Saber latín es una cosa extraña en nuestros días, pues esta antigua lengua ya se considera como una realidad arqueológica de poca utilidad. Sin embargo, últimamente se ha puesto de moda y aprender latín se está recuperando como sinónimo de cultura e inteligencia.
El pasado de la lengua
Como bien sabemos, el latín se usó en el antiguo Imperio Romano y su influencia universal provocó su expansión por Europa. Una vez cayó Roma, el imperio pervivió a través de su lengua. El latín fue la lengua de cultura durante la Edad Media y también durante toda la Edad Moderna. Las obras filosóficas, científicas y políticas se escribían en latín y en las universidades, las clases y los exámenes se realizaban en la lengua clásica.
Aunque parezca esto muy antiguo, la ciencia no abandonó por completo el latín hasta el siglo XIX. Durante este siglo y principios del siglo XX el latín era utilizado por la Iglesia Católica, única institución que seguía utilizándolo en la liturgia e impartiendo las clases de teología en esta lengua. A raíz del Concilio Vaticano II se abandonó su uso en las iglesias y el latín, aún siendo el idioma oficial del Vaticano, ha perdido su fuerza en Roma.
Estudio del latín
En los institutos y universidades se siguió estudiando la lengua de Virgilio, pero no como un idioma y con una utilidad comunicativa, sino como un código. Todos los que han estudiado latín se acuerdan de las reglas para memorizar las declinaciones y los tediosos ejercicios de traducción para poder llegar a comprender lo que decía César o Cicerón. Sin embargo, esta metodología ha ido cambiando en los últimos años.
Algunos profesores y antiguos alumnos se dieron cuenta de la importancia de revitalizar una lengua, para poder comprender los textos antiguos sin pasar por el tedioso ejercicio de sintaxis (que sigue siendo necesario en muchas ocasiones). La cuestión es aprender latín como aprendemos inglés o cualquier otra lengua moderna. Para ello, aquí en España está ya muy extendido un método de aprendizaje llamado Lingua Latina per se illustrata (El latín enseñado por sí mismo) creado por el danés Hans H. ØRBERG. En su primer libro, Familia Romana, solo utiliza el latín y según vamos leyendo, vamos aprendiendo de forma intuitiva nuevas palabras y las estructuras gramaticales básicas.
El latín moderno
Pero es que no solo ha sufrido una revolución la lengua de Augusto, sino que también ha ido resucitando poco a poco, sobre todo en aquellos países donde no llegó la influencia de Roma. Desde 1989 hasta 2019 en Finlandia se estuvo transmitiendo un programa noticiero en latín que todavía hoy podemos escuchar en forma de podcast aquí, similar al noticiero que tiene Radio Vaticana. También podemos encontrar la Wikipedia en el idioma de Cicerón, la llamada Vicipaedia, así como revistas o incluso libros modernos traducidos al latín como los cómics de Astérix y Obélix (Asterix Gallus), Harry Potter (Harrius Potter et Philosophi Lapis) o el Hobbit (Hobbitus Ille) que se pueden encontrar fácilmente en Amazon.
¿Te atreves a iniciarte en la lengua de los clásicos, el idioma que construyó Europa y que dominó la cultura y ciencias durante siglos?