George Washington, el forjador de Estados Unidos

Pocos personajes en la historia han creado tanta fascinación y respeto como George Washington, el forjador de los Estados Unidos de América. Su ejemplo y sacrificio en una época de grandes cambios políticos y sociales, lo han convertido en algo más que el primer presidente de una nación que a la postre se convertiría en la regidora de los destinos de Occidente. Hoy en día, algunos sectores guardan cierto recelo a su figura debido a su posición con respecto a la esclavitud. Pero, ¿quién fue realmente este brillante estratega y político que sigue inspirando a millones de estadounidenses y personas de todo el mundo?

George Washington, por Gilbert Stuart

Inicios

Nuestro protagonista nació el 22 de febrero de 1732 en Popes Creek, condado de Westmoreland, en Virginia. Fue el primero de los seis hijos de Augustine y Mary Ball Washington, Augustine había tenido otros cuatro hijos fruto de un matrimonio anterior con Jane Butler. Washington pudo asistir a la Lower Church School de Hartfield, donde aprendió matemáticas y topografía, además de ser un buen dibujante. Tras la muerte de su padre en 1743, su hermanastro mayor Lawrence heredó los terrenos familiares de Little Hunting Creek, que rebautizó como Mount Vernon. En 1751, Washington realizó su único viaje al extranjero, concretamente a Barbados, acompañando a Lawrence. Allí contrajo la viruela, que le dejó el rostro ligeramente marcado. La muerte de Lawrence (1751) y la de su viuda Anne (1761), lo convirtieron en el legítimo heredero de Mount Vernon.

La carrera militar de Washington siguió el ejemplo de la de su hermanastro Lawrence, quien había sido ayudante de la milicia de Virginia. El vicegobernador de Virginia, Robert Dinwiddie, lo nombró comandante de uno de los cuatro distritos de la milicia. Entonces nadie podía adivinar el brillante futuro que se abría ante aquel joven todavía inexperto. En aquel momento, franceses y británicos competían por el control del valle del Ohio. Washington fue el encargado de hacer la paz con la Confederación Iroquesa y de recabar información sobre las fuerzas francesas. En febrero de 1754, fue ascendido a teniente coronel. Poco después, estalló la Guerra de los Siete Años (1756-1763), donde se enfrentaron Francia y Gran Bretaña por el control colonial de Norteamérica y otras partes del mundo. Algunos consideran esta guerra de facto como la «Primera Guerra Mundial».

Después de protagonizar algunas acciones durante el transcurso de la contienda dentro del regimiento de Virginia, Washington renunció a sus cargos y emprendió el regreso a Mount Vernon. La Guerra de los Siete Años le sirvió para ganar experiencia y poseer un amplio conocimiento de las tácticas militares de la época. El 6 enero de 1759, a la edad de 26 años, Washington contrajo matrimonio con Martha Dandridge Custis, viuda de Daniel Parke Custis. Dicho matrimonio no pudo engendrar descendencia, aunque Washington se encargó de criar a sus hijastros y nietrastos. Esta unión lo convirtió en uno de los hombres más ricos de Virginia, lo que reforzó su posición social. Como respetado militar y poderoso terrateniente, Washington ocuparía diversos cargos locales en la legislatura provincial de Virginia, inaugurando así su fulgurante trayectoria política.

A partir de la década de 1760, Washington fue un destacado crítico de la política mercantilista que Gran Bretaña ejercía sobre sus colonias en Norteamérica. Se opuso fervientemente a los impuestos que el Parlamento británico imponía a sus colonias sin la debida representación. El Motín del té en Boston ocurrido en diciembre de 1773, fue el precedente del estallido de las hostilidades. La reacción de Londres a través de las Leyes Coercitivas de 1774 no mejoraron la ya de por sí delicada situación. Se había encendido la mecha de la indignación. Washington fue seleccionado como delegado para asistir al Primer Congreso Continental en Filadelfia (septiembre-octubre de 1774), donde se defendió el derecho de las colonias a manejar sus propios asuntos. Sin embargo, el rey Jorge III nunca atendió sus demandas, lo que allanaría el camino al enfrentamiento militar.

