Rodesia, hoy día Zimbabwe, fue una de las cátedras de contrainsurgencia más respetadas dentro de la historia militar gracias a los Selous Scouts. Junto a sus vecinos sudafricanos, fueron el foco contra la descolonización de África.
El contexto en África
África austral fue el terreno de una serie de conflictos bélicos dentro del tablero de la dialéctica de Estados e Imperios. Mientras que los Imperios coloniales francés, británico, belga y portugués se desmoronaban, los Estados Unidos de América, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y la República Popular de China se disputaban el monopolio de las nuevas naciones africanas, producto de la descolonización, apoyando a uno y otro grupo nacionalista, así como a sus distintos focos guerrilleros.
Rodesia del Sur, una colonia británica de África austral, declara su independencia unilateral en el año 1965. Lo hace como respuesta a los disturbios, alzamientos y protestas de nativos africanos junto a la actitud «pasiva» del Reino Unido de Gran Bretaña al ascenso de movimientos políticos nacionalistas que, en general, reivindicaban mayores derechos y participación política para los nativos africanos. Mientras, en 1970 surge la República de Rodesia, también presidida por Ian Smith, y liderada por el Frente de Rodesia. Aunque irónicamente la República de Rodesia, como Sudáfrica, era la porra contra el «nacionalismo» africano y el «efecto dominó» de las independencias que rápidamente adquirió importancia por influjo soviético, también había significado una especie de nacionalismo por haber declarado su independencia en contra de los designios de la Corona. No obstante, fue un Estado con apenas reconocimiento por la comunidad internacional por sus políticas segregacionistas.
La guerra civil en Rodesia y la contrainsurgencia
La declaración unilateral, y la minoría blanca en el poder, haría posible una guerra civil que duraría por lo menos quince años consecutivos y que, en ocasiones, paralizaría a la nación. Mientras que en español se le conoce como Guerra civil de Rodesia, en inglés es Rhodesian Bush War. Lo que empezó como protestas, manifestaciones, y a lo sumo disturbios y saqueos, terminó como una cruenta guerra que incluyó la presencia de asesores extranjeros de la URSS, de la República Popular de China del lado del ZAPRU, así como otras naciones africanas estaban apoyando al ZANU, y de su brazo armado conocido como ZANLA, mientras que la República de Rodesia era discretamente apoyada por Estados como Portugal y Sudáfrica que, pese al respaldo, no reconocían diplomáticamente a esta nación.
En 1966, en Angola, Zambia y Namibia se gestaría la Guerra de la frontera de Sudáfrica. Ésta también significaría un largo, desgastante y sangriento conflicto que involucró a toda la potencia bélica de Sudáfrica. La guerra finalizaría en 1990, y significó el final del apartheid y del gobierno blanco sudafricano.
Portugal, simultáneamente, lidiaría con focos nacionalistas y guerrilleros en sus colonias de Angola y Mozambique. Gozaba también del apoyo de Rodesia y de Sudáfrica en la lucha contra estos focos que buscaban la liberación nacional y la descolonización. En 1975, ambas colonias adquirirían la independencia para luego entrar en unas largas guerras civiles entre bandos que atendían a los bloques hegemónicos de la Guerra Fría. El FRELIMO, partido en el poder en Mozambique, apoyaría a los insurrectos que buscaban derrocar al gobierno liderado por la minoría blanca rodesia en el país vecino. La guerra civil mozambiqueña, a diferencia de la angoleña, empezaría dos años después (1977) y terminaría en 1992, mientras que la angoleña tendría término en el año 2002.
África austral, sin duda alguna, estaba en su punto más álgido, y el gobierno de la República de Rodesia estaba en obligación de colaborar con la colonial Portugal (mientras estuvo en posesión de las colonias), la Sudáfrica del apartheid y potencias occidentales, como Estados Unidos de América, Bélgica y, en otros conflictos, con el Reino Unido de Gran Bretaña. Las incontables facciones hacían el tablero sumamente complejo, tanto que, en ocasiones, era difícil distinguir ideológicamente a los contendientes.
El origen de los Selous Scouts
La necesidad de desmovilizar a las guerrillas y cortar de raíz su proliferación requería no solo de un ejército capaz, sino también de una pequeña unidad capaz de efectuar acciones de contraterrorismo y contrainsurgencia. Tal necesidad, junto al progresivo desarrollo del conflicto, hizo que surgieran los Selous Scouts en el año 1973.
