La noción de Guerra Fría tomó fuerza en el año 1946, cuando Churchill en una de sus disertaciones, pronunció que “una cortina de hierro se ha establecido”, haciendo alusión a la división entre los bloques capitalista y comunista.
Más tarde, comenzó una guerra civil en Grecia, la cual sería el primer conflicto de la Guerra Fría, resaltando el hecho de que los británicos se retiraron de Grecia en medio de la contienda y cedieron su lugar a los Estados Unidos en el contexto geopolítico europeo. Esto se concibió por el pragmatismo británico de comprender que estaban golpeados económica y militarmente, y por ende, decidieron retirarse del plano internacional abocándose a la reconstrucción industrial propia y a la desmembración de su imperio a través de la concesión de independencia a sus colonias. Esta medida les evitaría conflictos militares y además se ahorrarían el gasto enorme que suponía mantener dichas colonias.
Producto de este vacío de poder, EE.UU intervino en el plano internacional derivando en un acercamiento de los americanos a la política europea, intensificado dos años después con la ayuda del Plan Marshall. Dicho plan se caracterizó por ser un proyecto de reconstrucción europea para lograr sanear a los países destruidos por la guerra, pero también para ponerlos bajo su polo de influencia, acompañado con la creación de un bloque económico que los consolidara bajo la influencia capitalista. En el este esta medida fue reprochada, ya que una unión monetaria fuerte significaba una consolidación económica de Alemania y como respuesta se conformó la COMECON. Ya para el año 1949 estaban conformadas las bases económicas y administrativas para dar paso a la organización militar, creándose la OTAN para Occidente y el pacto de Varsovia para el este en 1955.[1]
El deshielo de Jrushchov
Durante la primera parte de la década del 50, se desató en la URSS un evento que cambiaría la mirada del estado soviético a nivel internacional. Ante la muerte de Stalin el 5 de marzo de 1953, se comenzó a desarrollar un debilitamiento interno de la Unión Soviética. Esto fue debido a que el líder soviético constituyó un liderazgo fuerte, el cual pudo mantenerse en el poder transitando guerras fronterizas, hambrunas, levantamientos y una guerra mundial, siendo visto como el gran ganador de la Segunda Guerra Mundial por encima de Truman y Churchill.
Debido a estas razones, ningún otro líder soviético pudo, puede o podrá equipararlo en el futuro además de que gran parte de la cúpula política que apoyó a Stalin, disfrutó de los beneficios establecidos en los planes quinquenales (se permitió el ingreso de los hijos del proletariado a la universidad, que conllevó a la creación de una dirigencia política sólida). En conjunto, su muerte se dio en el periodo de mayor esplendor de la URSS, donde el país se encontraba en una posición fuerte, constituyendo el centro de Europa.
Al ser consciente de que sería muy difícil hacerle frente a la figura de Stalin, su sucesor, Nikita Jrushchov se desligó de la figura del ex líder condenando sus crímenes y represiones en el XX Congreso, bajo el “Discurso secreto”, denunciando los campos de concentración (gulags), la arbitrariedad del régimen (centralismo autoritario concentrado en la figura de Stalin) y las hambrunas. Jrushchov prometió dejar atrás ese periodo y dar paso a la desestalinización en el cual se retiraron los nombres de las calles y los monumentos hechos a Stalin. Todo realizado con el fin de socavar la imagen del ex líder para revertirla a su conveniencia, conseguir apoyo dentro del partido, la legitimidad de las masas y lograr adjudicarle toda la responsabilidad del terror a la figura de Stalin.[2]
En política exterior, reforzó las alianzas con los países socialistas además de extender su influencia, aun cuando hubiera que recurrir a la entrega de armas a grupos insurgentes o la intervención militar (Jrushchov sostuvo una política en donde todo estaba permitido con tal de llegar al fin último, hundir al capitalismo). Pese a toda esta faceta violenta, a Jrushchov se lo recuerda bajo una faceta iconoclasta y con buena reputación debido a que encarnó (en parte) el fin de los asesinatos políticos y el terror de Stalin.
Esto no quiere decir que no hubiese persecuciones a cargo de la policía secreta, pero el país ya no se encontraba en una etapa dura de represión previa a la guerra como fue la década del 30 o la deportación de minorías y/o etnias segregadas a los gulags. La política interna de Jrushchov se basó en hacer público los hechos que acontecieron durante el periodo estalinista y disminuirlos parcialmente.
Durante su mandato, se tuvo un mayor control de la policía secreta con el fin de lograr un pensamiento uniforme, pero se diferenció con Stalin en el uso de la intelligentsia (élite intelectual), ya que este líder había optado por ordenar el secuestro y asesinato de la gran mayoría de ellos (como fue el caso de Mandelshtam). Jrushchov supo que necesitaba el apoyo de este grupo y por ende optó por una táctica: no los dejaba crecer y desarrollarse, pero tampoco eran reprimidos y asesinados, se los dejaba en el estado que se encontraban hasta ese momento y se le daba un espacio público ya que sabía que tendrían un rol clave en la desestalinización.
