Olympe de Gouges: ¿la primera feminista?

“La mujer nace libre y permanece igual al hombre en derechos. Las distinciones sociales sólo pueden estar fundadas en la utilidad común”, expresó Olympe de Gouges en 1791. Así empezaba su Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, considerado el primer manifiesto feminista.

Olympe de Gouges

Este manifiesto se hace eco de las cláusulas de la Declaración de los Derechos del Hombre, y los reclama para las mujeres. El único, pero sin duda esencial, reconocimiento parece haber sido el de pionera en la defensa de los derechos de la mujer, pero Olympe fue una adelantada a su tiempo en muchos otros aspectos. Conocer y recordarla es un acto de justicia. Tanto ella como su obra tienen que ocupar el sitio que les corresponden en la historia.

¿Quién fue Olympe de Gouges?

Su nombre de nacimiento fue Marie Gouze, nació el 7 de mayo de 1748 en Montabaun, una ciudad del suroeste de Francia. Siendo adolescente hubo un hecho que la marcó profundamente ya que la casaron contra su voluntad con Louis-Yves Aubry, hijo de unos burgueses de París. A ninguno de los dos le ilusionó el matrimonio, pero a Olympe la afectó especialmente. En sus memorias escribió: “Fui sacrificada sin ninguna razón que pudiese equilibrar la repugnancia que tenía por este hombre”, haciendo referencia a su marido.

Fruto de este matrimonio, tuvo un hijo, el único de Olympe, llamado Pierre que nació el 29 de agosto de 1766. Al poco tiempo, su marido murió y ella interpretó su desgracia como una liberación, como la posibilidad de empezar a vivir la vida que realmente quería. Aprovechó la ocasión para cambiarse el nombre y a partir de ese momento sólo iba a aparecer como Marie Gouze en los documentos notariales, mientras que para todo lo demás sería Olympe de Gouges. Eligió ese nombre por su madre, también llamada Olympe. Gouges habría surgido de una derivación del apellido real.

Su buena posición social le posibilitó estudiar y darle buenos estudios a Pierre, con quien se mudó a París en 1770. Allí frecuentó salones literarios y conoció a la élite intelectual del Siglo de Oro francés. En los encuentros intelectuales, donde no faltaban escritores, periodistas, científicos y políticos, las hombres marcaban el tono mientras las mujeres se limitaban a seguir la partitura impuesta. Pero aunque la esfera política y social les seguía vetada, el Siglo de Oro no hubiese sido posible sin las mujeres.

Olympe de Gouges. Fuente: perfil.com

Luego pasó al mundo de las letras. Durante la mayor parte de 1780 “bombardeó” el teatro francés con sus piezas, pero como no conseguía que las representaran, por lo que se dedicó a publicarlos con prefacios en los que denunciaba a los actores, dramaturgos colegas y a la administración. Dejó importantes obras de teatro que llegaron a escena cuando logró montar una compañía de teatro itinerante que recorría París. Fue tal el impacto generado por esas piezas que pronto comenzaron a ser representadas en toda Francia. Su obra más conocida fue La esclavitud de los negros publicada en 1792.

Revolución francesa

El estallido de la Revolución francesa dio un nuevo impulso a sus actividades literarias. Los temas de sus obras comenzaron a tener tintes cada vez más políticos y agregó una serie de folletos y trabajos que proponían muchas medidas sociales: exigió que las mujeres tuviesen un papel activo en la sociedad, reivindicó el amor libre, combatió la pena de muerte y defendió a los más débiles: a los negros esclavizados, a las madres solteras, a los hijos naturales, a las prostitutas, a los parados y a los vagabundos. Pidió que hubiera un impuesto voluntario sobre la riqueza y mejores condiciones en los hospitales de maternidad. También denunció temas tan polémicos como la corrupción y la malversación de fondos públicos.