La sugerencia de formar una unidad de hombres bien entrenados para llevar a cabo todo tipo de operaciones en el ámbito irregular y no convencional, vino del Mayor John Hickman de la Infantería Ligera en el año 1966. Las primeras operaciones de este tipo las llevaron a cabo varias divisiones especiales del Ejército de Rodesia, además de la Policía Británica de Sudáfrica (la policía local). Entre 1971 y 1972, la situación era precaria y sumamente hostil, por lo que John Hickman, ya Brigadier, obtiene el permiso para comenzar nuevamente con el programa de «pseudo-operations».
En enero de 1973 se forma un equipo compuesto por seis hombres; dos detectives africanos y cuatro hombres que harían de insurgentes bajo el comando de esta nueva rama especial dedicada a operaciones poco ortodoxas. En los meses siguientes el equipo sería disuelto, pero el Ejército de Rodesia ya había formado por lo menos dos equipos dedicados a estas mismas funciones, formados por dos oficiales no comisionados del Rhodesian Special Air Service y una cantidad notable de soldados de color del Rhodesia African Rifles. En el transcurso de algunas semanas, y con notables éxitos de por medio, comenzarían a entrenarse más equipos destinados a este tipo de acciones dentro del Ejército.
En noviembre de 1973, como ya se ha señalado, nace oficialmente el regimiento de los Selous Scouts. El Sargento Mayor Ron Reid-Daly de la Infantería Ligera sería ascendido a Mayor y asumiría como el oficial al mando del nuevo regimiento de operaciones especiales y contrainsurgencia.
Al día de hoy son poco conocidos frente a unidades prestigiosas como el Special Air Service (SAS) o el Sea, Air and Land (SEAL) pero, por otro lado, representan una escuela y una vanguardia dentro de la historia de las fuerzas especiales. Como todos los cuerpos de esta índole, el Selous Scouts fue seriamente influido por el Special Air Service pero no atendía, necesariamente, a los mismos fines, puesto que existía el Rhodesian Special Air Service como hoy día también existe el Australian Special Air Service. Es posible que el Delta Force, fundado en 1977, del Ejército de los Estados Unidos de América no solo recibiera influencia del SAS, sino también del Selous Scouts.
No existía la segregación racial dentro del regimiento, característica que compartían las fuerzas militares de la vecina Sudáfrica, como tampoco lo había en las Fuerzas de Seguridad en su totalidad.
Las capacidades de los Selous Scouts
Aglutinados en una cantidad aproximada de quinientos hombres, su capacidad operativa era indiscutible y estaban enfocados primordialmente en el reconocimiento, las tácticas de falsa bandera, operaciones psicológicas, operaciones negras y lo que en inglés se denomina pseudo-operations. Este cuerpo de operaciones especiales se adentraba, incluso, en territorio foráneo para presionar de forma quirúrgica a las guerrillas, del mismo modo que se relata que podían sobrevivir incluso semanas en territorio enemigo porque su misión era, de alguna manera, imitar a las fuerzas enemigas. Es por esta razón que se les ve como un grupo «irregular» dentro de una fuerza «regular», por paradójico que pueda sonar.
El regimiento de fuerzas especiales de los Selous Scouts no estaba sujeto a la etiqueta militar, ni tampoco a las normas referentes al uso de uniformes de servicio o a determinadas directrices estéticas. Como demuestra toda la bitácora fotográfica, eran hombres barbados, harapientos y con uniformes que distaban de la seriedad marcial, incluso a veces utilizando ropa civil. Uno de los fines de la unidad era mimetizarse con las guerrillas, llegando los hombres blancos del regimiento a utilizar barro o pintura de guerra de tonos oscuros para imitar el tono de piel de los nativos africanos. Era evidente que las guerrillas estaban conformadas, casi en su totalidad, por nativos africanos y no por hombres blancos.
Los elementos de color en los escuadrones eran de vital importancia, ya que se mimetizaban mejor en las operaciones encubiertas contras las guerrillas. Ocasionalmente, era difícil que los guerrilleros distinguieran si realmente aquel hombre pertenecía o no a la célula guerrillera. A su vez, era prácticamente imposible que los hombres blancos se expusieran. También servían para emboscadas, haciendo que sus oficiales blancos mantuviesen un papel de captivo. Pero sus tareas, si las órdenes lo establecían así, podían reducirse a la observación y al simple rastreo. Con las coordenadas y la información necesaria, amén del apoyo de la Fuerza Aérea, el Ejército de Rodesia se encargaría de proporcionar la potencia de fuego y de neutralizar a las guerrillas.
Las operaciones negras, y de falsa bandera, también tenían como fin causar roces entre los distintos focos guerrilleros como el ZANLA o el ZAPRU con el objetivo de mantenerlos divididos y, en lo posible, enfrentarlos. Otras de las tareas era ganar apoyo local, y quitárselo en toda la medida posible a las guerrillas, para que proporcionaran información a las fuerzas gubernamentales y le sirvieren de soporte contra estas guerrillas. Cumplían, en síntesis, todo el marco de acción de las fuerzas especiales pero con su identidad y estrategia propia.
