El universo político de Star Wars (III)

Continuamos con nuestra reflexión en torno al universo político de Star Wars. En el anterior artículo hablábamos del papel de los principales personajes. Esta vez vamos a hablar sobre el papel del Estado y su relación con las sociedades políticas.

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Mesa de operaciones de la Primera Orden, por Davison Carvalho

Sociedades políticas, Estado y su papel en La guerra de las galaxias

República, Imperio, Confederación de Sistemas Independientes, Senado y Canciller de la República son muchos de los términos o categorías que aparecen en Star Wars. Obviando múltiples sociedades dentro del universo, algunas incluso gestándose dentro del curso de las sociedades políticas, las que más resaltan son la antiquísima República, la secesionista Confederación de Sistemas Independientes y el Imperio que se erige como el sucesor canónico de la República, formado a partir de ella.

Ya dentro del ámbito de la filosofía política, nos valdremos de las coordenadas del materialismo filosófico dentro de lo que corresponde a la teoría de la Sociedad política y del Estado (ver Bueno, G. Primer ensayo sobre las categorías de las ciencias políticas. Logroño: Ed. Biblioteca Riojana) en la medida en que sea aplicable para que el análisis vaya por el camino analítico correcto.

Fase terciaria del curso de las sociedades políticas, los Estados universales en Star Wars

Si en La guerra de las galaxias cabe hablar de Estados universales, o de «megasociedades» galácticas como la República o el Imperio, tendríamos que asumir que la sociedad política dentro de su curso en Star Wars, al menos en gran medida, ha evolucionado a su fase terciaria —post-estatal— en su primera acepción. Es decir, de la idea de sociedad en sentido absoluto en la que se puede incluir también dos alternativas: «una situación de extinción de estos Estados como comunidades políticas efectivas» o «una composición acumulativa por medio de alianzas, federaciones o confederaciones de Estados que tendría como límite la constitución de un estado universal». Nos conviene utilizar la segunda alternativa —la supraestatal— donde federaciones, alianzas y confederaciones han constituido un Estado universal.

La alternativa supraestatal implica la evolución de las sociedades políticas en su fase secundaria —estatal— y por ende, está orientada también en el sentido de su «desestructuración», pero no hacia una dirección «analítica» de la desintegración, sino en una dirección «sintética» como lo sugiere la obra. En ese sentido, y en palabras de Bueno, se estaría haciendo referencia a una «integración acumulativa de ligas, bloques, mercados, federaciones, en los cuales los Estados del presente irían cediendo o perdiendo partes de su soberanía para transferírselas al Estado común; y este proceso de integración culminaría, en su límite, en una confederación internacional de estados o en un Estado único internacional».

Resaltaba Gustavo Bueno, en el Primer ensayo sobre las categorías de las ciencias políticas, que «La alternativa supraestatal, el Estado universal, dejaría como hemos dicho de ser un Estado porque, al no tener frente a sí a otros Estados, habría que interpretarlo como una Uniarquía o jefatura universal —especialmente en el supuesto hipotético (cultivado asiduamente por la novela ficción) de que una invasión de extraterrestres determinase la creación de un ejército universal (que sin embargo no podría llegar a constituir una capa cortical)». 

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Propaganda de la Primera Orden, por Marko Manev

Ya no hablaríamos de una uniarquía o de una jefatura internacional, en tanto se presume en la obra que no hay o no habrían otros Estados de la misma envergadura, sino de varios Estados universales en la gran composición galáctica borde interior, borde exterior, mundos del núcleo, etcétera— y su capacidad de asimilarse a grandes sociedades como la República o su sucesor, el Imperio habría que desarrollar teóricamente una fase cuaternaria ya galáctica— donde confluirían bajo la influencia de un gran Senado Galáctico o de un Emperador galáctico. No obstante, Bueno señala que no se podría generar una capa cortical —la capa cortical incluye fundamentalmente a «sujetos personales humanos, o muy próximos a los hombres, que son llamados salvajes, bárbaros, y en general extranjeros, y que no forman parte de la sociedad política de referencia»— aún con una fuerza cohesionada universal pero ¿qué sucedería en el hipotético, y en este caso fantasioso, de la colonización galáctica? ¿Qué pasaría con el Espacio Salvaje en La guerra de las galaxias? Múltiples colonizaciones se han llevado a cabo, desde un planeta en particular en tanto Estado universal— o por una liga de Estados universales —República, Imperio, Confederación— donde en el largo proceso de colonización, podría surgir una capa cortical de «alienígenas» o seres «extragalácticos» que serían el equivalente en este universo a los bárbaros, extranjeros o foráneos a la sociedad política establecida —por acuñar los términos de La guerra de las galaxias— pero que serían asimilados de acuerdo a las pretensiones del colonizador, o de ese Estado, de crear una «sociedad política única» —implicando «relaciones conflictivas, contradictorias y de incomensurabilidad»—.

Continuará…

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Bibliografía:

  • Bueno, G. (1999). España frente a Europa. Barcelona: Alba Editorial.
  • Bueno, G. (1991). Primer ensayo sobre las categorías de las ‘ciencias políticas’. Logroño: Ed. Biblioteca Riojana, nº 1. Cultural Rioja.
  • Bueno, G. (1995). Principios de una teoría filosófico política materialista. Recuperado de http://www.fgbueno.es/gbm/gb91ccp.htm
  • Marx, K y Engels, F.  (1974). Futuros resultados de la dominación británica de la India en Obras Escogidas. Moscú: Editorial Progreso.
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