La toma de la Bastilla el 14 de julio de 1789 dio inicio a la Revolución francesa que se extendió hasta 1799. Acuarela de Jean-Pierre Houël (1789)

El 3 de septiembre de 1791, la Asamblea anunció que Luis XVI había aceptado la nueva Constitución, reconociendo el principio de soberanía nacional, pero también la monarquía parlamentaria. Fue por aquellas fechas que salió a la luz la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, obra por la que Olympe sería principalmente conocida. Era un manifiesto con diecisiete artículos, los mismos con que contaba la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano y, aunque a priori parecía un calco, la realidad es que se trataba de mucho más de un alegato a favor de su género. Se tenía que dar a las integrantes del mal llamado “sexo débil” acceso a la urna y la tribuna, tenían que poder votar y poder ser elegidas. Una de sus frases más conocidas es: “Si la mujer tiene el derecho a subir al cadalso, debe tener el derecho a subir a la tribuna”.

No sólo reclamaba a los hombres igualdad, sino que les acusaba de usurpar derechos que no le pertenecían, e incluso menospreció al género masculino, refiriéndose a los varones como “el animal más tonto”: “¿Hombre, eres capaz de ser justo? Es una mujer quien hace la pregunta; no le quitarás por lo menos este derecho”.

Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana (1791)

Al mismo tiempo reivindicaba que las mujeres formasen una Asamblea Nacional, que tenían que trabajar tanto como los hombres y contribuir como ellos a los impuestos estatales, además de poder ser llamadas al ejército y ser elegidas para todos y cada uno de los cargos públicos.

En la actualidad algunos historiadores sostienen que la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana constituye un alegato brillante y radical en favor de las reivindicaciones femeninas y una proclama auténtica de la universalización de los derechos humanos.

Pensamiento y ejecución de Olympe de Gouges

En un principio, Olympe apoyó la instauración de una monarquía constitucional, luego se adhirió a la causa republicana aunque se opuso a la ejecución de Luis XVI. Fue partidaria de los girondinos, el ala más moderada de los revolucionarios, y advirtió sobre los riesgos de la dictadura jacobina, el ala más extremista, criticando duramente la política de Robespierre y Marat. De Marat decía que era un “aborto de la humanidad”, mientras que de Robespierre decía que sólo buscaba establecer una dictadura personal. Su partidismo causó su detención a mediados de 1793 acusada de ser la autora de un cartel a favor de los girondinos. En prisión fue herida y sufrió serias infecciones que provocaron su traslado.

El 2 de noviembre de 1793 fue llevada ante el tribunal revolucionario. Se le negó el derecho a un abogado y tuvo que defenderse ella misma. Lo hizo con valor e inteligencia, pero ya estaba sentenciada de antemano. Fue condenada a muerte por defender los principios girondinos y haber apoyado un estado federado, y guillotinada al amanecer del día siguiente.

Ejecución de Olympe de Gouges

Olympe fue la única mujer decapitada por haber publicado y difundido sus escritos políticos. Fue una de las pocas que se atrevieron a proponer nuevas leyes que beneficiasen a las mujeres. Sólo por eso debe ser considerada una pionera, una de las primeras que comenzaron a escribir la historia de las mujeres. Para muchos se la puede considerar la primera feminista.  

Bibliografía

  • Jara, F. (2017). Olympe de Gouges, la feminista guillotinada por los revolucionarios franceses que no reconocieron sus derechos. Infobae. Recuperado de: https://www. infobae. com/sociedad/2017/03/08/olympe-de-gouges-la-feminista-guillotinada-por-los-revolucionariosfranceses-que-no-reconocieron-sus-derechos.
  • Kelly, L. (1989). Las mujeres de la Revolución francesa. Buenos Aires: Vergara.
  • Manzanera López, L. (2010). Olympe de Gouges, la cronista maldita de la Revolución francesa. España: El Viejo Topo.
  • Queralt del Hierro, M, P (2021). Olympe de Gouges, la feminista guillotinada por Robespierre. La Vanguardia. Recuperado de: https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20210526/7479567/olympe-gouges-feminista-guillotinada-robespierre.html.
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