El ataque sorpresa a la base naval de Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941 provocó la entrada de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. El Imperio Japonés y el gigante americano se enfrentarían por el dominio del Pacífico. Tras una exitosa campaña en el sudeste asiático, Japón buscaba eliminar parte de la flota enemiga eligiendo para su ataque el atolón de Midway.
Control del Pacífico
El Imperio Japonés se había expandido por Filipinas, la Malasia Británica, Singapur y las Indias Orientales Neerlandesas (Indonesia) para mayo de 1942. Éstas últimas tenían una importancia estratégica vital al poseer yacimientos petrolíferos. Una vez aseguradas estas conquistas, Japón pasó a una segunda fase de expansión por el Pacífico Central. Tras algunos desencuentros entre el Ejército Imperial y la Armada Imperial, el almirante Isoroku Yamamoto logró imponer su criterio. Su objetivo principal era eliminar a los portaaviones estadounidenses para asegurar el éxito en la campaña del Pacífico. Se quería establecer un perímetro de defensa en Midway a miles de km de Japón. No se trataba de una campaña para conquistar Estados Unidos. Japón pretendía mermar el poderío naval estadounidense en el Pacífico y así poder negociar posteriormente una paz ventajosa.
Yamamoto consideró demasiado arriesgado volver a atacar la base de Pearl Harbor. En su lugar eligió el pequeño atolón de Midway por su importancia estratégica para Estados Unidos. Yamamoto pensaba erróneamente que solo quedaban dos portaaviones estadounidenses disponibles, el USS Entreprise y el USS Hornet. Tras la batalla del Mar del Coral se produjo el hundimiento del USS Lexington y el USS Yorktown sufrió graves daños. Sin embargo, el USS Yorktown fue reparado rápidamente en Pearl Harbor, el cual jugaría un papel crítico en Midway. Además los japoneses no podían contar con el portaaviones ligero Shöhö, que había sido hundido, ni con el portaaviones Shökaku, gravemente dañado en la mencionada batalla. A su vez el portaaviones Zuikaku había perdido casi la mitad de su flota aérea y no podía ser reemplazada fácilmente. Yamamoto pensaba que los estadounidenses se encontraban desmoralizados por los frecuentes reveses sufridos hasta ese momento. Estaba firmemente decidido a conducirles hacia una trampa en Midway. Una decisión trascendental fue la dispersión de su flota para así evitar ser descubiertos y aumentar el efecto sorpresa.
Espionaje de Estados Unidos
Un hecho clave fue que Estados Unidos logró descifrar el código JN-25b de la Armada Imperial Japonesa. Los japoneses tenían planeado un ataque sobre un objetivo llamado ‘AF’. Al principio se pensó que se podía tratar de las islas Hawái. Desde dichas islas se podían llevar a cabo ataques a California. Sin embargo, el comandante Joseph Rochefort y su equipo en la estación HYPO determinaron que el verdadero objetivo era el atolón Midway. Para ello, el capitán Wilfred Holmes urdió una estratagema transmitiendo un mensaje de radio sin codificar diciendo que Midway tenía problemas con el sistema de purificación de aguas. 24 horas más tarde interceptaron el siguiente código: ‘AF tiene poca agua’. Este hecho proporcionó una gran ventaja al almirante Chester W. Nimitz, pues sabía exactamente dónde, cuándo y cómo atacaría la Armada Imperial Japonesa.
Desarrollo de la batalla
La batalla de Midway dio comienzo el 4 de junio de 1942. El almirante Nagumo atacó sobre las 4:30 con un total de 108 aviones. Se enviaron seis aviones de reconocimiento para ir en busca de la flota enemiga. A las 6:20 se empezó a bombardear Midway. Los bombarderos estadounidenses que consiguieron despegar sufrieron numerosas bajas debido a las fuerzas antiaéreas de los barcos japoneses y a los veloces cazas Zero. Los aviones de reconocimiento japoneses determinaron que sería necesario otro ataque antes de poder llevar a cabo un desembarco en Midway, previsto para el día 7. De acuerdo a las tácticas militares de la época, Nagumo mantuvo en reserva a la mitad de sus aviones de combate. En este primer ataque, Nagumo decidió armar a sus aviones con torpedos por creer que se encontraría con barcos enemigos. Debido a ello fue necesario un segundo ataque pues la pista de aterrizaje y despegue de Midway no había sido dañada. Nagumo ordenó que todos los aviones del segundo ataque fuesen armados con bombas para destruir las instalaciones de la isla. Media hora después un avión de reconocimiento informó sobre la aparición de una flota enemiga. Un tiempo crucial pasó hasta que se informó de la presencia de un portaaviones estadounidense.
Nagumo tomó la errónea decisión de no atacar a los portaaviones con las reservas disponibles. Siguió estrictamente el protocolo de la marina japonesa siendo demasiado cauteloso. Quiso esperar a que regresaran los aviones del primer ataque para posteriormente lanzar la segunda oleada sobre la flota enemiga. Esta decisión llevaría irremediablemente a la derrota japonesa. Desde las 7:00, el almirante Spruance dio la orden a los aviones del USS Yorktown de atacar a los portaaviones japoneses con todo lo que dispusieran. Al contrario de la táctica japonesa, no se esperó a que toda la flota aérea estuviese reunida. Esta drástica decisión ayudaría a neutralizar la capacidad de contraataque japonesa, a pesar de las pérdidas sufridas por los estadounidenses.
