¿Hispanoamérica es pobre por culpa de España? El nivel de vida en la América española

A lo largo de la historia de la Hispanoamérica independiente, el argumento de que los españoles han sido los culpables de las innumerables miserias de esta región ha calado de manera satisfactoria en el imaginario colectivo. Muchos son los americanos que piensan que sus países llevan siglos sumidos en la miseria debido a que los desalmados españoles decidieron robarle a América sus metales preciosos y toda cosa de valor, condenando a este lado del Atlántico a unas condiciones de pobreza que parecen sempiternas.

Tapiz que muestra el encuentro entre Moctezuma II y Hernán Cortés

Ahora, no podemos culpar a la gente de a pie por tener estas concepciones incrustadas en lo más profundo de sus mentes, porque han sido los líderes políticos del continente americano los que han utilizado esa narrativa populista para atraer a las masas. Como bien afirmaba el Mexicano José Vasconcelos (2014) “a la multitud de Hispanoamérica no se le habla sino del oprobio de los tres siglos de coloniaje” (pp.45-46). Esta realidad es de lamentar, pero no de extrañar, ya que echarle la culpa de estos problemas a los españoles resulta esencial para algunos de estos dirigentes, porque “la suposición fundamental que subyace a muchas cruzadas políticas o ideológicas es que las disparidades socioeconómicas son automáticamente culpa de alguien” (Sowell, 2019, p.240).

Son muchas las voces criadas en América que se muestran escépticas con esa idea que afirma que las cosas están mal por culpa del imperio del que formó parte por trescientos años. Es por esto que, a lo largo de este artículo, se tratará de arrojar luz sobre la prosperidad económica y el nivel de vida de América durante su periodo hispánico. Para esto, se intentará sentar las bases de un análisis sobre la perspectiva comprensiva de diversos factores que afectan, de una u otra manera, la calidad de vida de una sociedad. Estos componentes serán el destino del gasto público, la infraestructura urbana y los salarios. Con esto en mente, es posible formularnos dos preguntas: ¿Era la América española tan pobre como la Hispanoamérica del presente? ¿Es España la culpable del subdesarrollo de Hispanoamérica?

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, es uno de los principales revisionistas de la historia de Hispanoamérica

El gasto público: ¿imperio de ingenieros o tiranía militar?

En primer lugar, es interesante hacer hincapié en la distribución del gasto público en las provincias españolas de América. Después de todo, saber en qué se gastaban los recursos en el Nuevo Mundo puede contribuir a la construcción de una visión más completa acerca del nivel de vida en los territorios de la Monarquía Hispánica. Así, podemos afirmar que el Imperio español no era uno cuyo poder se basara en el sometimiento militar de sus súbditos, y no estaba ni cerca de ser la tiranía militar que muchos defensores de la ya cansada leyenda negra sostienen que era. Es cierto que, a inicios del siglo XVIII, por ejemplo, el gasto militar en la América española era bastante alto, pero con el paso del tiempo se fue reduciendo de manera considerable. En ese sentido, Grafe y Irigoin (2008) afirman: “Nuestras cifras comparables en las cajas hispanoamericanas constituyen el 41 por ciento a principios de la década de 1730, el 28 por ciento a fines de la década de 1780 y el 16 por ciento a fines de la década de 1790” (p.23). Este reducido gasto militar sorprende aún más cuando se le compara con el de otras potencias europeas, las cuales contaban con uno colosal. Grafe y Irigoin (2008) explican: “En conjunto, el gasto militar directo y el gasto militar diferido en el tiempo representaron el 90 por ciento del gasto británico. Francia asignó un total del 72 por ciento del gasto total a fines militares en el año crítico de 1788.” (p.24)

En el marco de la continua reducción del gasto militar en la América española, se debe hacer énfasis también en el gran gasto civil que las autoridades imperiales mantuvieron a lo largo del siglo XVIII. Después de analizar el destino del gasto público en el Imperio español, es posible afirmar que “la verdadera diferencia entre la estructura de gasto española e hispanoamericana por un lado y aquella de Gran Bretaña y Francia por el otro radicaba en el inmenso gasto civil español e hispanoamericano y en el pequeño gasto financiero” (p.23). Fue este gran gasto civil el que le permitió a la América española levantar y mantener diversas políticas sociales en favor del grueso de la población hispanoamericana, pero sobre todo, fue vital para mantener uno de los más grandes orgullos de la corona hispánica: la infraestructura.

