El sufrimiento rojo: Operación Barbarroja

La década de 1930 fue una década de cambios intensos en la Unión Soviética, la URSS se modernizó rápidamente y su capacidad industrial creció a un ritmo asombroso.

Durante el mismo período, Adolf Hitler estaba consolidando su control sobre Alemania y planificando una campaña para crear un imperio terrestre en Europa. Él y Stalin vieron oportunidades en los estados limítrofes de sus países. Stalin quería difundir el comunismo hacia el oeste y recuperar los territorios perdidos durante la Guerra Civil Rusa dos décadas antes. Hitler quería usar Europa del Este como un lugar para forzar a las razas «inferiores» a extraer recursos y cultivar alimentos para alimentar a los alemanes étnicos, una política conocida como «lebensraum» o «espacio vital». En 1938 Alemania se anexionó a Austria y parte de Checoslovaquia. Comenzando su expansión hacia el este. La Unión Soviética observó con nerviosismo mientras la frontera alemana se acercaba mientras seguía escéptica de una alianza con las naciones capitalistas de Francia y Gran Bretaña. El 23 de agosto de 1939, la URSS y la Alemania nazi firmaron un acuerdo de no agresión, conocido como el Pacto Molotov-Ribbentrop, que lleva el nombre de los ministros de asuntos exteriores de los dos países.

Durante las conversaciones secretas sobre el acuerdo, Europa del Este se dividió en esferas de influencia, y los líderes acordaron dividir el control sobre los países entre sí. El 1 de septiembre, Alemania invadió Polonia desde el oeste. Dieciséis días después, la Unión Soviética invadió Polonia desde el este. Los dos países se pusieron a trabajar llevando a cabo sus respectivas políticas ideológicas hacia las poblaciones locales. El próximo verano, la Unión Soviética invadió los estados bálticos y la parte oriental de Rumania, expandiendo el proyecto soviético en Europa. Alemania y la URSS, enemigos ideológicos, acordaron mejorar las relaciones comerciales. (1)

Además de restaurar gran parte del territorio perdido del Imperio ruso a la Unión Soviética, Stalin y la dirección soviética creían que el Pacto Molotov-Ribbentrop retrasaría la guerra con Hitler. El 22 de junio de 1941, Alemania lanzó una invasión masiva de la Unión Soviética, sorprendiendo a Stalin, que toma sus deseos por realidad, desoyendo las advertencias, rehusando los presagios. En los primeros momentos, ordena que no se responda al fuego alemán. Quiere creer que se trata sólo de una acción provocadora por parte de unidades alemanas indisciplinadas. En la invasión, conocida como Operación Barbarroja, Hitler pretendía avanzar simultáneamente con tres grupos de ejércitos, que debían cercar a los ejércitos soviéticos en enormes maniobras, para aniquilarlos posteriormente. Los alemanes comenzaron la invasión de la Unión Soviética a las cuatro de la madrugada sin declararle la guerra a sus enemigos. En la operación Barbarroja no estuvieron solos, junto a ellos participaron tropas de Hungría, Rumanía, Eslovaquia, Italia y Filandia. Asimismo, se fueron uniendo voluntarios de Bélgica, Francia, Croacia y España.

Tres millones de hombres y 3.400 tanques avanzaron organizados en tres ejércitos: el grupo norte hacia Leningrado, el central hacia Moscú y el sur hacia Ucrania. (2)

Las tropas alemanas abrumaron rápidamente al Ejército Rojo, la resistencia soviética fue destrozada ya que había quedado desorganizada y mal equipada para la batalla desde las purgas de Stalin en la década de 1930, que habían diezmado el liderazgo militar. Las tropas alemanas obtuvieron victorias rápidas, capturaron el resto de Polonia y se adentraron en Ucrania, Bielorrusia y Rusia occidental. Las fuerzas de seguridad nazi, conocidas como las SS, pronto comenzaron a masacrar a las poblaciones judías locales. Más de 1,5 millones de judíos soviéticos fueron baleados o gaseados durante la guerra. Hitler creía que la invasión conduciría al rápido colapso de la Unión Soviética, pero la victoria total resultó más difícil de lo esperado.

