De las ruinas del Imperio otomano surgió la República de Turquía. Este estado tuvo un ortograma distinto, y consistió en organizar Turquía siguiendo el modelo occidental de estado-nación, es decir, de un Estado, republicano, secular y de una sola nación. En total contraposición a la organización imperial, plurinacional y totalmente islámica, que fue lo característico del Imperio otomano.
Antecedentes
El ortograma otomano, se elabora durante el reinado de Mahmud II (1808-1839), y consistía en unir a todas las comunidades bajo el pensamiento otomano, sin importar la nacionalidad o la religión. Pero esa idea de crear la nación otomana fracasó por el carácter plurinacional del Estado. Es entonces cuando cobra fuerza la idea de una unidad panislámica, conformada por las diversas comunidades musulmanas que vivían dentro del Estado otomano.
Esa unidad política panislamista ya tenía antecedentes, en el último periodo de Abdulaziz (1861-1876) ya se hablaba de ella, y se intentó poner en práctica en el periodo de Abdul Hamid II (1876-1909). A finales del siglo XX sucedió la independencia de las nacionalidades cristianas en los Balcanes y eso termina con la idea del otomanismo. La separación de Macedonia y Albania del Imperio otomano, de mayoría musulmana, las revueltas de los árabes contra la autoridad imperial durante la Primera Guerra Mundial, demostró la inviabilidad de las políticas panislamistas.
La idea de erigir un Estado-nación teniendo como referencia la «turquicidad» tuvo lugar durante el Imperio otomano, que se derrumbó al final de la Primera Guerra Mundial. Ziya Gökalp, referente ideológico del turquismo sostiene en su libro: «Turquificación, islamización, modernización», que no ve como mera coincidencia que la idea de una nación en el Imperio otomano viera vida en los Balcanes, luego en los árabes y en los turcos.
Puesto que los fundadores del Imperio otomano eran turcos y querían mantener vivo el Estado, este concepto de nación turca fue tomado como la filosofía de la República turca fundada en 1923. Así lo sostuvo Mustafá Kemal Atatürk, el fundador de la República de Turquía, en su libro de Información Civil de enseñanza en las escuelas: «El pueblo de Turquía que fundó la República de Turquía se llama la nación turca».
El Kemalismo
El Kemalismo es, para la nueva clase gobernante del estado turco, el único modelo válido y el que debe seguir Turquía para lograr su eutaxia, el occidental y Europa en particular. Este nuevo ortograma cumple un rol determinante en su política exterior durante gran parte del siglo XX. Los cambios de esta ideología, se deben a la llegada al poder del «Partido de la Justicia y el Desarrollo» en 2002.
Esta ideología pro-occidental y modernizadora que se formula en el Kemalismo, tiene sus antecedentes en siglos anteriores. En la segunda mitad del siglo XVII, empieza la decadencia del Imperio otomano, y continuará profundizándose en el siguiente. El poder del imperio frente a las monarquías europeas se irá reduciendo, tanto en lo económico como en lo militar.
Los gobernantes otomanos reconociendo la inferioridad militar del imperio, enviaron funcionarios a Europa para entender esta superioridad militar. Comprendieron que la ventaja europea estaba en la aplicación de la tecnología y de las ciencias en el campo militar. Los otomanos, para salir de ese atraso, decidieron crear academias con el fin de formar militares, médicos, ingenieros, según los planes formativos occidentales.
En el siglo XIX, decidieron profundizar las reformas, a esta iniciativa se las llamó «tanzimat», trataron de modernizar la estructura económica y administrativa del imperio, siguiendo el código legal francés. El significado de «tanzimat» en turco es «regulación y organización», y viene a definir el período entre 1839 y 1876 en el que en el seno del Imperio otomano se ejecutó una política de renovación a todos los niveles, en un intento de modernizar la estructura imperial ante la presión de las potencias occidentales.
Para finales del siglo, pese a las reformas, vieron que no fueron suficientes para evitar el ocaso del imperio. Lo que sí produjeron las reformas fue una clase burocrática formada en valores occidentales. Estas nuevas elites burocráticas se organizaron en diversos grupos buscando la profundización del proceso de occidentalización y modernización del imperio.
Uno de estos grupos, clave para la formación de la ideología kemalista, fueron los llamados «Jóvenes turcos» que protagonizaron la revolución de 1908 contra el sultán Abdul Hamid II, y controlaron el imperio hasta el final de la Primera Guerra Mundial. Es cierto, que previamente hubo otro grupo modernizador, los «Jóvenes otomanos», pero a diferencia de estos, los «Jóvenes turcos» se negaron rotundamente a conciliar los valores occidentales con las tradiciones islámicas del Imperio otomano.