Guerra de Independencia (1775-1783)

La Guerra de Independencia comenzó el 19 de abril de 1775, coincidiendo con las batallas de Lexington y Concord y el asedio de Boston. Los colonos se dividieron en dos bandos: los patriotas, que rechazaban el dominio británico, y los leales, que seguían apoyando al rey Jorge III. Thomas Gage fue el comandante de las fuerzas británicas estacionadas en América. Al enterarse de la noticia, Washington partió a toda prisa el 4 de mayo de 1775 para unirse al Segundo Congreso Continental en Filadelfia. El Congreso creó al Ejército Continental para hacer frente a los británicos. Debido a su experiencia, Washington fue propuesto como comandante en jefe, siendo nombrado «General y Comandante en Jefe del ejército de las Colonias Unidas».

Una de sus primeras misiones fue encargarse del asedio de Boston, donde los británicos se habían hecho fuertes. George Washington estableció su cuartel general en Cambridge (Massachusetts) y puso en marcha una serie de medidas para reforzar al ejército, entonces todavía indisciplinado y mal equipado. En octubre de 1775, el general británico Gage fue sustituido por William Howe debido a su incompetencia. Las tropas de Washington y Henry Knox lograron sus objetivos y el 17 de marzo de 1776, leales y británicos iniciaron la evacuación de la ciudad. A pesar de su reciente victoria, Washington se abstuvo de ejercer su autoridad militar en Boston, dejando los asuntos civiles en manos de las autoridades locales.

El siguiente objetivo de Washington era Nueva York, a donde llegó el 13 de abril de 1776. El general Howe transportó a su ejército desde Halifax hasta esta ciudad, ya que su control era clave para asegurar el dominio del continente. La idea de los británicos era asestar un golpe definitivo a la denominada causa patriota. El 2 de julio, llegaron a Staten Island. Tan solo dos días después, se produjo la trascendental Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América en Filadelfia. Pese a los esfuerzos de Washington, los británicos al mando de Howe se hicieron con la victoria en la batalla de Long Island y con el control de la estratégica ciudad de Nueva York en agosto de 1776. Washington se vio obligado a retirarse a Nueva Jersey.

En este momento, la moral del Ejército Continental estaba en su peor momento. Falta de suministros, un duro invierno por delante, deserciones… eran solo algunos de los males que lo aquejaban. Howe había dejado una guarnición hessiana en Trenton para asegurarse el control de la orilla este del río Delaware. Fue entonces cuando Washington ideó un ataque sorpresa, que fue bautizado como «Victoria o muerte». El plan consistía en cruzar el Delaware en tres divisiones: una dirigida por el propio Washington (2400 hombres), otra por James Ewing (700) y otra por John Cadwalader (1500). Esta constituiría una de las acciones más memorables y recordadas de George Washington, acontecida en la noche del día de Navidad de 1776.

Washington cruzando el Delaware, por Emanuel Leutze (1851)

Al amanecer, Washington lanzó su ofensiva contra los hessianos, pillándolos desprevenidos. Posteriormente, el 3 de enero de 1777, se lanzó otro ataque exitoso contra los británicos estacionados en Princeton. Howe se retiró a Nueva York, donde su ejército permaneció inactivo hasta comienzos del año siguiente. Estos triunfos sirvieron para levantar la moral de los patriotas y cambiar el curso de la guerra en un momento crítico. Para febrero de 1777, en Londres ya eran conscientes de las victorias americanas conjuntas en Trenton y Princeton. Pero todavía quedaba mucho por hacer. En la batalla de Brandywine (11 de septiembre de 1777), Howe superó a Washington, marchando sin oposición hasta Filadelfia, la capital de la nación.

No obstante, la victoria en Saratoga del ejército patriota de Horatio Gates entre septiembre y octubre de 1777 volvió a poner contra las cuerdas a los británicos. A principios de 1778, Francia firmó un tratado de alianza con los patriotas (ratificado en mayo de ese año por el Congreso Continental), lo que a la postre significaba una declaración de guerra contra Gran Bretaña. En el mes de junio, los británicos evacuaron Filadelfia hasta Nueva York. Aprovechando este movimiento, tuvo lugar la batalla de Monmouth (junio de 1778), considerada como el punto de inflexión de la Revolución Americana. En ella, Washington logró encajar un empate técnico, aunque fue vista como una victoria a nivel táctico por el mayor número de bajas del lado británico.