Joseph Stalin.

La dirección general de la guerra recayó en un Comité Nacional de Defensa que, bajo la presidencia de Stalin, agrupaba a Molotov, al mariscal Vorochilov, a Malenkov y al temible Beria. El 3 de Julio de 1941 Joseph Stalin tomaba el micro:

“Camaradas, ciudadanos, hermanos y hermanas, combatientes de nuestro ejército y de nuestra Marina. Me dirijo a vosotros, amigos míos, una seria amenaza pesa sobre el país, solamente será conjurada por el esfuerzo conjunto de todas las fuerzas militares e industriales de la nación. No hay sitio en nuestras filas para los llorones, los cobardes, los desertores y los sembradores de pánico… Se luchara sin cuartel contra los traidores, es necesario destruir a los espías, guerrilleros y paracaidistas enemigos. Toda persona que por pánico o cobardía entorpezca nuestra defensa será juzgada sobre el campo de batalla por tribunales militares, cualquiera que sea su situación o rango. El enemigo no ha de encontrar ni una sola locomotora, ni un solo vagón, ni una sola libra de pan, ni un vaso de petróleo. Los miembros de los Koljoses deben llevarse consigo todos sus rebasó y confiar sus reserva de trigo a los organismos del Estado para que sean evacuados a la retaguardia.. Todos los bienes utilizados (trigo, petróleo, metales no férricos) que no puedan ser evacuados deben destruirse” (3,4).

Las tropas alemanas y soviéticas lucharon ferozmente, y las fuerzas nazis llegaron a las afueras de Moscú y Leningrado, pero no pudieron capturar las ciudades. Leningrado sufrió un asedio devastador de 872 días, durante el cual más de un millón de civiles murieron a causa de la violencia y el hambre. La ofensiva sobre Moscú con la operación “Tifón” desencadenada el 2 de octubre de 1941 por parte alemana, tenía el objetivo de alcanzar el aniquilamiento de los frentes de Bryansk que totalizaban 14 ejércitos, 65 divisiones, seis divisiones blindadas y seis de caballería. Esto ocasionó que los rusos quedaran en boca de los alemanes, el ejército rojo sufrió una derrota de incalculables consecuencias.

La defensa de Moscú aplicada con impecable rigor bajo el control personal de Stalin logró frenar el avance alemán. 500.000 hombres y mujeres, trabajadores de empresas. empleados de oficina, estudiantes de ambos sexos, madres de familia, etc, fueron reclutados para improvisar una posición fortificada de 14 kilómetros de profundidad de fosas antitanque y 8.063 de trincheras. Se tendieron 284 km de alambradas espinosas y se construyeron 72 km de barricadas.

El magnífico tiempo que reinaba el 2 de octubre fue remplazado por un largo periodo de nieve y lluvia frenando la ofensiva alemana. Conforme iba avanzado la estación, el suelo se endurecía por efecto de las heladas. A partir del 12 de noviembre comienzan a registrarse temperaturas de 12 grados bajo cero, y el 4 de diciembre el termómetro baja hasta los 35 grados bajo cero. Destrozados por cinco meses de campaña, el vestuario del soldado alemán no estaba adaptado a los rigores del invierno ruso, pues no contaban ni con pasamontañas con orejeras, ni con ropa de camuflaje. El resultado era que las evacuaciones por congelamientos graves se multiplicaban en las filas alemanas. A falta de anticongelante, los motores tenían que estar funcionando constantemente, lo que aumenta considerablemente el consumo de combustible. En combate, lar armas automáticas se encasquillan y, después de disparar, las bocas de fuego ya no vuelven a la posición de tiro. Por último, el estado de los animales del ejército alemán se agravaba día a día, pues el caballo alemán no ofrecía a este terrible clima la misma resistencia que su congénere ruso. A primeros de noviembre, Hitler tuvo que reconocer que los últimos objetivos de la operación “Barbarroja” no podrían ser alcanzados a final del año. Aunque no pudieron capturar Moscú como Hitler había predicho, los soldados alemanes continuaron avanzando hacia el este hacia Rusia. Para el verano de 1942, el ejército nazi había capturado toda Ucrania, gran parte del sur de Rusia y el Cáucaso. En septiembre, las fuerzas nazis comenzaron un asedio a la ciudad de Stalingrado.

