Han sido muchas las razones esgrimidas por expertos y no tan expertos acerca de la invasión de Ucrania llevada a cabo por Vladímir Putin en febrero de 2022. Pero, ¿qué se esconde detrás de las intenciones del mandatario ruso? En este artículo analizaremos la doctrina del llamado ‘eurasianismo‘, uno de sus actuales ideólogos, Aleksandr Duguin, y de cómo han impactado sus ideas en la Rusia actual.
¿Qué es el euroasianismo?
El eurasianismo se define como una corriente intelectual y política heterogénea y algo difusa surgida en los años 20 del siglo XX, que se fundamenta en la idea de un tercer continente situado entre Europa y Asia de límites no del todo exactos, llamado «Eurasia», pero con Rusia como el eje vertebrador de una civilización singular, diferente a Occidente e históricamente enfrentada a ella. En palabras del pensador Nikolái Trubetskói, «Eurasia es una “comunidad multinacional de destino histórico […] separada y superior a la Europa occidental”». El eurasianismo clásico mantiene una relación ambigua con el nacionalismo ruso, aunque comparte la idea en común de Moscú como la «Tercera Roma«, adoptando un claro componente mesiánico. Uno de los principales referentes de esta doctrina, es Aleksandr Duguin, fiel defensor de estas ideas: «Nunca hemos sido ‘normales’ y nunca lo seremos. ¡Rusia será grande, única, radiante, absoluta, paradójica, misteriosa, salvadora o desaparecerá!«. Una indudable visión de una Rusia mesiánica, imperial y apocalíptica. Pero, ¿quién es exactamente Aleksandr Duguin? Y todavía más importante, ¿cuál es su influencia en la Rusia actual?
Aleksandr Duguin, el ideólogo referente de Putin
Mucho se ha hablado sobre Aleksandr Duguin, considerado como uno de los ideólogos más influyentes de la Federación de Rusia y del que pesan ciertos interrogantes. Pero, ¿quién se halla detrás de esta misteriosa figura, una especie de eremita de barba luenga, voz grave y pose estudiada? Algunos le han apodado como el ‘Rasputin‘ de Putin, en una clara alusión al siniestro monje que operaba en la sombra sobre la familia imperial rusa antes de la convulsa Revolución Bolchevique de 1917. Aleksandr Duguin nació en Moscú el 7 de enero de 1962, cuyo padre era coronel de la KGB. En un principio se le presumía una brillante carrera militar pero tras un intento fallido, se acabó inclinando por la filosofía y las ciencias políticas. Ya en la década de los 80, se interesó por el nazismo, el ocultismo y el satanismo, un cóctel un tanto aterrador, por decirlo de alguna manera. Durante este período, llegó a proclamar que Rusia necesitaba «un fascismo genuino, verdadero, revolucionario«, lo cual supone sin lugar a dudas, toda una declaración de intenciones.
Entre los referentes de este pensador podemos encontrar a figuras tan controvertidas como Lenin, Mussolini y Hitler pero también a Che Guevara, Rosa Luxemburgo e incluso el criminal Charles Manson. Por otro lado, ha recibido influencias de autores como los esoteristas René Guénon, de origen francés (La crisis del mundo moderno, 1927), o el italiano Julius Evola (Revuelta contra el mundo moderno, 1934; Cabalgar el tigre, 1961). A Duguin se le considera un tradicionalista fuertemente enfrentado al liberalismo, a la hegemonía mundial de Estados Unidos y a su alianza atlántica. Según su propia concepción, la historia de la humanidad se concibe como un enfrentamiento perpetuo entre las telurocracias (Rusia y Alemania especialmente) y las talasocracias (el Reino Unido y EEUU). En su particular visión de la geopolítica mundial, vislumbró una especie de «imperio euroasiático» que abarcase desde Lisboa a Vladivostok, con Rusia como actor principal. A su vez, defiende la conjunción de comunismo, socialismo y fascismo en una nueva ideología definida como antiliberal, antiindividualista y anticapitalista. Por otro lado, dentro de su compleja filosofía política, la geopolítica, la metafísica y el componente conspirativo son elementos intrínsecamente unidos en la mente de este pensador.