Estos intelectuales se los expuso para lograr eliminar una posible asociación entre Stalin y Jrushchov, pero debido a este auge público, empezaron a desarrollarse una serie de autores que publicaron artículos contrarios al régimen soviético, como El doctor Zhivago de Pasternak o Archipiélago Gulag de Solzhenitsyn. Esta libertad concedida jugó en contra de Jrushchov, debido a que se comenzó a percibir lo que era el régimen totalitario soviético y en vez de reducir las sospechas, lo único que generó fue más intrigas, ya que, si Stalin había cometido todos estos crímenes, no había garantía de que aquellos que colaboraron con él fueran mejores.
Esto produjo un paradigma en la cúpula de la URSS: se mantuvo la denuncia al régimen estalinista, pero a la vez para evitar que florecieran más casos como el de Pasternak. Para llevarlo a cabo, se debió utilizar los mismos métodos criticados, aunque ahora no solo se ejecuta de manera interna, sino también externa, optando por suprimir cualquier intento de sublevación de grupos anticomunistas, como la revuelta de Hungría en 1956 o la Primavera de Praga en el 68. Producto de estos acontecimientos, se empezó a virar la atención hacia Pekín en vez de Moscú, ya que en este momento China tuvo un mayor crecimiento, debido a que se sintió menos oprimida por su vecino tras la muerte de Stalin.
Mao y Castro
Mao ya no estaba a merced de Stalin y a su vez, se pudo posicionar como una figura fuerte en la región, captando a aquellos que se encontraban desilusionados con la URSS pero querían seguir fomentado las ideas del comunismo y la revolución. Pese a las diferencias con Stalin, sostuvo políticas similares ya que implementó una modernización interna del país similar al de los planes quinquenales, a nivel social propuso una Revolución Cultural, semejante al ideal del socialismo para un solo país y ambos publicaron sus notas e ideas en libros obligatorios y de fácil lectura para las masas (Fundamentos del leninismo y el Libro rojo).[3]
En América Latina después de 1959, se generó el castrismo. Este movimiento encarnó la idea revolucionaria en Occidente. Tuvo similitudes con Mao, ya que representó a un líder carismático encargado de conducir al triunfo a un ejército popular, mayormente de campesinos, el cual además conquistó el poder. Pero contó con una ventaja geográfica, ya que, al encontrarse lejos de Asia y Europa, no tuvo que sufrir el peso de la URSS ni tampoco el de China, siendo la visión caribeña y de los trópicos favorable para Castro y generando un aspecto más positivo del comunismo. Se desarrolló un culto al líder cubano, pero menor al maoísmo porque se lo ve más occidentalizado, provocando una mayor simpatía entre los universitarios de izquierda de Occidente.[4]
Ante la hostilidad frente a China, Jrushchov viró su atención hacia Cuba, estableciendo una relación entre ambos países, pero vista con recelo por los Estados Unidos por tres razones: expansión mundial soviética, cercanía a las costas de Miami e ingreso soviético hacia una isla importante en un área geopolítica controlada en su totalidad por los americanos. El descubrimiento de las instalaciones soviéticas por aviones americanos de reconocimiento los días 14 y 15 de octubre de 1962, generó que Jrushchov retirara los misiles después de que EE.UU hubiese bloqueado el acceso a la isla y amenazase con una intervención militar a la que no podían responder los dirigentes soviéticos si no querían arriesgarse a una guerra nuclear.
La crisis de Cuba trajo como consecuencia una cierta disminución de las tensiones, ya que Europa occidental había demostrado ser capaz de resistir la amenaza expansionista soviética. Por otro lado, el reclamo occidental de una revisión en las relaciones internacionales quedaba subyugada a prevenir una posible guerra nuclear. Esta crisis fue más favorable a los americanos ya que fortalecía la dependencia de los europeos a los Estados Unidos, previniendo el desarrollo de una potencia europea económica y atómica independiente.[5]
Auge y caída del estado de bienestar
En el contexto socio económico se dio una mayor diferenciación entre Occidente y Oriente durante la década de los 60 y 70. Esto fue debido a que comenzaron a verse las diferencias económicas entre los habitantes de Alemania Oriental y Occidental. El capitalismo con su sociedad de consumo y su progreso económico logró mejores condiciones de vida que los países socialistas. En el contexto socio político, la clase obrera fue desplazada de su rol de garante de la revolución y pasó a ser ocupado por los intelectuales de izquierda, los cuales se encontraban en contra de la sociedad de consumo promulgada por el capitalismo, siendo la crítica a la democracia burguesa y al capitalismo los tópicos principales.[6]
Se dieron tasas de crecimiento muy altas entre los años 50 y 60, donde se produjo un incremento en la calidad de vida, una mejora de la clase media, un mayor ingreso en las universidades, una mejor renta, etc, coincidiendo el periodo de paz con la época dorada del Estado de bienestar. Pero pese a esta estabilidad, dicho Estado del bienestar fue criticado tanto por la derecha como por la izquierda. Por la derecha, se promulgó que el estado de bienestar era muy caro, y por ende, había que achicarlo y volver a roles más tradicionales ya que no se debía tener un gasto publico tan grande.[7]
La izquierda, por su lado, sostuvo que la clase obrera estaba más conforme y tenía mejores condiciones de vida. Por esta razón, esta clase iba a ser menos combativa y menos asociada al comunismo, transformándose en una clase media apolítica, que estaría feliz en su ocio.
