El Arca de la Alianza, la búsqueda de la eternidad

A lo largo de los siglos, el ser humano ha tratado de descubrir los secretos de algunas de las reliquias más fascinantes e inquietantes. Una de ellas es el Arca de la Alianza, también llamada Arca del Pacto o Arca del Testimonio. Según las Sagradas Escrituras, en este cofre cubierto de oro se encontraban las dos tablas de los Diez Mandamientos que Dios entregó a Moisés en el monte Sinaí. Pero, ¿dónde se encuentra? ¿Qué misterios aguardan en su interior? ¿Se trata de una leyenda o existió realmente?

Representación del Arca de la Alianza. Fuente: ateneovalencia.es

¿Qué es el Arca de la Alianza?

Según la tradición judeocristiana, el Arca de la Alianza era un misterioso cofre que representaba la presencia de Dios (también llamado Yahvé o Jehová), que actuaba como receptor de su poder divino. En su interior se albergaban las dos tablas de los Diez Mandamientos del profeta Moisés y otros objetos como el bastón de su hermano Aarón o el maná, el alimento milagroso que sustentaba al pueblo de Israel durante el Éxodo. La Biblia, en Reyes 1, 8:9, menciona que en el arca se encontraban:

[…] LAS DOS TABLAS DE PIEDRA QUE ALLÍ HABÍA PUESTO MOISÉS EN HOREB, DONDE JEHOVÁ HIZO PACTO CON LOS HIJOS DE ISRAEL, CUANDO SALIERON DE LA TIERRA DE EGIPTO.

En cuanto a los materiales utilizados, medidas y decoración, el cofre medía 2’5 codos de largo, 1’5 de ancho y un 1’5 de alto (111 cm × 67 cm × 67 cm), realizado en madera de acacia y dotado con un revestimiento de oro por dentro y por fuera. Un borde artístico en forma de guirnalda coronaba el arca y sobre la cubierta de oro macizo había montados dos querubines, uno frente al otro, situados en cada extremo. En Éxodo 25, 9:11, Jehová dio las siguientes instrucciones para su construcción:

HARÁN TAMBIÉN UN ARCA DE MADERA DE ACACIA, CUYA LONGITUD SERÁ DE DOS CODOS Y MEDIO, SU ANCHURA DE CODO Y MEDIO, Y SU ALTURA DE CODO Y MEDIO. Y LA CUBRIRÁS DE ORO PURO POR DENTRO Y POR FUERA, Y HARÁS SOBRE ELLA UNA CORNISA DE ORO ALREDEDOR.

[…] HARÁS TAMBIÉN DOS QUERUBINES DE ORO; LABRADOS A MARTILLO LOS HARÁS EN LOS DOS EXTREMOS DEL PROPICIATORIO. […] Y LOS QUERUBINES EXTENDERÁN POR ENCIMA LAS ALAS, CUBRIENDO CON SUS ALAS EL PROPICIATORIO; SUS ROSTROS EL UNO ENFRENTE DEL OTRO, MIRANDO AL PROPICIATORIO LOS ROSTROS DE LOS QUERUBINES.
Arco del Pacto (Tissot, 1896-1902)

La importancia del arca para el pueblo judío era incuestionable. A través de ella, la presencia de Yahvé quedaba manifiesta y como resultado, se podía disfrutar de sus bendiciones. Gracias a ella, se pudieron obrar acciones sobrenaturales tales como atravesar las aguas del río Jordán o el derribo de las murallas de la ciudad rival de Jericó. Además, si caía en manos del enemigo, esta se encargaba de provocar el mal hasta ser devuelta a sus legítimos dueños. Cuando los filisteos se apoderaron de ella y la llevaron a Asdod, la estatua de su dios Dagón cayó y se resquebrajó. Finalmente, tras sufrir lo insufrible, decidieron restituirla a los israelitas.