Después de 1778, la lucha se trasladó al sur. España también se unió al conflicto contra Gran Bretaña a través del Tratado de Aranjuez de 1779. Todavía quedarían algunos años de acciones bélicas entre patriotas y británicos hasta llegar al sitio de Yorktown (Virginia), ocurrido entre septiembre y octubre de 1781. En él, el Ejército Continental de Washington junto al ejército francés de Rochambeau y la marina francesa del almirante de Grasse, derrotaron a los británicos. Esta fue la última gran batalla terrestre de la Guerra de Independencia. Las negociaciones de paz se iniciaron en abril de 1782. Finalmente, el 3 de septiembre de 1783 se firmó el Tratado de París y Gran Bretaña reconocía la independencia de los Estados Unidos de América.

Firma del Tratado de París. La delegación británica rehusó posar y por ello la pintura quedó incompleta

Primera República (1783-1789)

Tras finalizar la contienda, Washington dimitió como comandante en jefe a finales de 1783. Esta renuncia fue aclamada conjuntamente tanto en el país naciente como en el extranjero, ya que suponía que la nueva república no degeneraría en el caos ni en una dictadura personalista. El que fuera el gran protagonista de su tiempo, anhelaba ante todo regresar a su finca de Mount Vernon después de tantos años batallando. Antes de volver a sus asuntos privados, Washington siempre abogó por una unión fuerte entre los estados, ya que estos podrían caer en la más absoluta anarquía. Para evitarlo, era necesario la redacción sin demora de una constitución nacional que unificara a los diferentes estados bajo la dirección de un gobierno fuerte.

El Congreso acordó celebrar una Convención Constitucional, que tendría lugar en la primavera de 1787. Washington llegó a Filadelfia el 9 de mayo de ese año, como delegado de Virginia. Benjamin Franklin propuso a Washington para presidir la convención y este fue elegido por unanimidad como presidente general. La Constitución de Estados Unidos fue adoptada en septiembre de 1787 y ratificada al año siguiente. Los delegados de la Convención anticiparon la presidencia de Washington y dejaron en sus manos la definición del cargo una vez que este fuese elegido. Los electores estatales de la Constitución votaron al presidente el 4 de febrero de 1789. Washington obtuvo la mayoría de los votos electorales de todos los estados.

Presidencia (1789-1797)

George Washington tomó posesión del cargo de presidente el 30 de abril de 1789. John Adams quedó como su vicepresidente. Su mandato no estuvo exento de dificultades. Se hubo de crear de la nada departamentos ejecutivos para administrar el país, golpeado por una gran deuda. Para ello, contó con la ayuda de su secretario Tobias Lear. En 1789, el Congreso creó diversos departamentos, como el Departamento de Estado, el de Guerra y el del Tesoro. Entre los nombramientos más importantes de Washington, se encuentran el de Edmund Randolph como Fiscal General, Thomas Jefferson como Secretario de Estado y Alexander Hamilton como Secretario del Tesoro. Estas dos últimas personalidades no tardarían en enfrentarse entre sí.

El primer mandato de Washington (1789-1793) estuvo marcado por las adversidades económicas. Entre otras medidas se creó el Banco Nacional. La primera gran crisis financiera de la nación tuvo lugar en marzo de 1792. Mientras tanto, las disputas entre Jefferson y Hamilton fueron escalando. Hamilton defendía un gobierno fuerte y la petición de préstamos extranjeros para la financiación, en cambio Jefferson no tenía muy buena opinión de los bancos ni de los créditos. Finalmente, esta división se cristalizó en la formación del Partido Federalista por parte de Hamilton con el objetivo de promover el crédito nacional. A su vez Jefferson se encargaría de fundar el Partido Republicano Jeffersoniano, presagiando el futuro sistema de partidos.

Thomas Jefferson en 1800

Ante este difícil escenario, Washington favoreció el programa de Hamilton. Curiosamente el que fuera el primer presidente estadounidense, se oponía a la formación de partidos políticos, ya que pensaba que ello socavaría el republicanismo. Pero a pesar de sus esfuerzos, tras su reelección las luchas partidistas continuaron. El enfrentamiento con Hamilton llevó a Jefferson a renunciar a su cargo en diciembre de 1793. Por otro lado, el escándalo sexual Hamilton-Reynolds acabó empañando la figura de Hamilton, quien entre 1791-1792 había mantenido un idilio amoroso con María Reynolds, esposa de James Reynolds. No obstante, Washington siguió teniéndolo en «muy alta estima» para el establecimiento de las leyes y el gobierno federal.

