¿Quién fue Beatriz Galindo?
Beatriz Galindo es una figura imprescindible si se quiere hablar de la cultura en la Edad Media. Nacida a finales del siglo XV en Salamanca y ,a pesar de que la información con la que se cuenta sobre su infancia es escasa, se sabe que Beatriz recibió una amplia formación en lo que al estudio de los clásicos grecolatinos se refiere. Sin embargo, es muy posible que esta estuviera dirigida a que se convirtiera en monja.
Con tan solo quince años de edad, la rapidez y fluidez con la que Beatriz manejaba el latín, tanto en lo que a la traducción de textos en esta lengua se refiere como al hablarla, dejó sorprendido al claustro de la universidad de Salamanca y dio lugar a su apodo «La Latina». Esto provocó que esa formación que, inicialmente, se dirigía al convento, ahora tomara un rumbo muy distinto, el cual, además, fue apoyado por su propio padre.
Su fama no paró de extenderse por toda la ciudad salmantina. Tanto fue así, que la propia reina Isabel la Católica la nombró camarera real a la vez que profesora de latín, ejerciendo un importante papel en lo que a consulta de asuntos de Estado se refiere. Sin embargo, sus funciones no se dedicaban a esto exclusivamente. Sería una verdadera compañera de Isabel la Católica a la que, además, acompañó en muchos de los momentos más importantes de su vida.
Beatriz se encargó, en gran parte, de la educación de las hijas de la reina, las cuales serían figuras trascendentales para la historia de Europa, como consecuencia de su matrimonio con los reyes de países vecinos. Así, la confianza depositada por Isabel en la figura de Beatriz era elevada y, por lo tanto, la influencia de la latina en los asuntos de estado era máxima.
La escritura fue otra de las ramas cultivadas por nuestra protagonista, tanto es así, que sus escritos humanísticos han tenido un destacado papel en su figura de mujer culta. Desgraciadamente, ninguna de sus obras ha sido conservada, aunque se le atribuyen poemas en latín y unos «comentarios» a Aristóteles.
Su matrimonio
Al llegar a la corte de Isabel, la reina, al verla tan joven y soltera decidió que debía concertar para ella un matrimonio. Se casó con Francisco Ramírez de Madrid, militar que estaba bajo las órdenes del rey Fernando el Católico. Fruto de este matrimonio fueron dos hijos. Sin embargo, Beatriz enviudó diez años después, como consecuencia de la muerte de Francisco en la guerra de Granada (1482-1492) con el fin de conquistar el último resquicio musulmán de la Península Ibérica. Cientos de soldados, entre los que se encontraba el marido de Beatriz morirían atravesadas por flechas y espadas de pertenencia morisca.
Fue con la posterior muerte de Isabel la Católica en 1504 cuando se puede decir que Beatriz quedó doblemente viuda. Tras esto, Beatriz se marchó a lo que actualmente es el Palacio de Viana. La latina aprovechó la fortuna de la corte para la realización de un hospital y de dos conventos nuevos en la capital madrileña.
El primero de los conventos fue el de la Concepción Jerónima. Durante el siglo XIX, el convento se trasladaría al barrio de Salamanca, a las afueras de la ciudad. En la actualidad y, desde el siglo XX, las Jerónimas se sitúan en el edificio levantado en El Goloso. El segundo de estos conventos fue el de la Concepción Francisca, localizado en la calle Toledo. Junto a él, se levantó el Hospital de la Latina que tenía como finalidad la atención de enfermos sin recursos. Ni el convento ni el hospital sobreviven en la actualidad. La portada del hospital tan solo puede ser vista al lado de la Escuela de Arquitectura en Ciudad Universitaria.
No obstante, esa labor fundadora de Beatriz, también es perceptible a otras mujeres que rodearon a Isabel la Católica, un ejemplo puede ser Teresa Enríquez, mujer de Gutiérrez de Cárdenas y conocida como «la loca del sacramento» como consecuencia de su gran devoción al santísimo sacramento.
Finalmente, Beatriz fallecería en su casa de Madrid en 1535. Sus restos se encuentran en el monasterio de la Concepción Jerónima de El Goloso. En su testamento, todo fue cedido a obras de caridad, hecho que la engrandece y que es una muestra más de su generosidad y bondad. Además, dejó por escrito el lugar en el que quería ser enterrada, en el coro de la iglesia de la Concepción Jerónima ya que, a pesar de contar con los sepulcros encargados, pensaba que ese acto no encajaba con sus valores de humildad. No obstante, esta última voluntad no fue respetada y alguien, posiblemente una monja, pensó que Beatriz merecía un lugar de mayor privilegio, por lo que, finalmente, fue enterrada bajo el altar mayor.
Huella de Beatriz Galindo
La huella dejada por Beatriz en Madrid es enorme. Para empezar, un barrio histórico de Madrid lleva su nombre: el barrio de la Latina. Y, por supuesto, también existe una calle con su nombre que, a pesar de ser pequeña, se localiza en una situación muy céntrica. Se inicia en la calle Segovia, hasta los jardines de Las Vistillas.
La presencia de esta figura también es perceptible en el entorno educativo ya que, en la misma calle Goya, se localiza un instituto de educación secundaria que también lleva su nombre. En el barrio de Aluche, un centro de educación infantil y primaria lleva también su nombre. Sin embargo, estos no solo se encuentran en Madrid, sino también en otras ciudades españolas como Salamanca o Marbella.
Entre los homenajes que hacia nuestra protagonista se han llevado, se puede resaltar la escultura dedicada a la Latina que el propio ayuntamiento erigió en el paseo de Extremadura, cerca de Puerta del Ángel. Fue realizada por el escultor José Luis Parés en el año 1999.
En otra de las placas del ayuntamiento, se recuerda la situación del convento de Concepción Francisca.
Conclusión:
Podemos hablar de Beatriz Galindo como una mujer adelantada a su época, que se hacía querer con facilidad, la cual contaba con enorme cultura y refinamiento que fue capaz de aportar su grano de arena para que las futuras generaciones pudieran tener un sitio dentro de la historia de España. Es de resaltar la enorme influencia que nuestra protagonista tuvo dentro de los asuntos de la política española, en un momento en el que las mujeres tenían esos accesos vetados.
Bibliografía:
De Arteaga del Alcázar, A (2007), «Beatriz Galindo, la Latina. Maestra de reinas». Editorial Edaf. S.L
Andreu Lorenzo, B. (2009). «Vida y obra de Beatriz Galindo»
Real Academia de la Historia. «Beatriz Galindo». Beatriz Galindo | Real Academia de la Historia (rah.es)
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