Pero el poder de la reliquia también dependía de la condición espiritual y de la obediencia fiel de aquellos que la poseían. Si el pueblo hebreo ofendía a Yahvé de alguna manera, entonces el arca se volvería en su contra provocando la desgracia con el objetivo de recordarle cual era la rectitud del camino a seguir. Por tanto, se podría decir que el arca constituía un arma de doble filo. Si alguien osaba manipularla sin el debido respeto, caía fulminado por el poder de Yahvé. Un dato muy a tener en cuenta es que solamente el Sumo Sacerdote podía llevar a cabo los ritos concernientes a esta reliquia sagrada, como la ceremonia del Día de Expiación. Según Levítico 16, 2:28:

Todos los sacrificios llegaban cada año a su punto culminante al celebrarse el «Día de la Expiación» (yom kippur), el diez del séptimo mes. Ese día, cada parte del tabernáculo era asperjada con sangre para purificarlo de las impurezas de los israelitas y santificarlo.

¿Existió realmente?

La existencia del Arca de la Alianza se mueve a medio camino entre la leyenda y la realidad. Su rastro se pierde 2600 años atrás en el tiempo. Aún así, numerosos relatos y teorías sitúan la reliquia sagrada en diferentes momentos y lugares a lo largo de la historia. Actualmente no hay un consenso unánime entre los expertos, dividiéndose entre los que niegan categóricamente su existencia frente a aquellos que no albergan la menor duda. En ocasiones, resulta difícil separar la fe de la exactitud histórica.

Los arqueólogos israelitas Finkelstein y Silberman, autores de La Biblia desenterrada rechazan los hechos históricos relacionados con el Éxodo y por consiguiente, la veracidad del Arca de la Alianza. Por contra, autores como Graham Hancock la interpretan tal y como es descrita en el Antiguo Testamento. Otros como Javier Martínez-Pinna, autor de Operación trompetas de Jericó, son partidarios de una postura intermedia, situando el arca dentro del contexto geográfico del pueblo judío en el I milenio a.C.

Trayectoria y posibles paraderos

El pueblo judío profesaba tal devoción al arca que se encontraba en el lugar Santísimo del Tabernáculo de Dios, santuario móvil construido por los israelitas bajo las instrucciones dadas por Yahvé a Moisés. Al principio, el arca tuvo un trayecto itinerante siendo transportada por diversos lugares tales como Silo, Qiriath-Jearim, Asdod o Sión, dependiendo de las circunstancias.

De acuerdo a la tradición judeocristiana, el primer lugar permanente donde reposó el Arca de la Alianza fue el Templo de Salomón, en Jerusalén. Según la Biblia, este emplazamiento fue edificado en tiempos del rey Salomón y quedó terminado en el año 957 a.C. El padre de Salomón, David, no lo pudo ver concluido por sí mismo, pues había sido castigado por Yahvé al haber derramado mucha sangre.

El Juicio de Salomón, taller de Rubens (1611-1614)

Algunas investigaciones en cambio, creen que el arca fue trasladada a Jerusalén en el siglo VII a.C. en tiempos de Josías de Judá. Posiblemente, el gran reino de Israel no fuese tan poderoso tal y como era descrito en la Biblia. De esta forma, el arca funcionaría más bien como un elemento de propaganda para conectar con las leyendas de los reyes de David y Salomón y así otorgarle mayor grandiosidad.

Así pues, el arca quedó preservada en el Sancta sanctórum (en latín «Santo de los Santos», es decir un lugar santísimo), la zona interior sin ventanas más sagrada del templo. No obstante, este cofre sagrado podría haber sido robado o destruido durante alguna de las numerosas invasiones que sufrió la ciudad santa a lo largo de su trayectoria, como la de los babilonios procedentes de la región de Mesopotamia.

Otras fuentes aseguran que el arca fue escondida en una cueva del monte Nebo (actual Jordania) durante el ataque del Imperio babilónico de Nabucodonosor II, ocurrido en el siglo VI a.C. Como consecuencia de esta cruenta invasión, Jerusalén fue arrasada, al igual que el primer Templo de Salomón. Dicho evento fue considerado, de hecho, como un cumplimiento de las profecías judaicas.

Muro de las Lamentaciones, procedente del Segundo Templo de Jerusalén, destruido por Tito en el 70 d.C.

Siguiendo el hilo de estas consideraciones, un grupo de rabinos pudo haberla enterrado en el interior del monte Moriá, donde se habría ubicado el primer templo antes de ser destruido. Hoy por hoy, sería imposible llevar a cabo su búsqueda ya que ahora es la Explanada de las Mezquitas, con la Cúpula de la Roca y la mezquita al-Aqsa. Estos monumentos fueron construidos durante la época omeya, siendo la Explanada de las Mezquitas uno de los emplazamientos más sagrados para el islam.