Contraataque estadounidense
Los aviones estadounidenses tuvieron dificultades en encontrar a la flota enemiga debido a la vastedad del océano. En este punto tuvo lugar una de las mayores acciones de sacrificio que acabaría conduciendo a la victoria final. A las 9:20 una primera oleada de torpederos estadounidenses Douglas TBD Devastator alcanzó sus objetivos. Durante este ataque tan sólo un piloto logró sobrevivir. El segundo ataque también terminó con casi todos los aviones destruidos y la flota japonesa intacta. A pesar de ello, se consiguieron importantes objetivos: se obligó a los portaaviones japoneses a navegar en círculos para evitar los torpedos, los Zero japoneses gastaron su combustible y munición para derribar a los aviones enemigos y pusieron lejos a la escolta aérea japonesa encargada de proteger a sus portaaviones.
Después de estos primeros ataques, un escuadrón de bombarderos estadounidenses cayeron en picado sobre los portaaviones enemigos. Éstos se encontraban repletos de aviones listos para el combate en una posición extremadamente vulnerable. A las 10:22, los bombarderos del USS Enterprise atacaron el portaaviones Kaga. Más tarde los aviones del USS Yorktown se lanzaron sobre el Söryü y el Akagi. Las consecuencias fueron devastadoras para la armada japonesa. En tan sólo 6 minutos, tres de sus cuatro portaaviones se encontraban en llamas o hundidos.
Japón lanza un ataque desesperado
Sólo un portaaviones japonés, el Hiryü, se encontraba operativo. Fue entonces cuando se decidió lanzar todos sus aviones para el combate. Sus bombarderos dañaron gravemente al USS Yorktown mediante tres impactos de bomba. Sin embargo, los daños fueron reparados a toda velocidad. Esto provocó que la segunda oleada japonesa creyera erróneamente que el Yorktown ya había sido hundido y que se estaba atacando al USS Enterprise. Después de recibir dos impactos, el USS Yorktown quedó fuera de combate y su tripulación fue traslada al crucero USS Astoria. En torno a las 17:00, el Hiryü fue atacado por aviones del USS Enterprise, incendiándose y abandonándose en torno a las 21:00. Tanto el USS Enterprise como el USS Hornet no sufrieron daños por parte del enemigo.
Al caer la noche, el almirante Fletcher trasladó el mando a Spruance, quien decidió salvaguardar Midway y sus portaaviones pues todavía desconocía la fuerza de las reservas japonesas. El almirante Yamamoto continuó con sus esfuerzos para bombardear Midway utilizando cuatro cruceros y dos destructores. Sin embargo, dicha flota recibió la orden de retirarse y juntarse con el resto de la flota de Yamamoto. Por la mañana del día 6 de junio, la flota estadounidense lanzó varios ataques hundiéndose el crucero Mikuma y dañando gravemente al Mogami. El USS Yorktown fue finalmente hundido el 7 de junio por el submarino japonés I-168 junto con el destructor USS Hammann matando a 80 tripulantes.
Balance y trascendencia de la batalla
La batalla de Midway marcó un punto de inflexión en la Segunda Guerra Mundial al frenar el expansionismo japonés en el Pacífico central. Japón perdió 4 de sus portaaviones además de numerosos e irremplazables pilotos navales. La Marina japonesa decidió ocultar las consecuencias de la batalla naval. Tan sólo el emperador Hirohito tuvo constancia de la gravedad de la situación. Éste sin embargo, no informó al ejército ni a la opinión pública, provocando que los militares japoneses pensaran que su flota todavía era poderosa frente a Estados Unidos. Tras este desastre, la marina japonesa continuaría luchando sin cuartel contra la supremacía naval de Estados Unidos hasta el final de la contienda. Japón tendría muchas dificultades en reponer a los pilotos y marineros perdidos. Sus planificadores militares nunca previeron un conflicto de tan larga duración. Para mediados de 1943, la aviación japonesa ya había casi totalmente aniquilada. A partir de esta decisiva batalla, la iniciativa correría a cargo de los estadounidenses hasta la rendición final de Japón el 15 de agosto de 1945 (firmándose el 2 de septiembre).
En dicha batalla, el Imperio Japonés perdió unos 3057 hombres, 4 portaaviones: Akagi, Kaga, Hiryü y Söryü (2181 bajas), 1 crucero pesado, el Mikuma (700 muertos más) y unas 250 aeronaves. Además los destructores Arashio y Asashio quedaron dañados durante los ataques aéreos a los cruceros Mikuma y Mogami (el cual perdió 92 hombres).
En cambio, los Estados Unidos de América perdieron unos 250 hombres, 1 portaaviones (el USS Yorktown), 1 destructor (el USS Hammann), 45 aviones con base en Midway y otros 109 aviones con base en portaaviones.
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