Pero es importante destacar que el exceso de autonomía que tenían las tropas de los Selous Scouts como la Infantería Ligera y el SAS era, en ocasiones, temible, porque podían prescindir de las órdenes y seguir haciendo la guerra en toda su capacidad. Esto desembocó en un fanatismo sin precedentes que contrariaba, en ocasiones, los deseos de la clase política rodesiana de darle término a la guerra. Incluso en los últimos años de la guerra varias células y núcleos del Ejército que pronto sería desmovilizado por el nuevo gobierno insistían en continuar a toda costa la guerra.
Las operaciones de asalto aéreo, especialmente las que en inglés se conocen como fireforce, se encontraban entre las más frecuentes y en la especialidad de estas tropas de fuerzas especiales. Este tipo de acciones respondían a dos principios: insertar tropas en territorio hostil, o detrás de las líneas enemigas, y responder con celeridad a emboscadas guerrilleras o simples avistamientos. Los helicópteros franceses Aérospatiale Alouette III eran la punta de lanza para las operaciones aéreas, siguiendo la experiencia de los Bell UH-1, o Huey, en el conflicto vietnamita.
La capacidad de estos helicópteros y de sus variantes era de cuatro a seis hombres, lo que aumentaba el flujo de vuelos de despliegues aéreos en el día. Descendían a unos pocos metros de la sabana africana y su carga de cuatro hombres se lanzaba de forma rápida para adherirse a la ofensiva o introducirse en territorio donde se presume que actúa la guerrilla.
Otros despliegues aéreos incluían el uso del longevo Douglas C-47 Skytrain, también conocido como Dakota, lanzando Selous Scouts o tropas de la Infantería Ligera en paracaídas desde altitudes considerables para tomar por sorpresa a las fuerzas enemigas, combinándolas luego con los hombres del Ejército, y la modesta fuerza mecanizada, que probablemente asediaban a los guerrilleros horas antes. Uno de estos aparatos podía garantizar el desembarco aéreo de por lo menos 28 hombres. No son solo conocidos por sus numerosas misiones en África Austral, sino porque estos pesados aviones de carga fueron los que permitieron a 101st Airborne Division del Ejército de los Estados Unidos de América saltar sobre Normandía en junio del año 1944.
La Fuerza Aérea de Rodesia era modesta, tanto en cantidad como equipo, de modo que no podía equipararse a otras fuerzas de aviación. Pero su aviación, más que preocupada por enfrentarse a algún país vecino, centraba sus esfuerzos en la contrainsurgencia. Eran comunes los excedentes de cazas Supermarine Spitfire también de la Segunda Guerra Mundial, los respetables De Havilland Vampire que proporcionaban apoyo aéreo cercano a las tropas y el jet de primera generación Hawker Hunter para constantes bombardeos. Las operaciones psicológicas eran apoyadas, por otro lado, por las aeronaves Cessna Skymaster en una variante conocida como Lynx. Estas últimas eran útiles para lanzar propaganda, suministros y en tácticas de guerra sucia, químicos e incluso fósforo blanco.
Armamento, equipamiento y material disponible
El material con el que contaban estos fieros hombres de acción variaba en todos los sentidos. El arma por defecto del Ejército de Rodesia era el FN FAL, un rifle de asalto de fabricación belga que durante la época tuvo amplia difusión a lo largo del mundo occidental. Sin embargo, el modelo que usaban los soldados rodesios hasta declaración unilateral de independencia y el congelamiento de las relaciones con Londres era el variante británico L1A1. Tales acontecimientos contribuyeron a que Rodesia buscara otras fuentes de armamento. De ese modo, se comenzó a importar, secretamente, el modelo sudafricano también producido bajo licencia de nombre R1. Los sudafricanos, para no verse implicados internacionalmente, solían eliminar de la cresta del rifle de asalto los códigos puestos por FN Herstal en representación del contrato con Sudáfrica. Esto estaba motivado por el embargo de armas, las sanciones económicas a las que estaban sometidas ambas naciones y la hostilidad de la comunidad internacional por las características segregacionistas de ambos regímenes.
A los R1 sudafricanos se les solía modificar con bocachas apagafuegos, que las hacían precisas y estables, con el mecanismo de disparo semiautomático y con el patrón de camuflaje verdoso aplicado al rifle, con el claro fin de lograr que el soldado pueda hacerse uno con los arbustos. La dura situación en torno a las armas hacía que tanto los Selous Scouts como todas las Fuerzas de Seguridad utilizasen todo tipo de armas hasta el punto de no descartar las que tenían sus contrapartes guerrilleras.
