Ha caído el sanguinario régimen de Bashar al-Ásad. Los rebeldes en Siria han proclamado que han liberado Damasco y han asegurado que el presidente ha abandonado el país. Es el colapso de un régimen en tiempo récord: tan solo 11 días después de que los rebeldes iniciaran su ofensiva desde Alepo todo se ha desmoronado. Bashar al-Ásad ha huido de Siria. Y de esta forma, el gobierno que dominó el país desde 1970 ha llegado a su fin. La ofensiva, liderada por facciones islamistas, comenzó el 27 de noviembre y culminó con la toma de Damasco, la capital de Siria, un giro radical en la guerra civil que se había prolongado desde 2011. Al entrar en la capital, los rebeldes tomaron la cárcel de Sednaya, un símbolo de represión del régimen, y liberaron a miles de prisioneros. Mohammed Ghazi al-Jalali, primer ministro bajo el régimen de al-Ásad, fue visto saliendo de su residencia escoltado por fuerzas rebeldes. Según se informa, colaborará en la transición hacia el nuevo gobierno. Ahora, la nueva figura de poder en Siria es Abu Mohammad al-Golani, líder de Hayat Tahrir al-Sham, una facción yihadista salafista. Al-Golani, quien en el pasado fue miembro de Al Qaeda, asegura haberse distanciado de su pasado extremista. Ha prometido establecer un gobierno basado en un consejo popular, afirmando que «nadie tendrá derecho a borrar a otro grupo». Sin embargo, estas declaraciones generan escepticismo. Aunque algunos medios lo han calificado como un “líder yihadista moderado”, las promesas de tolerancia hacia cristianos y otras minorías religiosas y étnicas, expresadas incluso en una entrevista con CNN, están lejos de generar confianza. La reconstrucción de un estado funcional no parece fácil y hay muchos grupos y facciones todavía en juego. La historia reciente ha demostrado que la caída de un líder autoritario suele ser seguida por el caos o por el ascenso de otro igual o más represivo. Además, Hayat Tahrir al-Sham sigue siendo designada como organización terrorista por Estados Unidos y otros países. En cuanto a la comunidad internacional, el presidente electo Donald Trump parece haber anticipado un posible retiro de la región al declarar que Estados Unidos “ya no tiene nada que hacer en este conflicto”.
Entrevista a Alberto Garín.
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