El rey Enrique VIII de Inglaterra gobernó durante los años 1509 y 1547. Fue el segundo de la casa Tudor. Este monarca es particularmente conocido por el ejercicio de un poder absoluto, por la unión de Inglaterra con Gales y por llevar a cabo la ruptura con la Iglesia católica, iniciando así la andanza de la Iglesia anglicana.
Tan conocidos como las acciones políticas de Enrique VIII, y en ocasiones relacionados con ellas, fueron sus sucesivos matrimonios. El prominente rey de Inglaterra y señor de Irlanda llegó a casarse hasta en seis ocasiones a lo largo de su vida.
Su primera esposa fue nada más y nada menos que Catalina de Aragón, la mismísima hija de los Reyes Católicos: Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón. La desventura matrimonial estuvo en el inicio formal de la ruptura con la Iglesia romana. La alianza de Inglaterra con el mundo católico eclesiástico papal e imperial español entró en quiebra con el divorcio de Catalina en 1533 mediante una Ley del Parlamento. Un divorcio no aprobado por el Clemente VII, que se opuso a la anulación matrimonial solicitada por Enrique en 1527. Este fue un acto contundente en medio de la convulsión europea por la Reforma protestante.
La segunda esposa de Enrique fue Ana Bolena. Nacida en la aristocracia, se educó en Francia y al regresar a Inglaterra ejerció de dama de compañía de la reina Catalina de Aragón. Ana Bolena dio a luz a la que posteriormente se convertirá en la reina Isabel I, una de las más relevantes monarcas de Inglaterra. Esta reina consorte acabó su vida siendo decapitada en 1536 tras ser acusada de adulterio, incesto y traición. Su figura fue posteriormente ensalzada por personajes como John Foxe y elevada a mártir de la cultura Protestante inglesa.
La tercera mujer del monarca inglés fue Juana Seymour. Esta sucedió a Ana Bolena como reina consorte casándose el mismo año de la ejecución de la anterior. Fue la madre de un varón que más tarde se convertirá en el rey Eduardo VI de Inglaterra tras la muerte de Enrique VIII. El parto fue complicado y le provocó graves daños. Doce días después de dar a luz Juana Seymour falleció, en el año 1537. Fue la única mujer de Enrique en recibir un funeral acorde a su rango.
El cuarto matrimonio lo contrajo Enrique con Ana de Cleves. Esta unión fue corta, pues apenas duró seis meses, del 6 de enero al 9 de julio de 1540. En junio se le ordenó abandonar la corte y en julio se le pidió el consentimiento para la nulidad del matrimonio. No obstante la brevedad, el final de la relación no fue muy truculento; antes bien, fue tan amigable que Ana fue recompensada con propiedades y mantuvo una buena relación con el rey. Fue conocida como «la querida hermana del rey».
La quinta esposa de Enrique fue Catalina Howard. Era la prima Ana Bolena, la segunda esposa del mismo marido y sufrió el mismo destino. También era pariente lejana de Juana Seymour. Tras ser amante del rey durante meses, Catalina contrajo nupcias con Enrique el mismo mes y año que la anulación del matrimonio anterior. La diferencia de edad era patente, rondaba los 30 años de distancia. Debido a sus correrías amorosas fue encerrada en la abadía de Middlesex y finalmente fue trasladada a la Torre de Londres para ser ejecutada el 13 de febrero de 1542. Sus amantes Thomas Culpeper y Francis Dereham también fueron ejecutados.
La sexta y última esposa de Enrique fue Catalina Parr. Ella fue la única de las seis que sobrevivió a su marido. Catalina de Parr también amontonó un buen número de maridos, pues llegó a contraer nupcias hasta en cuatro ocasiones. Se casó con Enrique en julio de 1543 y cuatro años después el monarca murió. Menos de dos meses más tarde del deceso de su marido contrajo matrimonio con Thomas Seymour, hermano de la difunta reina consorte Juana Seymour. Catalina murió el 5 de septiembre de 1548, seis días después de dar a luz a su única hija. En marzo de 1549 Thomas Seymour fue ejecutado en la Torre de Londres.