La vihuela española: historia y curiosidades

La vihuela ganó su apellido de «española» al hacerse popular en el siglo XVI en la península ibérica, especialmente cuando se hizo un lugar imprescindible en las cortes reales; uno de los tantos ejemplos de como la música no hace distinción de clases y de como lo popular termina escalando a las más altas esferas.

Durante el siglo XVI la música sufrió impresionates transformaciones debido a los nuevos vientos del humanismo y el Renacimiento. Muchos instrumentos musicales y costumbres de salón tuvieron su protagonismo tanto en las clases populares como en los salones nobles y las altas cortes. Durante esta época de profundos cambios en la cultura y las tradiciones la manera de celebrar cambiaba, pero la música siempre ha sido y es aún hoy imprescindible en las celebraciones de todas las culturas y clases sociales.

Los instrumentos musicales cambiaron y han cambiado constantemente a través de los siglos por distintas razones, evolucionando a merced de las necesidades de los pueblos y las circunstancias históricas. Además, las tecnologías de cada época han dotado a la música y a los instrumentos de su propia identidad, por lo que al escuchar por ejemplo, un saxofón, podremos identificarlo con cierto estilo musical o inclusive cierta época.

La vihuela es un sencillo instrumento que apareció en Italia a mediados del siglo XV. Este instrumento pertenece a la familia de los cordófonos o instrumentos de cuerda. Los cordófonos constan de una caja de resonancia unida a un mástil que tensa las cuerdas; estas pueden estar hechas de distintos materiales y se afinan con notas específicas. Al tañerlas, sea con la mano o por ejemplo, un arco, producen vibraciones que, al entrar en contacto con dicha caja de resonancia, producen cierto sonido. Las cuerdas también varían en número y orden y, como ya hemos dicho, pueden ser interpretadas con los dedos, las uñas, un arco u otro elemento.

En el caso de la vihuela, el instrumento es parecido a una guitarra en forma de 8, fabricado en madera, de tamaño variado y con una membrana de madera delgada y calada en forma de rosetón sobre la boca de la caja de resonancia, con alma de roble o ébano. Sabemos por grabados e instrumentos conservados que las vihuelas podían tener desde una hasta cinco bocas. La caja de resonancia puede ser abombada, plana o acanalada y el mástil o brazo del instrumento tiene trastes parecidos a los de la guitarra. Las cuerdas hechas antiguamente de tripa, generalmente de gato, están dispuestas en 6 órdenes o parejas de cuerdas, las cuales, son afinadas al unísono por par.

Este instrumento se dió a conocer a finales del siglo XV y, acompañado del laúd y la guitarra, era parte fundamental de los eventos de salón de la alta Edad Media. Fue en España que la vihuela alcanzó su época dorada debido a las restricciones por parte de la corte y los Reyes Católicos hacia el laúd, que era identificado como un instrumento musulmán. Durante las primeras décadas del siglo XVI la vihuela desplazó al laúd y comenzó a ser un instrumentos imprescindible en la educación de cualquier aristócrata. Fue en esta época en que los mejores vihuelistas de Europa compusieron magníficas piezas a la vez que creaban manuales sobre su correcta y perfecta interpretación.

El primer tratado sobre la interpretación y correcta ejecución de la Vihuela «Los seys libros del Delphin de música de cifras para tañer vihuela» se publicó en 1538 por el famoso músico español Luis de Narváez (1500? – 1552) quien a pesar de dedicarse más al canto que a la vihuela, creó notables obras para este instrumento y llegó a ser maestro de cámara de Felipe II. Luis de Narváez también hizo diferentes transcripciones para vihuela de las obras vocales de Josquin des Prés; la más famosa fue «La canción del Emperador» llamada así por ser una de las favoritas de Carlos V.

La vihuela es realmente un instrumento de cuerda pulsada y frotada, pero la vihuela propiamente española solo se tañía con púa o el dedo, que le daban cierto aire de finura a la ejecución y de elegancia y erudición al músico que la interpretaba. La vihuela de arco, el segundo tipo, era más parecida a una viola de gamba y además sus dimensiones eran mayores. Durante su época de oro, la vihuela fue llevada al nuevo mundo y también surgieron allí grandes compositores e intérpretes, especialmente en la Nueva España (México).

Cuándo el siglo XVI llegaba a su fin, la vihuela empezó a ser desplazada por la guitarra barroca, inventada y perfeccionada en Italia, dónde los señores y aristócratas solían hacer convites y conciertos de solo para estos instrumentos. Las guitarras, a diferencia de la vihuela, no se tocaban solo con punteo, sino que se rasgueaba más a la manera contemporánea y esto representó un nuevo aire contrario a la música de perfecta ejecución de la vihuela española. La guitarra barroca llegó primero a las clases populares para luego filtrarse poco a poco en los eventos de las cortes y, por tanto, empezó a desplazar a la vihuela, hasta acabarla a mediados del Siglo XVII.

Por supuesto no se trató siempre de una «guerra de instrumentos» sino que se complementaban en sus apariciones conjuntas y también en muchas cortes como la de Carlos V. Quizá la guitarra barroca primero ganó terreno debido a que su interpretación y enseñanza fueron más sencillas para aprendices y maestros y no requería de la precisión que demandaban los maestros de vihuela en sus manuales.

Hoy en día existen grandes interpretes de la Vihuela y, desafortunadamente, existen también pocos instrumentos tan antiguos para obtener vihuelas muy similares a las del Siglo XVI. Las nuevas vihuelas suelen usar cuerdas de nylon y metal y son hechas de madera más resistente. No obstante, aunque la antigüedad del instrumento no sea mucha, éste inunda los oídos de sus oyentes del aire español y barroco que entretuvo a monarcas y personas de todas las clases sociales a través de los tiempos.

Interpretación de «Los seys libros del Delphín» por Hopkinson Smith, vihuela de mano.

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