El uniforme de servicio era el mismo del Ejército de Rodesia. Era de fabricación nacional y estaba basado en un diseño previo utilizado por el SAS en la década de los cincuenta. Se le denominaba «pincelada» o «brush stroke», siendo evidente también la influencia del «splittermuster» de las fuerzas alemanas en la Segunda Guerra Mundial. El patrón de camuflaje estaba presente en los pantalones cortos, ampliamente difundidos para contrarrestar los duros efectos del calor, y en diferentes piezas de ropa con múltiples propósitos. Era común la gorra y el chambergo, o «boonie hat», para condiciones selváticas. Pero eran más que visibles las alteraciones al uniforme que hacían los comandos del Selous Scout. Casi con certeza se puede decir que las botas de campaña eran poco comunes frente a botines tipo «veldskoen», botines tipo «chukka» y hasta zapatillas converse o de boliche.
El armamento personal más idóneo para las operaciones encubiertas era el que proliferaba entre los irregulares, por lo que hay amplio arsenal de armas de fabricación china, soviética y de países relacionados a la órbita socialista y al Pacto de Varsovia. Era común encontrar todo tipo de kaláshnikovs, desde rusos hasta rumanos, búlgaros, chinos y checoslovacos. Las ametralladoras PK, RPK y RPD eran de especial agrado por su fiabilidad y gran capacidad, así como por la abundancia de munición. Podían encontrarse también PPS, PPSH, SKS, Mosin-Nagant y todo tipo de armas sobrantes de la Segunda Guerra Mundial que usaban los guerrilleros. A los Selous Scouts se les suele ver con rifles como AK-47, AK-74, AKM, Tipo 56, Tipo 58 y demás variantes.
Algunos FN FAL israelíes adaptados para ser ametralladoras servían entre las filas de los Selous Scouts, las fiables ametralladoras belgas FN MAG y todo tipo de pistolas donde destacaban, principalmente, las Browning HP y los clásicos revólveres británicos Webley.
A mediados de la Guerra civil de Rodesia se llegaron a ver los alemanes H&K G3 en pequeñas cantidades dentro del Ejército de Rodesia. Es probable que también hayan ingresado producto de la ayuda sudafricana y portuguesa. Este rifle era fiable, hermano del CETME español, y estéticamente tenía similitudes con el FN FAL pero, por supuesto, era mucho más corto. Los G3 fueron utilizados por incontables países y gozaron de amplia difusión en países orientales como Irán. Todas las armas que estuvieron en manos de los rhodies eran de calidad, especialmente apreciadas por sus poseedores y mejoraron, sin duda alguna, su desempeño en batalla.
Los Selous Scouts después de la guerra
Cuando finalmente se celebraron las últimas elecciones, en las que ganó el infame Robert Mugabe, el intento de establecer un gobierno entre blancos y negros fue un rotundo fracaso. Esto trajo, en primer lugar, la reforma total del Estado, de sus instituciones y hasta de sus FF.AA. Los Selous Scouts fueron el primer cuerpo en dejar de existir formalmente, de forma análoga como sucedió tiempo después con el Batallón 32 de los Búfalos en Sudáfrica. Muchos de los experimentados operadores del Selous Scouts emigraron a Sudáfrica, como también hicieron portugueses radicados en Angola y Mozambique, para formar parte de las Fuerzas de Defensa de Sudáfrica. El ingreso de personal extranjero, y claramente capacitado, fue un boom para las operaciones sudafricanas aunque sin ir muy lejos, Sudáfrica tendría el mismo fin que Rodesia.
Los Selous Scouts representaron una escuela en el campo de la contrainsurgencia y desarrollaron a plenitud el pseudoterrorismo. Pese a ser recordados hostilmente por los gobiernos posteriores de su país, ahora Zimbabwe, por las incontables arbitrariedades y actos de falsa bandera, son célebres en la diáspora blanca de África Austral. Sus rudas maneras, particular vestimenta y extraños hábitos pasaron a la historia, pero con un revestimiento profesional inigualable por su eficiente desempeño aún cuando los recursos eran escasos, la población menor y la tecnología infrecuente.
Bibliografía:
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- Cline, E. Lawrence (2005). Pseudo operations and Counterinsurgency: Lessons from other countries. Strategic Studies Institute.
- Godwin y Hancock (1995). Rhodesians Never Die. The impact of War and Political Change on White Rhodesia, c. 1970-1980. Harare: Baobab Books.
- Moorcraft y McLaughlin (2008). The Rhodesian War: A Military
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- Stapleton, Tim (2014). Bush tracking and warfare in late twentieth-century east and southern Africa. En Historia 59., 2., pp.229-251.