Aristóteles tuvo a Platón como maestro y dedicó su vida a saciar su deseo de conocimiento. Muchos de sus conceptos han marcado la historia del pensamiento y han permitido el desarrollo del conocimiento, ya sea por suscribirlos o por discutirlos y rechazarlos. Esto se pone de manifiesto con las ideas de sustancia y categoría.
Sus investigaciones y sus líneas teóricas marcaron la trayectoria del saber occidental. Fue discípulo en la Academia de Platón y posteriormente fundó el Liceo. Fue un polímata e investigó sobre temas tan variados como la biología, la física, la lógica, la metafísica, la astronomía o la retórica.
“Todos los hombres desean por naturaleza conocer”. De este modo empieza el libro primero de la Metafísica. Ésta sería una ciencia buscada por Aristóteles que pretende constituirse como “ciencia de lo que es en tanto que es y los atributos que le pertenecen por sí mismo”. Dicho saber no sería particular, puesto que la filosofía primera se ocuparía universalmente de lo que es.
El término “metafísica” lo acuñó Andrónico de Rodas en la organización de las obras de Aristóteles. Andrónico dedicó buena parte de su trabajo a compilar los escritos del Estagirita y es bajo esta particular circunstancia como le dio título al conjunto de escritos relativos a una filosofía primera (próte philosophía). A estos textos los denominó tá metá ta physiká, es decir, “los que están más allá de la física”, refiriéndose al espacio que se ubicaba después del que ocupaban los libros de la Física.
“Todos los hombres desean por naturaleza conocer”
La sentencia destacada justifica la labor teórica que Aristóteles ha emprendido, pues si todos deseamos por naturaleza conocer, entonces el conocimiento de lo que existe y sus causas tiene valor por sí mismo independientemente de la utilidad que se le pueda extraer. Más aún, así empieza la justificación de la investigación sobre “las primeras causas y los primeros principios”.