España replica a España: la infraestructura de la América Española

Las condiciones infraestructurales de la Hispanoamérica eran notables, como también lo era la influencia que las obras públicas financiadas por el gobierno imperial ejercían en la calidad de vida del grueso de la población. En ese sentido, el historiador británico Felipe Fernández-Armesto (2019) afirma: “Las grandes obras cívicas y públicas recuerdan una prosperidad que, en términos relativos, queda por recuperarse. Las ciudades norteamericanas estaban hechas en su mayoría en madera. Las hispanoamericanas tenían zonas majestuosas en piedra y mármol” (párr. 7). Las afirmaciones de Fernández-Armesto sobre la belleza de las zonas urbanas en la América española no son nuevas. Alexander Von Humboldt, por ejemplo, ya hablaba con asombro y grata sorpresa sobre la organización y belleza de la ciudad de México, que él había conocido durante los últimos años del Virreinato de Nueva España.

En ese sentido, Von Humboldt (2004) afirma:

«México debe contarse sin duda alguna entre las más hermosas ciudades que los europeos han fundado en ambos hemisferios. A excepción de San Petersburgo, Berlín, Filadelfia y algunos barrios de Westminster, apenas existe una ciudad de aquella extensión que pueda compararse con la capital de Nueva España, por el nivel uniforme del suelo que ocupa, por la regularidad y anchura de las calles, o por lo grandioso de las plazas públicas». (p.118)

Plaza de Armas, Ciudad de México. Siglo XIX

Es cierto que las descripciones que Fernández-Armesto y Von Humboldt nos proporcionan deben ser apreciadas y contribuyen a nuestro conocimiento general. No obstante, el lector podría desear una descripción más detallada acerca de las particularidades urbanas de los reinos de Indias. Para fortuna nuestra, estas descripciones ya están disponibles en la literatura.

Lucena-Giraldo (2020) afirma:

«Lima se dotó de una academia de Bellas Artes, gabinete anatómico, hospital y escuela náutica, caminos y puentes que venían del puerto. Buenos Aires, una ciudad con calles colapsadas por el lodo y las vacas, obtuvo nuevas calles, adornadas con un sistema de iluminación. Santiago de Chile contaba con una nueva catedral, aduanas y cabildo, mientras que en Quito había un nuevo palacio de gobierno. En Caracas se construyeron los puentes de Carlos III y el de la Trinidad, se construyó un teatro de comedias y una gran avenida, como la del Paseo del Prado en Madrid (p.111)».

A pesar de los loables esfuerzos del gobierno español, uno podría pensar que la construcción y el mantenimiento de obras públicas de semejante calidad contribuía solamente al embellecimiento físico de las ciudades, y que poco tenía que ver con la calidad de vida del grueso de la población. Sin embargo, la infraestructura tiene mucho que ver con dos aspectos claves para el mantenimiento de la calidad de vida de la población de un país: la salud de la población y la percepción de las potencias extranjeras del estado en cuestión. Así, algunos estudios recientes han resaltado la importancia que la calidad estética del paisaje urbano tiene en la salud de la población (Roberts-Hughes, 2013), y han llegado a afirmar que “la salud es afectada en gran manera por el paisaje” (Menatti y Casado da Rocha, 2016, p.1), y que “podemos hablar del derecho al paisaje como algo intrínsecamente relacionado al bienestar de las presentes y las futuras generaciones (Menatti y Casado da Rocha, 2016, p.1).

Siguiendo por la línea de la salud, y relacionando este aspecto con las condiciones de infraestructura de la América española, concentrémonos por un momento en las investigaciones de otros académicos que, haciendo hincapié en las formidables características de la infraestructura de salud en México y Perú, muestran que América era poseedora de algunos de los mejores hospitales del mundo (Gullo, 2021).

Gullo (2021) explica:

«Así nació el primer hospital dedicado exclusivamente a los indígenas [el hospital Real de Naturales], que tenía «capacidad para atender hasta cuatrocientos pacientes, pudiendo aumentar su capacidad en épocas de epidemias». Con el paso del tiempo llegó a tener seiscientas camas. Para apreciar la importancia de esta fundación, conviene saber que actualmente en la Ciudad de México, con 20 millones de habitantes, el hospital de la Mujer tiene 961 camas y que el hospital General de México dispone de 944 plazas (p.256)».