No demasiado lejos de este lugar, un arqueólogo bíblico de nombre Ronald Eldon Wyatt, ubicó el Arca de la Alianza en el llamado Jardín de la Tumba, en el monte de la Calavera en Jerusalén. No obstante, este peculiar personaje ha sido puesto en duda por investigadores, científicos, historiadores y eruditos bíblicos por la falta de pruebas consistentes. A pesar de ello, su testimonio sigue teniendo cabida entre ciertos grupos fundamentalistas cristianos.

Toma de Jerusalén por los cruzados (1099)

Una teoría aún más enrevesada afirma que el arca fue custodiada por los caballeros templarios durante la Edad Media. Esta orden religiosa se habría encargado de depositarla en alguna iglesia o catedral europea para su mejor protección, quizás la catedral de Chartres en Francia. Otro lugar en Europa podría ser San Juan de Letrán (Roma). A los templarios se le atribuyen todo tipo de relatos legendarios, como la salvaguarda del Santo Grial, la copa usada por Cristo durante la Última Cena. Quizás este sea, junto con el Arca de la Alianza, uno de los objetos más codiciados de todos los tiempos.

En cambio, algunos apoyan de forma firme que el cofre se halla en la Iglesia de Santa María de Sion, localizada en Aksum (Etiopía). En este lugar se halla custodiada por un sacerdote elegido expresamente para ello y su acceso está terminantemente prohibido. La tradición recogida en el Kebra Nagast (Libro de la Gloria de los Reyes de Etiopía) cuenta que el arca fue traslada por Menelik I (siglo X a.C.), quien era hijo del rey Salomón y de la legendaria Reina de Saba. Después de pasar por varios lugares, acabaría finalmente en la ciudad etíope, donde según sus defensores permanecería en la actualidad.

Capilla de las Tablas en la Iglesia de Nuestra Señora de Sion (Etiopía), donde según la tradición, se encuentra el Arca de la Alianza

Por último, otros aseveran que el arca se encuentra realmente en el lejano Zimbabue, al sur de África. Conforme a esta premisa, una tribu africana llamada Lemba la cual asegura ser descendiente de los israelitas, trajo consigo un objeto sagrado denominado Ngoma Lungundu que vendría a significar la «voz de Dios«. Dicha reliquia se ubicaría en una cueva profunda de las montañas Dgumbe hasta su posterior traslado a un museo. Los partidarios de estas especulaciones afirman que el Ngoma lungundu está íntimamente relacionado con el Arca de la Alianza, ya que su tamaño y atributos son parecidos.

Pese a todo, el paradero actual del arca es desconocido, aunque el mito sigue intacto en el ideario popular. Más recientemente, en el séptimo arte, el Arca de la Alianza apareció en la famosa película En busca del arca perdida (Raiders of the Lost Ark, 1981) dirigida por Steven Spielberg y producida por George Lucas. En ella, años antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, el famoso arqueólogo Indiana Jones debe evitar a toda costa que el arca caiga en poder de los nazis. Sea o no cierta la veracidad del arca, de lo que no cabe duda es de que su leyenda seguirá presente por muchos siglos.

Fotograma de la película «En busca del arca perdida». Fuente: ecodiario.eleconomista.es

Bibliografía

Barnés, G. H. (2017). «Todo lo que pensábamos sobre el Arca de la Alianza puede estar equivocado». Elconfidencial. https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-09-03/arca-alianza-judaismo_1437002/

Fisher, M. C. (1995). The Ark of the Covenant: Alive and Well in Ethiopia? Bible and Spade 8/3

Galán, E.J. (2020). La Biblia contada para escépticos. Planeta, Barcelona.

Hancock, G. (1993). The Sign and the Seal: The Quest of the Lost Ark of the Covenant. Touchstone Books

Monzón, P. (2023). ¿Existió realmente el Arca de la Alianza? Periodistadigital. https://www.periodistadigital.com/cultura/religion/20230407/existio-realmente-arca-alianza-noticia-689404902516/

National Geographic. «Así es la historia del Arca de la Alianza, el objeto sagrado cuyo paradero sigue siendo un misterio». https://www.ngenespanol.com/historia/arca-de-la-alianza/

Foto de portada de ateneovalencia.es

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