Aquellos prehistóricos borrachos

El alcohol es esa sustancia que nos hace embriagarnos, esa sustancia que ha estado en la vida del hombre moderno desde tiempos inmemoriables.

Sí, podemos decir que nos hace balbucear, nos hace ser más violentos y nos atonta. Sin embargo, esta sustancia líquida a lo largo de la historia (y de la actualidad) ha sido también un elemento de sociabilización importante. Con este artículo vamos a ver la función que tenía el alcohol en la Prehistoria y, más concretamente, en el Calcolítico con la cultura de vasos campaniformes.  

Ante todo, hay que tener en cuenta que cuando hablamos de la Prehistoria nos faltan muchos datos para efectuar un contexto exacto, puesto que lo único que tenemos son los hallazgos arqueológicos encontrados. Además, estos hallazgos, en su mayoría, se encuentran en las tumbas y enterramientos.

La cultura de vasos campaniformes se sitúa a partir del 2700 a. C. y tendrá duración hasta el 2000 a. C., aunque habrá reminiscencias hasta el 1700 a. C. Se desarrollará en el Cacolítico Final, en prácticamente todo el continente europeo. Este periodo prehistórico (el Calcolítico) tiene esta nomenclatura debido a que es cuando comienza a desarrollarse la metalurgia del cobre. El nombre de la cultura proviene de los característicos vasos utilizados con forma de campana. A parte de estos vasos, otros elementos relevantes de la cultura son brazaletes de arqueros, botones con forma de V o peines. Asimismo, serán las tumbas de guerreros las que más destaquen, mostrando que la guerra se desarrolla en este periodo y que la jerarquización social comienza a estar vigente.

Bueno, ya sabemos nos hemos ubicado y hemos contextualizado la cultura; ahora bien ¿dónde metemos al alcohol en esta cultura prehistórica? Para el célebre historiador Gordon Childe (1947) los grupos campaniformes utilizaban el alcohol con el fin de domesticar y controlar a otras poblaciones indígenas. Más tarde Andrew Sherratt (1987) afirmará que realmente utilizaban el alcohol para atraer a partidarios a los poblados. Con esta interpretación el alcohol pasa a ser un elemento fundamental de la cultura campaniforme.

Esta última teoría sobre el uso del alcohol es la que más se utiliza para la interpretación de la cultura. Su ratificación se debe gracias a los estudios científicos realizados con los restos del interior de los vasos campaniformes, donde se han encontrado bebidas alcohólicas como cerveza de trigo u otras hechas con la fermentación de la pera.

Bien, podemos afirmar entonces que durante la cultura campaniforme se realizan diferentes ritos utilizando el alcohol. En este caso se pueden incluir desde ritos funerarios (de ahí que en el conjunto de elementos funerarios se encuentren los vasos campaniformes) hasta ritos para centralizar el poder. Esto indica, por tanto, que la sociedad prehistórica de este momento posee ya cierta jerarquización y, por lo tanto, el alcohol es considerado como un elemento de prestigio. Por otro lado, la expansión de esta cultura por gran parte de Europa indica que gracias a ella se expandió también el consumo del alcohol.

La difusión de la ingesta de cerveza la adaptarían los pueblos nativos a sus tradiciones, de ahí que en muchos restos analizados de los vasos se hayan encontrado también plantas alucinógenas (como el cannabis) en la mezcla con la cerveza. Esto se debe a que ya durante el Neolítico había tribus que consumían este tipo de hierbas. Así que estos prehistóricos no solamente consumían alcohol para embriagarse, también mezclaban el líquido con plantas alucinógenas dándole una capacidad de embriagación mucho mayor. Se puede enlazar perfectamente con la utilidad de las bebidas como elemento principal para los rituales.  Si un miembro de la tribu fallecía, lo mejor era acercarse a ese mundo donde el raciocinio se disipa para estar más cerca de él en su tránsito a la otra vida. Esta misma estructura de pensamiento se puede ofrecer también para entender por qué se utilizaba el alcohol en rituales para fortalecer redes clientelares.

Como ya hemos mencionado antes, el alcohol era un elemento de prestigio importante. Destinar cierta parte de la producción agraria a la producción de este líquido en vez de utilizarlo para cubrir necesidades alimenticias representa claramente que solo lo podían consumir aquellos que ostentaban el poder.

En resumidas cuentas, igual que nosotros tenemos nuestros propios rituales con el consumo del alcohol (para brindar después de una cena o una celebración, al tomarnos unas cervezas para ver el fútbol en familia o con amigos etc.), las gentes prehistóricas también tenían sus propios rituales y también veían el alcohol como símbolo de prestigio. En la actualidad pasa lo mismo, no es lo mismo beberse un vino de tetrabrik que un Dom Perignon. Nos separan miles de años de diferencia, pero el ser humano no ha cambiado tanto: de utilizar el alcohol para formalizar lazos en tribus a utilizarlo para consolidar lazos de amistad viendo el fútbol en un bar. El fin sociabilizador de esta sustancia sigue estando vigente en nuestra sociedad.  

BIBLIOGRAFÍA

Childe, V. G. (1947) The dawn of European Civilization, Londres: Kegan Paul, Trench, Trubner and co.

Garrido, R. (2012) “Entre el consenso y la incertidumbre. Perspectivas actuales en el estudio del fenómeno campaniforme”, Actas de las novenas jornadas de Patrimonio Arqueológico de la Comunidad de Madrid, pp. 85-104

Guerra Doce, E. (2006), “Sobre la función y el significado del a cerámica campaniforme a la luz de los análisis de contenidos”, Trabajos de Prehistoria, Vol. 63, 1, pp. 69-84

Sherratt, A. (1987) “Cups that Cheered”, en Waldren y Kennard (coord.) Bell-Bea-kears of the Western Mediterranean, Oxford: B.A.R. Internacional Series, 331, pp. 81-114

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