Para Duguin existen tres teorías políticas bien diferenciadas: el liberalismo cuyo sujeto es el individuo atomizado, el socialismo en todas sus formas que se articula sobre la clase social y el fascismo-nazismo cuya idea se fundamenta sobre la nación o la raza. Dentro de esta doctrina, el liberalismo es una ideología decadente, una práctica universal restringida en el tiempo pero con una tendencia claramente totalitaria y universal. Así pues considera que «la ideología de los derechos humanos, la economía de mercado, el sistema democrático liberal, el parlamentarismo y la división de poderes son valores locales que se basan en una experiencia histórica concreta que podemos localizar fácilmente en el espacio (Europa Occidental, luego América) y en el tiempo (la modernidad)«. Por tanto el enemigo a combatir son los Estados Unidos y su globalismo. En esta línea se diferencia de los eurasianistas clásicos, al asumir una lucha existencial, ideológica y metafísica contra «el americanismo, la globalización y el imperialismo de los valores occidentales». Su modelo es el populismo integral, lo que Duguin define como la cuarta teoría política ,»la multiplicidad de las civilizaciones pero sin tradiciones e identidades premodernas«. Como muestra del pensamiento de Duguin, podemos citar el siguiente fragmento presente en su obra La geopolítica de Rusia:
«Desde un punto de vista geopolítico, la perestroika representa no sólo un rechazo de la confrontación ideológica con el mundo capitalista, sino también una contradicción completa de todo el camino histórico de Rusia como formación Euroasiática y gran-continental, como el Corazón de la Tierra, como la civilización de la Tierra. Esto supuso el debilitamiento de Eurasia desde dentro; la autodestrucción voluntaria de uno de los polos del sistema mundial; un polo, que no surgió en absoluto en el periodo soviético, sino que tomó forma durante siglos y milenios en la base de la lógica natural de la historia geopolítica, y en concordancia con las líneas de fuerza de la geopolítica objetiva. Gorbachov adoptó las posiciones del occidentalismo, que rápidamente condujeron al colapso de la estructura global y a una nueva versión de la Era de los Problemas. En lugar del Eurasianismo, fue adoptado el Atlantismo; en el lugar de la civilización de la Tierra y su conjunto sociológico de valores, se impusieron las normativas de la civilización del Mar, totalmente contrarias a la Tierra».
Duguin, Aleksandr. La geopolítica de Rusia: De la revolución rusa a Putin.
Dentro de sus intervenciones más polémicas, se encuentran aquellas que defienden abiertamente un exterminio en Ucrania, país fronterizo con Rusia: «Deberíamos limpiar Ucrania de estos idiotas. El genocidio de estos cretinos es inevitable y obligatorio (…) Son una raza de bastardos que sale de las alcantarillas«. En 2014, volvió a la carga afirmando que había que «matar, matar y matar a los responsables de las atrocidades en Ucrania. Debido a estas palabras fue apartado de la Universidad de Moscú y se le prohibió la entrada en Ucrania. A su vez, resulta paradigmático el peculiar significado que interpreta de la teoría del espacio vital o Lebensraum alemán como un «espacio vivo», para hablar del destino cósmico de Rusia. Como curiosidad, afirmó que la elección de Donald Trump como 45º presidente de Estados Unidos en 2016 fue «el día más feliz de su vida». Se ha discutido mucho el papel que ha ejercido Duguin en la política imperialista rusa y en particular sobre Vladímir Putin. Hay quienes aseguran que es uno de sus colaboradores más cercanos actuando como una clase de asesor o gurú, mientras que otros ponen en duda esta afirmación, ya que llegó a tener un alejamiento con Putin y su charlatanería incómoda en el Kremlin. Lo que sí parece claro es que Putin —que nunca ha reivindicado el nombre de Duguin en público (aunque ha reivindicado a otros eurasianistas como Lev Gumilev)— sí ha cogido parte de su ideario para hacerlo propio como al lamentarse de la caída de la URSS, «la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX“, según sus propias declaraciones en el año 2005. Por otro lado, Putin también considera a Rusia y a Ucrania como parte del mismo pueblo, rememorando de alguna forma la mítica Rus de Kiev.
