En los años previos a la Segunda Guerra Mundial, se produjo un intenso aumento de la actividad diplomática entre las distintas potencias implicadas. Unas como Francia o Gran Bretaña trataron de evitar el conflicto creyendo en las buenas palabras de Hitler. Otras, como Alemania o la Unión Soviética, solo buscaron la mejor manera de sacar el máximo partido de la situación. En los años previos a la Segunda Guerra Mundial la diplomacia alemana mostró una doble cara que le proporcionó beneficios significativos. Por un lado declaraba en las reuniones internacionales su deseo de mantener la paz en Europa, mientras que por otro lado amenazaba sin reparo con iniciar un conflicto armado si se le contrariaba en sus planes de expansión territorial y rearme.
Guión de Federico Romero.
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