El papel de Mustafá Kemal Atatürk
Mustafá Kemal Atatürk, después de la guerra, adoptó una postura similar a los Jóvenes turcos, y sostuvo que Turquía necesitaba una transformación radical para llevar al país, a lo que ellos entendían como «la civilización contemporánea», es decir, europea. Por tanto, la República de Turquía fue un proceso de occidentalización llevado a cabo desde las clases gobernantes, en una actitud claramente enfrentada al islam y a la cultura árabe.
En el control del Estado turco, el Kemalismo tiene el rol principal, desde la fundación de la República en 1923 hasta el último cuarto del siglo XX. A partir de este momento se produce un retorno gradual de elementos islamistas al campo político que van erosionando la política kemalista, sobre todo en su política exterior.
Muchos estudiosos sobre la cuestión turca y su occidentalización, sostienen que el kemalismo es producto de una búsqueda de identidad en los años de la Guerra de Independencia, entre 1917 y 1923. Eso se puede comprobar en el discurso de Kemal el día de la fundación de la República:
«Nuestro objetivo ahora es fortalecer los lazos que nos unen a otras naciones. Puede haber una gran cantidad de países en el mundo, pero solo hay una civilización, y si una nación ha de lograr el progreso, debe ser parte de esta civilización. El Imperio otomano comenzó a declinar el día en que, orgullosa de sus éxitos contra Occidente, cortó los lazos que la unían a las naciones europeas. Nosotros no repetiremos este error».
Citado por Yücel Bozdağlıoğlu
A pesar de la decisión secularizadora del kemalismo, no se pudo lograr la conversión de toda la sociedad turca. La conversión de Santa Sofía de mezquita en museo fue una medida adoptada en vista a ese fin. Turquía se dividió en dos sectores, una occidental, que abarcaba las grandes urbes y asociada a la clase gobernante. La otra, islámica, rural y ligada a la población de menores recursos. En las últimas décadas del siglo pasado, el poder fue oscilando entre estos dos grupos.
Mustafá Kemal Atatürk, el padre de Turquía, pretendió crear un Estado-nación moderno y para ello era necesario reconvertir las instituciones del Imperio otomano. El secularismo y la occidentalización fueron los principios básicos para consolidar el nuevo régimen post-otomano. Reemplazaron el alfabeto arábigo por el latino, se aplicaron legislaciones modernas sobre la igualdad de derechos de la mujer así como códigos mercantiles y civiles de Francia y Suiza.
Se adoptó el calendario occidental, la vestimenta, se prohibió la llamada a la oración en árabe, se introdujeron cambios en las costumbres, etc. Para lograr pasar de un imperio decadente a una nación moderna y occidental, se estableció un nuevo régimen autoritario, con rasgos y simbología nacionalista, pero de corte occidental. Kemal Atatürk, vio en la religión, desde el principio, un impedimento para la modernización del país.
Por tanto, impuso restricciones a la práctica del islam. Para llevarlo a cabo, se estableció el Ministerio de Asuntos Religiosos, que constituyó el inicio para la secularización y que finalizó con la separación de la mezquita (la religión) y el Estado.
Trayectoria de Turquía tras Kemal Atatürk
Turquía tenía la necesidad de solidificar los lazos con Europa, y después con Estados Unidos, para tener un lugar en el mundo occidental. La política internacional de Turquía desde 1946, se centró en Occidente. Esta comenzó con la Doctrina Truman y el Plan Marshall, más tarde se unieron a las alianzas y pactos de seguridad de Occidente, a la OTAN en 1952, a la Organización del Tratado Central (entonces Organización del Tratado de Medio Oriente), además de enviar 4500 soldados a la Guerra de Corea.
Turquía tuvo que vivir algunas crisis, como la crisis de los misiles de Júpiter, la crisis de la Carta de Johnson, la crisis de Chipre de 1963-64 y la de 1974. La República de Chipre, recientemente independizada, tuvo que sufrir conflictos étnicos violentos entre su población turca y griega. Turquía quiso intervenir en el conflicto, pero Estados Unidos se lo impidió. La intervención turca hubiese provocado una guerra entre Grecia y Turquía, ambos miembros de la OTAN.
La crisis de Chipre de 1974 y la invasión de Irak, no cambiaron su política exterior, centrada en la OTAN. Las tensiones de Turquía con Estados Unidos y la OTAN en el siglo XXI, han hecho que actualmente se cuestione la alianza occidental. En cambio, los defensores del alineamiento con Occidente y la pertenencia a la OTAN, sostienen que es parte de la identidad del país.
Suleyman Demirel, entonces primer ministro, señaló en 1968, que la alianza era una «manifestación de la identidad y el destino» de los países democráticos. En la década de los 60 y comienzos de los 70, la participación de Turquía en la OTAN tenía el consenso unánime de toda la clase política.