El nacional-bolchevismo
El nacional-bolchevismo es un movimiento político nacido en los años 20 del siglo XX, que combina elementos tanto del fascismo como del bolchevismo. A sus miembros se les conoce popularmente como «nazbol«. Su representación actual se halla en el ilegalizado Partido Nacional Bolchevique que formó parte de la coalición electoral «La Otra Rusia«, en clara oposición al gobierno de Vladímir Putin. «La Otra Rusia» agrupó a un variado conjunto de fuerzas de izquierda y derecha, cuyo principal objetivo era construir una alternativa política a Putin. Un conocido personaje a destacar dentro de esta coalición es el ex-campeón mundial y Gran Maestro Internacional de ajedrez Garri Kaspàrov, líder del Frente Cívico Unido, de orientación liberal y también contrario a la política de Putin. No obstante, no todos los miembros que conformaban «La Otra Rusia» eran de este signo moderado, sino que algunos se destacaban por su ideología de tipo extremista, como el caso del Partido Nacional Bolchevique. Aunque lo que sí comparte este heterogéneo conglomerado es su marcado componente nacionalista.
Uno de los antiguos miembros del Partido Nacional Bolchevique fue precisamente el filósofo Aleksandr Duguin y su actual líder es Eduard Limónov. Duguin alaba el pasado zarista y estalinista de Rusia y como ya hemos visto, defiende la creación de un imperio euroasiático que abarque desde Lisboa o Dublín hasta Vladivostok y desde el océano Índico hasta el Ártico. Al igual que ocurre con muchos ciudadanos de la Federación de Rusia, los militantes del Partido Nacional Bolchevique añoran los tiempos de grandeza de la antigua Unión Soviética. Su bandera guarda semejanza con la de la Alemania nazi, pero en este caso se ha sustituido la típica esvástica por la hoz y el martillo comunistas. Uno de sus lemas favoritos es «Rusia es todo, el resto no es nada«. Algunas de las figuras admiradas por los «nazbol» son el ministro de propaganda nazi Joseph Goebbels y el líder soviético Iósif Stalin. Entre los rasgos que compartían el nacional-socialismo y el comunismo soviético se encontraban la xenofobia y las acciones de exterminio.
En 2006, tuvo lugar un asalto al Ministerio de Finanzas ruso por parte de simpatizantes de esta organización. Debido a sus acciones violentas, el Partido Nacional Bolchevique vivió una serie prohibiciones y readmisiones hasta ser finalmente proscrito por la Corte Suprema rusa. También se han cerrado muchos de sus portales en internet, aunque han surgido otros nuevos. Este movimiento mantiene relaciones con otras formaciones políticas extremistas como son Alternativa Europea-Movimiento Social Republicano, el Jobbik húngaro, el Partido Nacional Británico y el Frente Nacional francés de Le Pen, entre otros. Según las palabras de Juan Antonio Llopart, líder del Movimiento Social Republicano, «el nacional-bolchevismo es la unión armónica entre las concepciones más radicales de lo nacional y lo social«. Y añade la siguiente reflexión: «Los nacional-bolcheviques [alemanes] preferían una alianza o acercamiento con la Rusia soviética, antes que con las democracias occidentales, como Gran Bretaña, hecho que los diferenciaba claramente de los planteamientos de Hitler«. De este pensamiento viene su admiración hacia Gregor Strasser, líder del ala más izquierdista del Partido Nacionalsocialista Alemán, asesinado por los secuaces de Hitler durante la Noche de los Cuchillos Largos de 1934.
Bibliografía:
De Pedro, N. (2019). ‘Duguin, profeta del antiliberalismo’. Letras Libres. https://letraslibres.com/revista/duguin-profeta-del-antiliberalismo/
Duguin, G. A. (2013). La cuarta teoría política. Ediciones Nueva República, Barcelona.
Duguin, G. A. (2015). La geopolítica de Rusia: De la revolución rusa a Putin. Editorial Hipérbola Janus.
LaSexta. El ‘Rasputín’ fascista de Putin: Aleksandr Duguin, el ideólogo ultraderechista del presidente ruso. LaSexta. https://www.lasexta.com/programas/lasexta-clave/rasputin-fascista-putin-aleksandr-duguin-ideologo-ultraderechista-presidente-ruso_2022030462215d2f447ec10001603676.html
Llona, G. (2012). ‘¿Comunistas nazis? Sí, existen’. ABC Internacional. https://www.abc.es/internacional/abci-comunistas-nazis-nacional-bolcheviques-201207080000_noticia.html
Umland, A. (2018). ‘Why Aleksandr Dugin’s “Neo-Eurasianism” Is not Eurasianist’. New Eastern Europe. https://neweasterneurope.eu/2018/06/08/aleksandr-dugins-neo-eurasianism-not-eurasianist/
Foto de portada de New Eastern Europe