.
Efectos psicológicos: La sensación de relajación producida al recibir un masaje aporta tranquilidad, seguridad y confort. Alivia notablemente la tensión física y mental.
La profesión de quiromasajista está en boga, y una buena formación es clave para el correcto desarrollo de la práctica.
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