La Cognición y el Ser Humano

Cognición o utilizar conocimientos previos para generar nuevos.

Adquirir conocimientos a través de la experiencia, los sentidos y el pensamiento se conoce como cognición.

Idea

Desarrollo congnitivo de Piaget

El psicólogo suizo Jean Piaget estudió la cognición y describió la primera teoría de desarrollo intelectual humano. Piaget propuso que los seres humanos adquieren gradualmente el conocimiento. Aunque la teoría describe etapas graduadas en lugar de un avance continuo, la idea de continuidad quedó clara en su trabajo. En su teoría, explicó cuatro etapas principales en el desarrollo cognitivo del ser humano.

La etapa sensorio-motora abarca hasta los dos años de vida. Durante esta etapa, el ser humano explora el mundo que le rodea a través de sus sentidos y aprende que los objetos continúan existiendo incluso cuando no los percibimos.

Aproximadamente entre los dos y los siete años, se aprende a hablar y a interpretar símbolos, como cuando imaginan que un sofá es un avión o una piedra es un trozo de pan. Esta etapa pre-operacional se caracteriza también por el egocentrismo y la incapacidad de manipular información. Es decir, encuentran complicado entender otros puntos de vista o hacer cálculos mentales.

La etapa de las operaciones concretas comienza alrededor de los siete años y acaba sobre los once. En esta etapa, las niñas y niños aprenden a realizar operaciones mentales y el concepto de conservación. La conservación aquí se refiere a la capacidad de deducir que un volumen permanece igual a pesar de la forma del recipiente que lo contiene.

A partir de los doce años comienza la etapa de las operaciones formales. Se aprende a razonar y a prever las consecuencias de las acciones. Por lo tanto, en esta etapa el razonamiento se asemeja más al adulto.

La cognición nos permite resolver problemas de la vida cotidiana y tomar decisiones.

Resolución de problemas

A diario nos enfrentamos a infinidad de problemas, pero muchos de ellos son de solución fácil por lo que no nos damos cuenta de que nos estamos enfrentando a uno. Estos problemas se conocen como problemas bien definidos. Por ejemplo, si tenemos hambre sabemos que debemos comer.

Por otro lado, los problemas mal definidos son aquellos cuya solución es más compleja o que carecen de una respuesta clara.

Nuestro cerebro, por lo tanto, cuenta con diferentes métodos para solucionar problemas. Uno de ellos es el ensayo y error. Con este método se prueban diferentes soluciones hasta que una funcione. Cuando usamos un electrodoméstico por primera vez y no queremos leer las instrucciones, probamos diferentes combinaciones aleatorias de botones hasta que el aparato responda como queremos. La estrategia algorítmica es más metódica. Este enfoque consiste en probar combinaciones en un orden determinado.

Laberinto como representación de un problema.

El método heurístico puede ser (1) el análisis entre medios y fines, que consiste en desglosar el problema en pequeños sub-problemas y solucionar uno por uno; o (2) resolver el problema dándole la vuelta, que parte de la solución para buscar conexiones entre ésta y el estado actual del problema. Cuando resolvemos un laberinto desde la salida hasta la entrada, estamos utilizando este método.

Tomar decisiones

La mayoría de personas utilizan la heurística de disponibilidad para tomar decisiones. Este proceso usa la información más reciente y los recuerdos disponibles para generar opiniones y posteriormente, tomar decisiones.

La heurística de la representatividad es otro enfoque en la toma de decisiones y se basa en la probabilidad de que un evento coincida con lo que es típico. Por ejemplo, si nos dicen que una persona es futbolista, posiblemente asumiremos que es un hombre. La diferencia principal entre la heurística de disponibilidad y la de representatividad es que la primera se basa en recuerdos mientras que la segunda, en ideas.

¿Cómo se almacena la información en el cerebro?

Una de las maneras que tenemos de almacenamos la información es a través de una red semántica. Esto es, los conceptos están organizados de tal manera que se conectan unos con otros. Los enlaces entre conceptos pueden ser más o menos cortos en función de lo cercanos que estén entre sí dichos conceptos.

Podemos tener como concepto «comida», que relacionamos con «fruta» y «verdura». A su vez, relacionamos «fruta» con «manzana», «limón» y «fresa». El concepto «fresa» lo conectamos con «rojo» y «dulce». Y así sucesivamente. Este ejemplo jerárquico no siempre se cumple y además, varía entre individuos. A veces, relacionamos el concepto «manzana» con «comida» antes que con «fruta». Además, un concepto puede estar relacionado con más de una idea: podemos conectar «rojo» con «fresa», con «fuego» y con «semáforo».

Representación de ideas en una red semántica

Edad y cognición

Algunas habilidades cognitivas se mantienen estables con la edad. Otras, sin embargo mejoran y otras, empeoran.

La memoria implícita no varía con los años, como es el caso de la memoria procedimental. Una vez hayamos aprendido a tocar un instrumento o a montar en bici, conservaremos esa habilidad hasta morir (a menos que suframos un daño cerebral). Lo mismo ocurre con la memoria de reconocimiento; una vez conocemos algo o a alguien, difícilmente lo olvidaremos.

Con la edad, la memoria episódica empeora y es más complicado formar nuevos recuerdos. Lo mismo ocurre con la velocidad de procesamiento o velocidad para acceder a los conocimientos. Además, la capacidad de mantener la atención disminuye también en las personas mayores.

La memoria semántica, no obstante, incrementa hasta la vejez. Es por ello que con la edad, normalmente mejoramos nuestras habilidades del lenguaje. La inteligencia cristalizada, que es la que permite utilizar los conocimientos y la experiencia, también mejora con el tiempo. Esto hace que los adultos mayores tengan mejor comprensión lectora y emocional que los adultos jóvenes.

De nuevo, estos parámetros dependen de su salud mental de cada individuo, de factores genéticos y del estilo de vida. Por lo tanto, podemos realizar determinadas actividades como la meditación, el deporte, la lectura y enfrentarnos a retos para mejorar nuestra cognición.

 

Referencias

Piaget, J. (1970). Piaget’s theory.

Von Eckardt, B. (1995). What is cognitive science?

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