De igual forma, tuvo lugar un florecimiento del socialismo durante estos años, conllevando a un crecimiento de las tendencias de derecha en países como Bélgica, Italia y Alemania. Esto se vio proyectado en partidos de centro derecha como el partido demócrata cristiano, los cuales fueron partidos demócratas apoyados por los conservadores que se caracterizarán por tener buen diálogo con EE.UU.[8]
Los dos partidos más grandes de la democracia cristiana fueron el partido popular cristiano en Italia y el partido católico en Alemania, teniendo como objetivo situar a la persona en el centro de la política, defendiendo el derecho de la propiedad, la familia y las organizaciones de obreros y campesinos (sindicatos, federaciones, etc).[9]
En los años 50-60, se empezó a dar un boom de consumo debido a este Estado de bienestar, generando un cambio en la sociedad europea, la cual ya no era la sociedad vencida por la guerra de 1945, sino que se trataba una sociedad recuperada. Esto tentó a los ciudadanos del este, gestándose la idea de migrar a Occidente, generando un problema añadido para el régimen soviético, ya que salió a la luz la brecha en calidad de vida entre países socialistas y occidentales.
En calidad de vida hubo mejoras en los países comunistas (viven mejor que en la década del 20 y 30, producto de la industrialización, lo que permitió la electrificación, el acceso al vehículo, etc) pero siguieron estando muy atrasados a comparación de Occidente.[10]
El Estado de bienestar por otro lado, inició su declive en el año 1973. En este año, la OPEP (Organización de los Países Exportadores de Petróleo) decidió no exportar más petróleo a los países occidentales que habían optado por apoyar a Israel durante la guerra del Yom Kipur, desarrollada en octubre de 1973.
Esto derivó en una crisis del petróleo, ya que los países que integraban la OPEP concentraban casi toda la totalidad de los barriles de petróleo del planeta, lo que generó una severa crisis económica. A su vez, esta crisis conllevó a una inflación y un desempleo en alza en los principales países que colaboraron con Israel (Estados Unidos, Reino Unido y Francia).
Ante esto, durante esta década se comenzaron a gestar ideas políticas que frenaran la dependencia externa con el petróleo árabe además de recortar las diferentes políticas sociales implantadas por el Estado de bienestar, debido a que estas se consideraban un gasto mayor para el Estado (seguro social, jubilaciones, desempleo, etc).
Bibliografía y referencias:
[1] Pese a ser muy similares funcionan diferente, ya que la OTAN no es un títere de EE.UU, sino que a veces dirimen en decisiones externas. El Pacto de Varsovia es utilizado como un aparato militar del bloque dirigido por la URSS para mantener la seguridad tanto de manera interna como externa.
[2] Wolfgang Benz & Hermann Graml. (1986). Jrushchov y la desestalinización. En El siglo XX. Europa después de la segunda guerra mundial 1945-1982 (18-22). México: Siglo veintiuno.
[3] François Furet. (1995). Epílogo. En El pasado de una ilusión. (545-555). México: Fondo de Cultura Económica.
[4] François Furet. (1995). Epílogo. En El pasado de una ilusión. (556). México: Fondo de Cultura Económica.
[5] Wolfgang Benz & Hermann Graml. (1986). Europa en la política mundial. El siglo XX. Europa después de la segunda guerra mundial 1945-1982 (12-14). México: Siglo veintiuno.
[6] Entre los autores que se resaltan son Sartre, Beauvoir, Marcuse y Camus.
[7] El estado de bienestar tiene como objetivo recortar la brecha entre ricos y pobres, estableciendo un sistema de salud accesible, siendo un estado que intenta atender las necesidades más básicas.
[8] Un antecedente es la encíclica de 1891, Rerum Novarum, que previa una respuesta ante el aumento del socialismo, a través de una propuesta social cristiana que involucrara la ayuda por parte del Estado (no es apoyado durante la primera parte del siglo XX porque se sostenía que aceptar la encíclica era asociarse con los obreros y por ende con el comunismo).
[9] Desirée Puchades. (2019). Socialdemocracia: qué es, características y origen. Economía simple. Disponible en: https://www.economiasimple.net/socialdemocracia-que-es-caracteristicas-y-origen.html
[10] François Furet. (1995). Epílogo. En El pasado de una ilusión. (560-561). México: Fondo de Cultura Económica
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