Blaise Pascal fue un matemático y un físico que ha pasado a la historia por sus contribuciones en el campo de la geometría y de la mecánica de fluidos. Pero también fue un cristiano devoto y le preocuparon mucho las cuestiones teológicas.
Una de sus contribuciones más importantes en este campo fue la llamada apuesta de Pascal o apuesta Pascalina. Sucintamente, lo que viene a decir es que creer en Dios es la apuesta más racional a la que podemos optar. Como no podemos demostrar si Dios existe o no, Pascal como buen hombre de ciencia quiso probar por medio de un cálculo estadístico que es mucho mejor creer que no creer. Planteó dos escenarios que a su vez se subdividen en otros dos:
- Puedes creer en Dios; si existe, entonces irás al cielo. Ganarás el premio gordo: la vida eterna.
- Puedes creer en Dios; si no existe, entonces no ganarás nada. Habrás perdido el tiempo en vida, pero aun así el haber creído en Dios te habrá ayudado en los momentos difíciles.
- Puedes no creer en Dios; si no existe, entonces tampoco ganarás nada.
- Puedes no creer en Dios; si existe, entonces no irás al cielo. Te quedará a las puertas.
Es una cuestión de cálculo. Si crees en Dios Tienes mucho que ganar y muy poco que perder. Esta es su argumentación.
«Todos los hombres son llevados a creer no por pruebas, sino por atracción»
La presente cita de Pascal pertenece a El Arte de la Persuasión. Lo que dice es que normalmente asumimos las creencias por afinidad de la voluntad, a pesar de que todo el mundo acepta que es la razón la que justifica las creencias y por la que las debemos aceptar o rechazar. Y en este caso su consideración está desprovista de las referencias a las verdades divinas.
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