Daniel Arveras nos remite una carta abierta dirigida al conquistador español Pedro de Valdivia con motivo de los sucesos que están teniendo lugar en Chile en estas fechas.
He escrito al difunto don #PedrodeValdivia vía @academiaplay @Sr_Donze para contarle lo que acontece en #Chile estos días. Ya que unos destrozan sus estatuas con saña, otros recordamos la figura, orgullo y heroísmo del “perfecto capitán”… https://t.co/ye1hugLleT #Historia
— Daniel Arveras (@darveras) November 18, 2019
Eterno capitán,
Le escribo estas líneas desde el siglo XXI, concretamente desde el año 2019, para informarle de los graves sucesos que preocupan a todos y que están ocurriendo desde hace semanas en su amado Chile, en aquellas lejanas tierras que vuesa merced exploró, conquistó en parte, fundó siete ciudades con harta dificultad y en las que dejó su vida en el campo de batalla, siempre al frente de sus hombres.
El ansia de gloria y de dejar «fama y memoria de mi» como su pluma escribió, es lo que le incitó a cabalgar desde el Cuzco en 1540 hacia aquellas latitudes que tan mala fama tenían. No era para menos, pues el adelantado Diego de Almagro había organizado una gran expedición poco antes de la que tuvo que regresar diezmado, aruinado y tras sufrir múltiples infortunios por la belicosidad de sus habitantes, el duro clima y una orografía inhóspita. Así, no es de extrañar que tan sólo una docena de hombres y una mujer, su amada Inés Suárez, le acompañaran desde el inicio en aquella expedición.
Vuesa merced se empeñó en ello pese a que era por entonces un capitán de prestigio y que gozaba de una desahogada posición. Su gran servicio en la cruenta guerra civil entre los hermanos Pizarro y Diego de Almagro por el dominio de Cuzco le habían proporcionado encomiendas y la concesión de una mina de plata. No tenía pues necesidad de riquezas ni de mayores retos o hazañas, pues ya era por entonces «el perfecto capitán«, alabado y respetado por todos. Muchos sabían de su glorioso pasado en los campos de batalla europeos, su participación en la batalla de Pavía (1525) y su presencia en el Saco de Roma (1527), así que cuando llegó al Perú justo antes de la decisiva batalla de las Salinas (1538), fue su persona muy bien recibida y un actor decisivo como maestre de campo en dicha contienda. Su sola presencia, años después, en la batalla de Jaquijahuana (1548) que enfrentó a tropas realistas y las del rebelde Gonzalo Pizarro fue crucial para insuflar ánimos a unos y temor a otros: «Valdivia está en la tierra y rige el campo o el diablo«, dicen que exclamó Franciso de Carvajal, el «diablo de los Andes» y capitán de los rebeldes al ver la perfecta disposición de las tropas realistas.
Hoy, cuando le escribo estas líneas, su gobernación de Chile nada en el caos para sorpresa y tristeza de todos. Hasta hace muy poco, aquél lejano y alargado territorio era casi la única excepción en un entorno iberoamericano con abundancia de políticos corruptos, estados fracasados y habitantes empobrecidos. Sé bien de lo que hablo, pues en muchas ocasiones he viajado por aquellas latitudes, especialmente por Chile donde además tengo fuertes vínculos familliares, y jamás hallé otro lugar tan seguro y estable en las Indias.
Con una democracia asentada y una alternancia en el poder entre socialistas y conservadores, Chile iba avanzando aunque, es evidente, con muchas desigualdades en su población. La amplia clase media, cada vez más empobrecida, ha dicho basta y reclama mejores servicios públicos y condiciones de vida. La razón les asiste y es un clamor pacífico en su mayoría, pero los violentos que aprovechan siempre estas ocasiones andan quemándolo todo y sembrando el caos en el bello país andino, ofreciendo una imagen de Chile al mundo muy perjudicial y altamente preocupante..
En las revueltas han quemado multitud de estaciones de metro, perjudicando precisamente a los millones de habitantes de toda condición social -especialmente clase media y baja- que lo usan a diario. Algo totalmente absurdo. Fíjese vuesa merced que incluso han prendido fuego a la universidad que lleva su nombre y han derribado su busto en Temuco y también la estatua de su persona que hasta hace pocos días oteaba el horizonte en Concepción. También han quemado varias iglesias, en algo que suelen hacer los comunistas a lo largo de la historia, lo que si cabe es todavía más preocupante.
Quienes así obran se califican a sí mismos, así que no debe enojarse en demasía pues las aguas deben volver poco a poco a su cauce. Espero y confío en que esa rabia de un pueblo que se ha sentido ninguneado por sus políticos vaya calmándose, pues Chile no debe caer en las garras de un populismo y extremismo de izquierdas que, a buen seguro, sólo traería mayor pobreza y calamidades para el pueblo chileno.
Fíjese hasta que punto ha llegado la sinrazón de los violentos que incluso la imponente estatua de Fernando de Magallanes en Punta Arenas, quien dio con el estrecho que lleva su nombre, el anhelado paso entre los dos océanos, también ha sufrido el ataque de los vándalos. Un diario de aquella ciudad me pidió un artículo hace unos días, así que allí expresé lo que sentía. Volvamos con vuesa merced.
¡Que le voy a contar de traiciones y agravios! A fin de cuentas fue Lautaro, casi un hijo que vuesa merced acogió y creció bajo su tutela, quien se puso al frente de los temibles aracuanos para luchar contra sus tropas. Así, le rodearon y atacaron en oleadas de miles de guerreros en las cercanías de Tucapel en la Pascua de 1553, mientras vuesa merced acometía una y otra vez contra ellos al frente de tan sólo 50 castellanos. Con las fuerzas menguando y los hombres cayendo, fue finalmente apresado y sometido a tormentos durante varios días hasta que dejó este mundo como lo que siempre fue, un bravo y orgulloso capitán.
En noviembre de 2019, los mapuches que derriban sus estatuas -en realidad son la mayoría mestizos pues fue el mestizaje otra seña de identidad de los españoles en América– celebran y graban su «hazaña» con sus celulares de última generación para vanagloriarse y expandir sus acciones. Españoles y mapuches, tras varias décadas de cabalgadas y refriegas, llegaron a un acuerdo a mediadios del siglo XVII por el que se fijó una frontera en el río Bio Bio, cesando en buena parte las hostilidades. Fue en la segunda mitad del siglo XIX, cuando un Chile ya separado de España, masacró a los mapuches con saña y les robó buena parte de sus tierras ancestrales. Eso lo saben bien los chilenos, aunque parece que algunos no tanto o que les da igual a la hora de mancillar su figura y recuerdo.
En fin, no le perturbo más, le dejo que siga durmiendo el sueño eterno. Chile como entidad propia nació en febrero de 1541, cuando vuesa merced fundó Santiago del Nuevo Extremo o de la Nueva Extremadura y el cabildo le nombró por su gobernador y capitán general. A partir de ahí, las ciudades, leyes, universidades, lengua, mestizaje, iglesia y religión, arquiectura, hospitales, gastronomía,… están eternamente vinculados a vuesa merced y a los que detrás vinieron.
Chile renacerá de sus cenizas y debe hacerlo con una sociedad más justa, menores desigualdades y mayor calidad de vida… siempre por la vía democrática y sin caer en los estremos. En eso confíamos todos.
Podrán derribar sus estatuas pero en la historia de Chile siempre emergerá con luz propia don Pedro de Valdivia.
De su humilde servidor