Uno de los problemas que tuvo que sortear Washington y su administración fue la llamada rebelión del whisky, iniciándose el descontento en 1791. A instancias de Hamilton, el Congreso decretó un impuesto al consumo de bebidas alcohólicas para aliviar la deuda nacional. Pese a sus buenas intenciones, los granjeros de Pensilvania protestaron enérgicamente en contra de esta impopular medida. La situación se parecía demasiado a la anterior a la Guerra de Independencia contra los excesivos impuestos británicos. En 1794, estalló la rebelión del whisky y Washington empleó el uso de la fuerza para sofocarla. Este hecho supuso el primer uso de una fuerza militar contra los estados y demostró que el gobierno podía defenderse a sí mismo.

En el plano exterior, Washington declaró la neutralidad de los Estados Unidos ante el comienzo de las guerras revolucionarias entre Gran Bretaña y Francia en 1792. Hamilton se encargó de normalizar las relaciones comerciales con los británicos a través del Tratado de Jay de 1794, en un intento por superar las diferencias surgidas entre ambos países tras la Guerra de Independencia. Sin embargo, Washington nunca se mostró del todo convencido ante dicho tratado puesto que pensaba que sus disposiciones favorecían claramente a Gran Bretaña. A pesar de ello, se pudo garantizar la paz. Los británicos aceptaron abandonar sus fuertes situados en los Grandes Lagos y Estados Unidos modificó su frontera con los dominios de Canadá.

En principio, Washington no optaba a un segundo mandato. Pero, tras pensárselo, decidió presentarse para evitar mayores enfrentamientos políticos. El Colegio Electoral lo eligió presidente el 13 de febrero de 1793 y John Adams continuó ejerciendo como vicepresidente. Durante la Revolución Francesa, Washington advirtió a sus compatriotas de no intervenir en el conflicto y asegurar una conducta amistosa hacia las potencias beligerantes. El 31 de julio de 1793, Jefferson presentó su renuncia en el gabinete de Washington. Más tarde, en 1794 se firmó la Ley Naval y se organizó la primera fragata para tratar de combatir a los piratas berberiscos. En enero de 1795, Hamilton renunció a su cargo aunque mantuvo su amistad con Washington.

Durante este período, Washington fue víctima de diversos ataques por parte de la prensa partidista que lo acusaba de ser ambicioso y codicioso, aunque él argumentaba que no había recibido ningún sueldo durante la guerra y que para más inri había arriesgado su propia vida. Finalmente, estimó oportuno retirarse por razones personales marcando un claro precedente en la vida política estadounidense. Su Discurso de Despedida fue muy emotivo y ampliamente recordado, subrayando que una América unida era la salvaguarda de la libertad y la prosperidad. Aunque a veces se le atribuye a Washington el principio de la presidencia de dos mandatos, fue Thomas Jefferson el primero en negarse a un tercer mandato por motivos políticos.

Monte Rushmore (Dakota del Sur). De izquierda a derecha las efigies de: George Washington, Thomas Jefferson, Theodore Roosevelt y Abraham Lincoln

Los nativos americanos

Según la visión del historiador Ron Chernow, Washington siempre trató de ser ecuánime en su trato con los nativos americanos. Su voluntad radicaba en que estos fueran capaces de abandonar su estilo de vida itinerante y se adaptaran a las comunidades agrícolas a la manera de los colonos blancos. También reprochó el comportamiento de los colonos que abusaban de los nativos. No obstante, Colin G. Calloway no fue tan magnánimo con él, alegando que incitó campañas para apropiarse de las tierras de los nativos, bien para su beneficio o bien para la nación en su conjunto, en un proceso que Washington esperaba que fuera incruento a ser posible. El debate sigue suscitando detractores y defensores a partes iguales.

Washington y la esclavitud

La cuestión de la esclavitud en relación con George Washington es objeto de gran controversia, aunque no conviene juzgar el pasado del siglo S. XVIII en relación a los valores actuales, pues caeríamos en un error. Es de destacar que esta cruel práctica era legal en las Trece Colonias antes del comienzo de la Revolución Americana. Se calcula que durante la vida de Washington, más de 577 esclavos trabajaron en algún momento en su propiedad de Mount Vernon (Virginia). En un primer momento, su punto de vista sobre la esclavitud no difería demasiado de la de cualquier dueño de una plantación afincado en Virginia.

No obstante, a partir de 1760 su pensamiento mostraría una lenta evolución. Los ideales de la Revolución, así como las creencias de sus amigos cercanos como Lafayette y Hamilton, influirían de forma notable en él. Desde 1783, Washington expresó cada vez más dudas sobre el problema de la esclavitud, aunque siempre en privado ya que creía que era una cuestión que podría dividir severamente a la Unión (como acabaría ocurriendo muchos años después). Sobre el trato dispensado a sus propios esclavos, hay diversidad de opiniones, siendo catalogado como «correcto» de acuerdo a los estándares de la época.

