Aníbal Barca nació en Cartago el año 247 a. C. Fue un prominente militar por cuyas acciones bélicas es considerado uno de los estrategas militares más importantes de la historia. El período que tuvo que afrontar en su vida estuvo marcado por el control romano de la cuenca mediterránea. Aníbal fue el general con la participación más determinante para el bando cartaginés en la segunda guerra púnica. En el transcurso de esta guerra, Aníbal realizó una hazaña militar cuya audacia, arrojo e intrepidez han hecho que se valore como una de las más osadas y resolutivas de la Antigüedad: decidió atravesar los Alpes con su ejército para conquistar Italia partiendo de Hispania y franqueando los Pirineos. 38 elefantes de guerra participaron en esta marcha. Aníbal Barca ha pasado a la historia como un gran estratega respetado por sus enemigos. Sus tácticas empleados en diversas batallas todavía se repasan en la ciencia militar actual.
La segunda guerra púnica se suele encuadrar entre los años 218 a. C y 201 a. C. En el 218 a. C. Roma declara la guerra a Cartago tras la toma y destrucción de Sagunto, que era una ciudad aliada de Roma. El Senado romano organizó un plan de contraataque condensado las ofensivas en dos frentes, Hispania y el norte de África, para arremeter contra Cartago y Cartago Nova. El control de Hispania estaba en el centro de los motivos del conflicto.
Aníbal ideó una estratagema inesperada para trastornar los planes romanos: se propuso llevar velozmente la guerra a Italia. Cartago no podía hacer frente a la fuerza naval de Roma, por lo que no atacó por mar para no enfrentar a la flota romana. Además, la travesía permitió el reclutamiento de soldados y trabar alianzas con los pueblos que residían en el trayecto. A pesar de que la ruta terrestre era más larga y mucho más ardua, tácticamente era más beneficiosa. Antes de iniciarla, tuvo que distribuir sus efectivos para mantener la seguridad de las Cartagos, por lo que a la de Hispania envió contingentes libio-fenicios y al norte de África envió soldados íberos.
Tal y como lo relata Tito Livio, Aníbal cruzó el río Ebro con 90.000 infantes y 12.000 jinetes, y al vadear los Pirineos contaba con 70.000 infantes y 10.000 jinetes por los destacamentos que dejó para custodiar el territorio y los íberos que no querían ir más allá. No obstante, es difícil determinar el número exacto de las tropas lideradas por Aníbal. Otros historiadores afirman que en su paso por Galia, Aníbal disponía de 40.000 infantes y 2.000 jinetes. Al llegar a Italia el ejército tenía una fuerza aproximada de 20.000 o 50.000 infantes y 6.000 o 9.000 jinetes. Además, hay que tener en consideración a los refuerzos de Cartago y de soldados galos que llegaron durante la guerra. Es especialmente célebre el contingente de 38 elefantes de guerra. Sin embargo, la mayoría de dichas bestias fenecieron en la marcha, principalmente por las difíciles condiciones de los Alpes y las marismas etruscas.
La expedición militar llegó a la Galia franqueando los Pirineos y siguió avanzando hasta el Ródano. Hubo un intento romano de interceptar al ejército para impedir su avance, pero no lo consiguieron. Existe controversia sobre la ruta transitada en la travesía de los Alpes. Los hechos relatados por historiadores antiguos como Polibio o Tito Livio no tienen la suficiente exactitud y precisión para concluir la cuestión. Se discute si Aníbal cruzó por el puerto de montaña del Pequeño San Bernardo al sur del Macizo del Mont Blanc, por el puerto del Mont Cenis que separa los Alpes cocios de los Alpes grayos, por el puerto del monte Clapier de los Alpes marítimos, por el puerto de Larche o por el puerto de Montgenèvre. Polibio relata que Aníbal alentó a sus soldados —ya sin vigor— en la “cima de los Alpes” señalando a “las vastas llanuras que regaba el Po con sus aguas”, la cual era la llanura Padana. El hambre, el frío y las enfermedades que sufrieron las personas que efectuaron la travesía de los Alpes con Aníbal hicieron que miles de los efectivos muriesen.
La hipótesis de Gavin de Beer sobre el cruce por el puerto de la Traversette ha adquirido fuerza recientemente con un estudio publicado en 2016 y realizado por W. C. Mahaney y su equipo. En tal publicación se reconstruye la ruta de Aníbal conforme a las evidencias microbiológicas, geoquímicas y estratigráficas. Un argumento importante es que en el Col de la Traversette se han encontrado masas de excrementos con alto contenido de bacterias Clostridia. Esto es importante dado que la presencia de tales microbios es característica en el estiércol de los caballos, que puede llegar incluso hasta el 70 por ciento. La datación de las muestras halladas se aproxima al año 200 a. C. y la travesía ocurrió en otoño del 218 a. C.
Al llegar a Italia, Aníbal logró vencer a los romanos en sucesivos enfrentamientos. De las batallas en Italia resaltamos tres. La batalla del Trebia concluyó con la victoria cartaginesa, siendo la primera gran contienda de la segunda guerra púnica y la primera lucha importante de Aníbal contra el ejército romano. En la batalla del Lago Trasimeno Aníbal venció a Cayo Flaminio. Sin embargo, la más destacada fue la batalla de Cannas en la que Aníbal derrotó a los cónsules Cayo Terencio Varrón y Lucio Emilio Paulo. Es uno de los eventos más notables de táctica militar de la historia y constituye la apoteosis de Aníbal Barca. No obstante, el resultado de la segunda guerra púnica fue la victoria romana, a pesar de la brillantez y el arrojo de Aníbal. Los cartagineses no consiguieron entrar en Roma (algunos historiadores aseguran que su propósito no era tomar Roma, sino forzarla a su rendición).
Finalmente, Aníbal tuvo que movilizar su ejército cuando tuvo noticia de que Escipión el africano decidió invadir Cartago. Los romanos ya habían conquistado Hispania y despojado a los cartagineses de sus dominio en el territorio. Aníbal, al llegar Escipión a África, intentó negociar con su rival pero no llegaron a establecer acuerdos. Publio Cornelio Escipión logró derrotar a Aníbal en la batalla de Zama, la cual fijó el final de la guerra.
El cruce de los Alpes es la operación táctica más notable y arriesgada de la Antigüedad. Aníbal podía evitar los esfuerzos de la travesía, pero su fulminante aparición por el Valle del Po le otorgó una importante ventaja estratégica que trasladó el conflicto al territorio romano y alteró la paz y las relaciones de poder de pueblos de la zona con Roma. Un eventual desembarco en Sicilia o en el sur de la península no hubiera tenido los mismos efectos. Aníbal superó las inclemencias climatológicas, los obstáculos orográficos, las tensiones con las tribus locales y la complejidad de organizar y comandar a un ejército de dimensiones considerables en una marcha tan larga.
Bibliografía
García Osuna, J. M. M. (2007). La segunda guerra romano-púnica y el gran Aníbal Barca. Boletín del Instituto de Estudios Giennenses. N. 195, pp. 51-120.
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Livio, T. (1996). Aníbal contra Roma (historia de Roma, libros XXI-XXII). Madrid: Planeta DeAgostini.
Mahaney, W. C. et al. (2016). Biostratigraphic Evidence Relating to the Age‐Old Question of Hannibal’s Invasion of Italy, I: History and Geological Reconstruction. Archaeometry. Vol. 56, issue 1, pp. 164-178.
Polibio. (2008). Historia de Roma. Madrid: Alianza.