Los detractores de la ideología kemalista, sostienen que la pertenencia a la OTAN ponía a Turquía en riesgo de ser introducida en un conflicto, como un posible enfrentamiento con la Unión Soviética, y que ese alineamiento perjudicó sus relaciones con los países del Tercer Mundo, y en especial con el mundo árabe. La política exterior con el mundo árabe había sido abandonada desde la época de Kemal Atatürk. Turquía fue el vocero de Occidente en la conferencia de Bandung de 1955.
La conferencia de Bandung (Indonesia) fue una reunión de Estados asiáticos y africanos. Fue organizada por líderes independentistas: Gamal Abdel Nasser, de Egipto, Jawaharlal Nehru, de India, y Sukarno, jefe de Estado de Indonesia. Se celebró entre el 18 y el 24 de abril de 1955, con el fin de lograr una cooperación económica y cultural afroasiática, en oposición, básicamente a los Estados Unidos, y su inclusión dentro del área de influencia soviética.
Turquía se alineó en contra del Tercer Mundo en los foros internacionales, por ejemplo, se opuso a la posición de Egipto durante la crisis del Canal de Suez y votó en contra de la independencia de Argelia en 1958. En 1974, durante la segunda crisis de Chipre, Turquía intervino militarmente en la isla, lo que llevó a que Estados Unidos impusiera un embargo de armamentos sobre el país.
A partir de ese momento, Turquía procedió a diversificar su política exterior para reducir su dependencia de los Estados Unidos. La relación con Europa, y los intentos de Turquía de participar en el proceso de integración a la Unión Europea, fue el segundo punto más importante de la política exterior turca. Desde los 50, demostró sus intenciones de ser parte de ese proyecto, y en 1963 se convirtió en miembro asociado de la Unión Europea después de la firma del Acuerdo de Ankara.
Esta asociación con la Unión Europea fue criticada por los efectos negativos en lo económico, en especial por la firma de la unión aduanera en 1970. El gobierno respondió que la apertura económica era parte del proceso de occidentalización y el alineamiento político con Europa y los Estados Unidos. En la década de los 80, el ingreso de Turquía como miembro a la Unión Europea pleno se paralizó. Una de las causas fue el golpe de Estado de 1980.
En 1981, Grecia ingresó en la Unión Europea. Este hecho produjo cierta preocupación en las dirigencias políticas turcas ya que pensaban que Europa no aceptaba la identidad europea de Turquía. Sin embargo, los europeos criticaban el golpe de Estado. El régimen militar fue forzado a llamar elecciones en 1983.
El gobierno de Turgut Özal introdujo rápidamente un nuevo plan de apertura económica para agilizar el proceso de entrada a la Unión Europea. En 1987, Turquía solicitó ser miembro permanente. A finales de la Guerra Fría, la relación entre Turquía y la Unión Europea volvió a tener problemas. Cuestiones de tipo cultural dificultaban el ingreso de Turquía en la Unión Europea. También el derrumbe del imperio soviético rebajó considerablemente la importancia estratégica de Turquía.
En el plano interno, se estaba iniciando una rehabilitación del islam. En este contexto, el gobierno de Turgut Özal empezó a romper con el kemalismo, en especial con su política exterior. Priorizó las relaciones de interdependencia económica con sus vecinos del Medio Oriente y de Asia Central. Justamente esta política exterior fue lo que llevó a que sea denominada como «neo-Otomana», y que también es usado y con mayor razón con el presidente Recep Tayyip Erdogan.
El presidente Turgut Özal, si bien no descartaba el pensamiento kemalista, reivindicó la historia otomana y el carácter islámico de Turquía. En la última década del siglo XX, el pensamiento kemalista entró en crisis y facilitó el ascenso del islam político. Se hizo visible esa dualidad entre la Turquía europea y secular y la Turquía islámica, que se oponía al proyecto kemalista.
Esta dualidad se hizo concreta en 1996. En ese momento se conformó un gobierno de coalición entre el «Partido del Bienestar» (Refah Partisi), islamista, ganador de las elecciones de 1995 y el «Partido del Camino Verdadero» (Doğru Yol Partisi), secular. El nuevo presidente Necmettin Erkaban, del Partido del Bienestar, implementó una política exterior orientada básicamente al mundo árabe, haciendo oídos sordos a las protestas de sus compañeros de coalición.
La mayor obra del presidente Necmettin Erkaban fue la creación de Developing-8, una organización internacional que promovía la cooperación entre los 8 principales países islámicos en vías de desarrollo: Bangladesh, Egipto, Nigeria, Indonesia, Irán, Malasia, Paquistán y Turquía. Sin embargo, el gobierno de Erkaban fue muy breve.
En 1997, el ejército turco, históricamente el principal guardián de los principios kemalistas, obligó a Necmettin Erkaban a presentar la renuncia tras una larga campaña legal y política contra su gobierno. El ejército sostuvo que Necmettin Erkaban había atentado contra el carácter secular de la república. Turquía se encaminaba hacia una nueva etapa llena de incertidumbres.
Bibliografía
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