George Washington en su plantación de Virginia

Si bien es cierto que Washington mostró su deseo de abolir la esclavitud, no presentó ninguna iniciativa legislativa al respecto, hecho que no pocos le reprueban en los tiempos actuales. En julio de 1799, Washington hizo referencia a la esclavitud durante la redacción de su testamento. Alegó que tras la muerte de su esposa Martha, todos sus esclavos debían ser liberados. Washington constituye, de hecho, uno de los pocos grandes propietarios de esclavos de Virginia que llevó a cabo su emancipación. Un año después de su muerte, Martha firmó una orden para liberar a los esclavos que mantenía bajo su control.

Últimos años y legado

En marzo de 1797, George Washington se retiró a Mount Vernon para dedicarse a sus negocios. En ese punto, las relaciones entre Estados Unidos y Francia se habían deteriorado enormemente por la deriva de los acontecimientos. Su sucesor en el puesto de presidente, John Adams, lo nombró comandante en jefe de los ejércitos en julio de 1798, cargo que ocuparía hasta su muerte. El 13 de diciembre de 1799, Washington se quejó de una congestión en el pecho. Al día siguiente, sus médicos le practicaron varias sangrías que no hicieron sino empeorar su estado de salud. Según su secretario privado Tobias Lear, Washington falleció entre las 10 y las 11 de la noche del 14 de diciembre de 1799. Se había marchado toda una leyenda.

La importancia de George Washington en la historia estadounidense es totalmente incuestionable. Fue Comandante en jefe del Ejército Continental, héroe de la Revolución y el primer presidente de Estados Unidos. Su compañero Harry Lee lo calificó como «el primero en la guerra, la paz y en el corazón de sus compatriotas». Estas palabras de Lee consiguieron que la memoria de Washington quedara grabada por siempre en el colectivo estadounidense y que algunos lo consideraran como el mejor ejemplo del republicanismo. En 1778, fue considerado como el «Padre de la Patria«. No era para menos, pues esta figura se convirtió en un símbolo internacional de la liberación y el líder de la primera revolución exitosa contra un imperio colonial.

Es difícil no encontrar una plaza, una calle, una avenida o algún tipo de espacio público dedicado a la memoria de George Washington en cualquier localidad a lo largo y ancho de Estados Unidos. La actual capital del país, Washington D.C., fue nombrada en su honor junto con el estado de Washington, situado en la costa oeste. Por otro lado, Washington es uno de los cuatro presidentes que se encuentran esculpidos en el monte Rushmore (Dakota del Sur) junto a Thomas Jefferson, Theodore Roosevelt y Abraham Lincoln. A su vez, su imagen se halla impresa en el billete de un dólar así como en la moneda presidencial de un dólar y en la de un cuarto de dólar. Además, también es la persona más representada en los sellos postales.

Vista del Capitolio junto a la bandera estadounidense, en Washington D.C, capital de la nación

Otros honores igualmente reseñables, incluyen el nombramiento póstumo al grado de General de los Ejércitos de los Estados Unidos durante el Bicentenario de la proclamación de independencia con el propósito de que nunca fuera superado. Esta medida se llevó a cabo a través de la resolución conjunta del Congreso Ley Pública 94-479 aprobada el 19 de enero de 1976, haciéndose efectiva el mismo día del 4 de julio. Pero, a pesar de su importancia histórica, George Washington también ha sido objeto de un análisis crítico en el siglo XXI, al igual que el resto de los Padres de la Patria. La razón estriba en la posesión por parte de Washington de seres humanos esclavizados. Esto ha llevado a que algunos grupos de activistas hayan reclamado la retirada de su nombre en edificios públicos. Pero de lo que no cabe duda, es de que su legado seguirá generando ríos de tinta.

Bibliografía

Biblioteca Unida. George Washington. La Biografía.

Bonk D. (2009). Trenton and Princeton 1776-77: Washington crosses the Delaware. Osprey Publishing.

Dwyer, W. (1983). The Day is Ours! Penguin Books

Villanueva, F. (2016). «El nacimiento de los Estados Unidos. La independencia». La Contrahistoria. https://www.youtube.com/watch?v=bHlMRGn8uSM

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