Los insectos cuentan con estructuras muy sofisticadas para poder sobrevivir. Sus antenas son fascinantes órganos sensoriales que permiten percibir sonidos, regular el vuelo y detectar feromonas, temperatura y humedad.
Los hexápodos son animales con seis patas (de ahí su nombre) y tres segmentos o tagmas: cabeza, tórax y abdomen. Los insectos son una clase de hexápodo muy importante en el reino animal, aunque muchos no se han identificado aún, pues se estima que hay más de 30 millones de especies. ¡Esto supone más del 90% de todos los animales!
Son una clase bastante adaptable y prueba de ello es que se encuentran en prácticamente todos los ambientes. Las modificaciones anatómicas que les han permitido sobrevivir en tantos ecosistemas se encuentran principalmente en alas, antenas y aparato alimentario. Miles de años de evolución han permitido que los insectos cuenten con órganos muy bien adaptados en función de la alimentación y el medio en el que viven. Además, estas adaptaciones permiten identificar las distintas especies de insecto. No obstante, la identificación a veces es compleja porque la fase juvenil es diferente a la fase adulta del insecto y muchos caracteres identificativos varían entre ambas fases.
Antenas
Las antenas son estructuras más complejas de lo que aparentan. Las dos antenas de los insectos son órganos táctiles, olfativos, auditivos, detectores de humedad y de la velocidad del aire. En otras palabras, son estructuras muy útiles para la supervivencia de los insectos. En la naturaleza siempre hay excepciones, pero generalmente las antenas de insecto están formadas por tres segmentos: el segmento basal o escapo, el tallo o pedicelo, y el flagelo.
El escapo es el segmento que une la antena a la cabeza del insecto y puede moverse en todas las direcciones por una musculatura interna. El siguiente segmento, el pedicelo también puede moverse y conecta el escapo con el flagelo. Este último es un segmento bastante interesante porque presenta diversas funciones sensoriales.
El flagelo es un segmento flexible al estar formado por varios anillos unidos entre sí por membranas. El número de anillos es bastante variable no solo entre especies de insecto, sino también entre larvas y adultos de una misma especie. Por ejemplo, muchas libélulas cuentan con 5 anillos mientras que algunas especies de cucaracha tiene más de 100.
La principal unidad sensorial, sensilia, en los flagelos es la olfatoria, aunque también son usuales quimiorreceptores, termorreceptores y mecanorreceptores. El número de sensilias presentes en las antenas varía también según el insecto e incluso el sexo del insecto, pero suele ser bastante grande. Hay cucarachas con más de 250.000, polillas con 8.000 y mariposas con 65.000 sensilias. Los insectos captan información a través de sus sensilias y ésta viaja hasta el cerebro donde es interpretada.
Con estas habilidades, los insectos utilizan sus antenas para tantear el terreno, regular el vuelo, detectar sonidos cercanos y feromonas, copular o crear túneles de aire bajo el agua.
Algunos tipos de antena
Aristadas. Estas antenas son compactas y poseen un pelo en el último segmento. Las moscas presentan este tipo de antena.
Aserrada. Los segmentos de estas antenas tienen uno de los lados angulado, pareciéndose a una sierra. Algunos escarabajos presentan estas antenas.
Capitadas. Algunas mariposas poseen este tipo de antena larga y delgadas con extremos en forma de nudo o cabeza.
Estiladas. El extremo distal de estas antenas tiene forma puntiaguda. Algunas moscas presentan este tipo de antena.
Filiformes. Llamadas así porque los segmentos que las forman estas antenas largas son uniformes. Las antenas de algunas cucarachas son de este tipo.
Flabeladas. Estas antenas parecen abanicos, pues presentan lóbulos paralelos situados unos contra otros. Pueden estar presentes en escarabajos, mariposas, abejas, avispas y hormigas.
Geniculadas. Similares a la articulación de un codo este tipo de antena es común en hormigas y abejas.
Lameladas. Los extremos distales de están antenas tienen forma aplanada. Algunos escarabajos tienen estas antenas.
Monofiliformes. Estas antenas tienen forma de collar de cuentas, monile en latín. Las termitas presentan antenas monofiliformes.
Pectinadas. Estas bonitas antenas presentan forma de peine porque los segmentos son más largos en un lado. Principalmente se encuentran es escarabajos y en moscas de sierra.
Plumosas. Como su nombre indica, tienen forma de pluma. Polillas, moscas y mosquitos pueden tener este tipo de antena.
Setáceas. Las antenas de este tipo tienen forma de cerda. Algunos insectos con antenas de este tipo son las efímeras, damiselas y libélulas.
Esta gran diversidad de formas permite que los insectos sean capaces de detectar diferentes estímulos y de interaccionar de diversas maneras entre ellos y con el medio. Además, muchos insectos pueden regenerarlas al igual que pueden regenerar sus patas.
¿Por qué estas estructuras tan útiles no están presentes en la línea evolutiva de los vertebrados? Hace unos 630 millones de años, mucho antes del Cámbrico, nuestro antepasado común se ramificó en diferentes líneas evolutivas. En algunas de ellas, como la de los artrópodos, se desarrollaron antenas y en otras, como la de los vertebrados, evolucionaron otros órganos sensoriales.
Bibliografía
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