Soldados alemanes en Stalingrado.

Para entonces, el Ejército Rojo se estaba reorganizando y preparando para empujar hacia el oeste. El 7 de diciembre de 1941, Japón atacó Pearl Harbor, llevando a los Estados Unidos a la guerra. La entrada de EE. UU. Significaba que se necesitaban más recursos alemanes para combatir la creciente presión aliada en el Frente Occidental. Las condiciones para los prisioneros de guerra capturados en el Frente Oriental eran terribles, tanto en el lado soviético como en el alemán. Una orden emitida por Stalin dictaba que los oficiales que permitían la retirada de sus soldados podrían ser arrestados. Stalin invirtió parte de su retórica comunista internacional en un intento por agitar el nacionalismo ruso, afirmando que el Ejército Rojo estaba luchando en una «Gran Guerra Patria«.

El precio de la victoria soviética en la Segunda Guerra Mundial fue enorme. Más del 13 por ciento de la población había muerto y 25 millones estaban sin hogar al final de la guerra. Los años de la posguerra vieron un desequilibrio de género significativo, ya que muchos de los hombres del país fueron asesinados como soldados en la batalla. La URSS perdió aproximadamente siete veces más soldados que todos los demás aliados combinados en el teatro europeo. Entre 1946 y 1947, una hambruna se extendió por la Unión Soviética debido a la sequía y la devastación de la guerra. A pesar de la pérdida masiva de vidas y dificultades, la Unión Soviética emergió de la guerra como una potencia global. Con la disminución de la influencia británica debido a las fuertes pérdidas durante la guerra y los efectos de la descolonización, los Estados Unidos y la Unión Soviética quedaron como las dos superpotencias incomparables del mundo, una situación que pronto conduciría a décadas de conflicto.

Tras la derrota, Alemania se vio obligada a renunciar a los territorios que había anexado antes de invadir la Unión Soviética, incluidas Checoslovaquia, Hungría y la parte occidental de Polonia. Sin embargo, la Unión Soviética conservó la parte oriental de Polonia que había tomado de conformidad con el Pacto Molotov- Ribbentrop, incorporándola a la República Socialista Soviética de Ucrania. Ese territorio sigue siendo parte de la Ucrania moderna e incluye la ciudad de Lviv. Los tres estados bálticos también siguieron siendo parte de la Unión Soviética, al igual que Moldavia. Esos países se independizaron en 1991 con el colapso de la URSS.

Una historia de Edisson Balarezo para el #RetoNormandía.

Referencias:

  • (1) Según SHERWOOD, Robert E., Le memorial de Roosevelt dáprés les pariers de Harry Hopkins, I, De la •drole de guerre” á Pearl Harbor, Paris Plon 1950 p 89.
  • (2) https://www.europapress.es/internacional/noticia-sabes-consistio-operacion- barbarroja-20140622140355.html
  • (3) Según SHERWOOD, Robert, o. c., p, t. I.
  • (4) Según SHERWOOD, Robert, o. c., t. I, Roosevelt, chef de guerre, Paris, Plon, 1950, p. 439

Otras referencias:

  • Snyder, Timothy. Bloodlands: Europe Between Hitler and Stalin. Basic Books, 2012.
    “The War of the Century: When Hitler Fought Stalin.” — 1999 documentary series by the BBC.
  • “Soviet Storm: World War II in the East.”— 2011 Russian television documentary series.
    Glantz, David M. and House, Jonathan. When Titans Clashed: How the Red Army Stopped Hitler.” University Press of Kansas, 1995.
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