Ahora, en cuanto a la percepción que las potencias extranjeras tienen sobre un Estado (en nuestro caso, el Imperio español) se refiere, tener una infraestructura de primera calidad a lo largo y ancho del territorio es importante no solo para generar respeto en lo profundo de los gobiernos extranjeros, sino para garantizar, primero, el sostenimiento del Estado, y segundo, la calidad de vida dentro de este. Después de todo, es la supervivencia del Estado en tanto objetivo de alta política la que hace posible el mantenimiento de objetivos de baja política, como lo es la conservación de una buena calidad de vida para la población.

Mapa diacrónico del Imperio español. Entre 1580 y 1640, Portugal junto con sus colonias quedaron integradas en el imperio.

En ese sentido, Asimov (2006) expone:

Las ciudades magníficamente embellecidas presentan una «imagen» importante y desempeñan un papel en la guerra psicológica. En la época moderna, Napoleón III embelleció París por esta razón y hace unos años las potencias occidentales han promovido deliberadamente —y, por cierto, con notable éxito— la prosperidad de Berlín Occidental al objeto de minar la moral de la Alemania Oriental. (p.161).

¿Más ricos que Europa? Los salarios en la América española

En tercer lugar, es importante detenernos en los que pueden ser considerados los indicadores más fiables del nivel de vida de una sociedad: los salarios. Este factor suele ser más difícil de analizar y la literatura respecto al tema suele ser más bien escasa. Con todo, es posible afirmar que las condiciones salariales del grueso de la población hispanoamericana eran bastantes positivas. Por ejemplo, los salarios de los mineros mexicanos de la localidad de Real del Monte eran mucho más altos que los percibidos por los mineros del resto del mundo, como se observa en la figura 1. En ese respecto, Rivera (2019) afirma: “También fue muy superior [el índice de bienestar de Real del monte] a Barcelona, Florencia y Austria entre 1766 y 1796. En 1766 el índice de bienestar de Real del Monte era de casi 22, mientras que Ámsterdam tenía un valor de 4’1, seguido de Londres con 3’6” (p.312).

Figura 1

Índice de salarios reales de Real del Monte en comparación con ciudades de Europa, 1766-1898 (con partido).

Tomado de Rivera, E. G. (2019). Trabajo, salarios y Nivel de Vida de los mineros de real del monte (México) en los siglos XVIII Y XIX. Dialnet. Fuente: https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=270848 

En el caso de Real del Monte, los salarios por sí mismos eran relativamente insignificantes. Lo que hacía que los mineros de ese sector del virreinato de la Nueva España percibieran salarios tan ridículamente superiores a los del resto del mundo era el “partido”. Así, Rivera (2019) explica: “Se demuestra que el componente central de la remuneración de los barreteros no fue el salario monetario, sino el partido, es decir, el mineral que ellos mismos extraían y comercializaban una vez concluida su jornada como asalariados” (p.9). A consecuencia de esto, si removemos el “partido”, que tanta prosperidad le trajo a los mineros del norte de la España americana, el bienestar de esos trabajadores experimenta una reducción tremenda, como muestra la figura 2.

Figura 2

Índice de Bienestar realmontense, sin partido, en comparación con Europa

Tomado de Rivera, E. G. (2019). Trabajo, salarios y Nivel de Vida de los mineros de real del monte (México) en los siglos XVIII Y XIX. Dialnet. Fuente: https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=270848 

Ahora, el lector podría pensar que, si bien la evidencia empírica disponible demuestra la impresionante superioridad del poder de compra de los mineros del virreinato de Nueva España con respecto al resto del mundo, estos resultados no podrían extrapolarse sin más a otras regiones del imperio ni a otras actividades económicas. No obstante, la literatura actual nos demuestra que el poder adquisitivo promedio de varias provincias de la América española era, en general, superior al de los habitantes de muchas otras regiones del planeta (Rivera, 2013). Esto es evidente al comparar el consumo de ciertos productos por parte de los ciudadanos hispanoamericanos con el consumo de los mismos productos por parte de los ciudadanos de otras regiones del mundo, como se observa en las figuras 3 y 4.

Figura 3

Consumo de carne en kilogramos de varias regiones, 1766-1860

Tomado de Rivera, E. G. (2019). Trabajo, salarios y Nivel de Vida de los mineros de real del monte (México) en los siglos XVIII Y XIX. Dialnet. Fuente: https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=270848 

Figura 4

Consumo de azúcar en kilogramos de varias regiones, 1766-1860

Tomado de Rivera, E. G. (2019). Trabajo, salarios y Nivel de Vida de los mineros de real del monte (México) en los siglos XVIII Y XIX. Dialnet. Fuente: https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=270848 

Conclusiones finales

En conclusión, y respondiendo a las preguntas formuladas a comienzos de este texto, es plausible afirmar que la América española ha experimentado, desde su independencia, “una larga época de decadencia relativa en todo aspecto, a la vez que cedía el liderazgo intelectual y el predominio material del hemisferio a los Estados Unidos” (Fernández-Armesto, 2019, párr. 9). Al contrario de lo que muchos promotores de la leyenda negra antiespañola afirman, el gobierno español, lejos de empobrecer al Nuevo Mundo, logró implementar unas condiciones de prosperidad que eran, hasta ese momento, desconocidas hasta para las más desarrolladas regiones del mundo. Fueron los gobiernos republicanos, y no los virreyes españoles, los que, en su debilidad y desunión, sentaron las bases para que Hispanoamérica cayera en un abismo de pobreza y subdesarrollo, en el marco del cual “seguimos perdiendo, no solo en soberanía geográfica, sino también en poderío moral” (Vasconcelos, 1928, p.6) debido a la negación y deliberada destrucción del bienestar y la estabilidad que, con todos sus defectos y pecados (que los había, porque el Imperio español estuvo muy lejos de ser perfecto), nos hizo más prósperos que la misma Europa, que hoy vemos tan lejana en términos de desarrollo social y económico.

En la actualidad, son muchos los postulados de la leyenda negra que son asumidos por buena parte de la población hispanoamericana sin contraponer un análisis exhaustivo

Bibliografía

  • Asimov, I. (2006). Los Egipcios. Alianza. 
  • Fernández-Armesto, F. (2020, August 29). ¿Era necesaria la independencia de la corona española? Semana.com Últimas Noticias de Colombia y el Mundo. Retrieved June 1, 2022, from https://www.semana.com/nacion/articulo/bicentenario-era-necesaria-la-independencia-de-la-corona-espanola/626258/ 
  • Gullo, M., & Guerra, A. (2021). Madre Patria: Desmontando La leyenda negra desde Bartolomé de las Casas hasta el separatismo catalán. Espasa. 
  • Humboldt, A. von, & Antonio, O. y M. J. (2004). Ensayo Político sobre el reino de la nueva españa. Porrúa. 
  • Lucena-Giraldo, M. (2021). Public Works in the Spanish Empire: A Bridging Perspective. European Review, 29(1), 107-112. doi:10.1017/S1062798720000630
  • Menatti, L., & Casado da Rocha, A. (2016). Landscape and Health: Connecting Psychology, Aesthetics, and Philosophy through the Concept of Affordance. Frontiers in psychology7, 571. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2016.00571
  • Regina Grafe & Alejandra Irigoin, 2012. «A stakeholder empire: the political economy of Spanish imperial rule in America,» Economic History Review, Economic History Society, vol. 65(2), pages 609-651, May.
  • Rivera, E. G. (2019). Trabajo, salarios y Nivel de Vida de los mineros de real del monte (México) en los siglos XVIII Y XIX. Dialnet. Retrieved May 25, 2022, from https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=270848 
  • Roberts-Hughes, R. (2013). City Health check: How design can save lives and money. Retrieved May 31, 2022, from https://ecosystemsknowledge.net/sites/default/files/wp-content/uploads/2016/1/ecosystem-approach-handbook.pdf 
  • Sowell, T. (2019). Discrimination and disparities. Basic Books. 
  • Vasconcelos, J. (2014). Bolivarismo y Monroísmo: Temas Iberoamericanos
  • Vasconcelos, J. (1928). La Raza Cosmica: Mision de la Raza Iberoamericana. Agencia mundial de librería. 
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