Congreso de Viena: el equilibrio geopolítico surgido tras la derrota de Napoleón

Después de la derrota de Napoleón, las diferentes potencias vencedoras estimaron oportuno organizar un nuevo orden geopolítico. El objetivo principal era sofocar cualquier intento liberal revolucionario que pudiera hacer caer a las monarquías reinantes. A raíz de estas consideraciones, nació un nuevo sistema fraguado en el Congreso de Viena (1814-1815), con el fin de lograr un equilibrio de poder entre los distintos estados en el cual ninguna potencia impusiera su hegemonía. Esta posición fue ideada por Metternich (primer ministro austriaco) y se mantuvo hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial.

Congreso de Viena. Fuente: DW

El Congreso de Viena: un nuevo orden geopolítico

El Congreso de Viena consistió en una serie de reuniones diplomáticas desarrolladas desde septiembre de 1814 hasta junio de 1815 entre las diferentes potencias europeas con el fin de decidir el orden geopolítico tras la derrota de Napoleón. Su objetivo principal fue restablecer las fronteras europeas previas a la Revolución francesa y organizar políticamente todo el continente bajo el control de las monarquías absolutistas. Estas consideraciones se tomaron a raíz de los sucesos ocurridos durante la convulsa revolución de 1789 y sus acontecimientos posteriores, ya que se veía con temor que se pudiera repetir un episodio similar en los respectivos países participantes en la reunión. Por lo tanto, se realizaron alianzas entre naciones para socavar cualquier foco de levantamiento.

Caricatura del Congreso de Viena donde se ve a sus participantes repartiéndose Europa. Fuente: muchahistoria.com

La estrategia de Francia y Reino Unido en el Congreso de Viena

Francia, la nación derrotada

Tras su frustrado intento de imponer su hegemonía a sangre y fuego en el continente europeo, la nación francesa tuvo un rol internacional disminuido en el congreso debido a que había constituido la potencia agresora, por lo que su credibilidad en estos momentos era más bien nula. La estrategia del diplomático Talleyrand se basó en un reclamo moderado intentando generar una brecha entre las potencias vencedoras.

A pesar de sus esfuerzos, no logró sus objetivos ya que Reino Unido mantuvo el control de sus colonias y por otro lado, en el congreso se ideó una serie de estados tapones alrededor de Francia (Reino Unido de los Países Bajos que incluía a los actuales Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo y parte de Alemania). Además, en 1815 se creó la Confederación Germánica con el fin de detener el expansionismo ruso y francés. Con esta medida se logró frenar a estos dos últimos, pero en cambio se produjo la expansión de Prusia.

Reino Unido y la búsqueda del equilibrio europeo

Reino Unido consideró al Congreso de Viena como un modo de cooperación, ya que contemplaba ante todo la seguridad en el continente para evitar que se enfrentaran las diferentes potencias. Su objetivo principal era establecer un orden europeo que le abocara a mejorar su economía y su imperio. Debido al gran avance económico que produjo esta política de aislamiento, a finales del XIX se estableció la llamada política del espléndido aislamiento hasta su ruptura con la Entente Cordiale en 1904.

Por otro lado, el sistema político británico fue considerado una debilidad frente al modelo absolutista, ya que el modelo parlamentarista era más lento. Esto era debido a que las medidas debían pasar por el Parlamento en vez de ser hechas directamente, como en el caso de la Rusia zarista.

Retrato de Lord Castlereagh realizado por Thomas Lawrence. Fuente: The Irish Times
El Congreso de Viena y el rol de Lord Castlereagh

Pragmático y sólido, Robert Stewart también conocido como Lord Castlereath, le declaró la guerra a la doctrina revolucionaria ya que persiguió una pretensión universal. Para el Reino Unido, las guerras napoleónicas supusieron un conflicto por una Europa donde resultase imposible el domino universal (en cambio, para Austria fue una guerra por la supervivencia del orden).

Lord Castlereath no se opuso a la revolución porque fuera antinatural, sino porque resultaba perturbadora, sus medidas no eran conciliadoras o moderadas, ya que se trataba de un estallido violento. El diplomático austriaco Metternich, participante en el Congreso de Viena, se comprometió a la creación de la paz para formalizar el marco moral mientras que Lord Castlereagh dio importancia al arreglo territorial. Reino Unido intervino con el fin de obtener esa estabilidad que tanto anhelaba.

El contexto sociopolítico de Reino Unido durante el Congreso de Viena

Durante este período, Reino Unido experimentó un crecimiento de su economía agraria debido al bloqueo continental y la prohibición de la exportación de grano. Se generó una urbanización donde los obreros se fueron asentando en las ciudades en las que tuvieron lugar levantamientos de los mismos. En consecuencia, se conformaron movimientos de izquierda liderados por intelectuales ajenos a las condiciones obreras. El parlamento británico se dividió en dos grupos:

  • Tory: integró al partido conservador, basado en la religión anglicana y el apego a la corona, poniendo a la tradición y las costumbres por encima de todo. Estaba constituido por la aristocracia y los grandes terratenientes.
  • Whig: integró al partido laborista y liberal, poseía una visión más radical de izquierda, la cual generó la oposición al rey en el parlamento. Estaba representado por la clase burguesa.

Ambas formaciones tuvieron una visión de lograr una ampliación del comercio internacional y de recibir productos importados, abriendo la importación de trigo a consecuencia de la hambruna irlandesa. Esto lleva a que, la producción de alimentos fuera destinada a las importaciones y la producción interna a la industria. Al producirse la expansión industrial, se desarrollaron ciudades como Manchester y a su vez se permitió votar a quienes poseían una renta mayor.

Canning
George Canning, primer ministro de Reino Unido (1827). Fuente: Poeticous
Política del Reino Unido a nivel internacional

Reino Unido mantuvo una política de intervención en asuntos externos con el objetivo de mitigar las revoluciones liberales hasta el suicidio de Castlereagh. A partir de este momento, se pasó a un aislamiento internacional con George Canning, denominado el Espléndido aislamiento. Por ende, esta postura se basó en una política exterior que evitaba las alianzas permanentes para la defensa de sus intereses.

La política británica se salía así de su implicación en el mantenimiento del equilibrio del poder europeo y únicamente interactuaba para salvaguardar sus propios intereses. Esta teoría surgió como consecuencia del convencimiento de que cualquier alianza permanente podría conllevar la destrucción del Reino Unido ante un enemigo más fuerte.

Interés principal del Reino Unido en el Congreso de Viena

El objetivo principal del Reino Unido en el Congreso de Viena radicaba en que ningún país tuviese más poder que otro en el continente europeo, ya que así se evitaría el sometimiento de unas naciones sobre otras. Por otro lado, también se pretendía mantener la preponderancia en el plano marítimo. Los británicos habían logrado que España no tuviese una armada mayor, mediante el establecimiento de una alianza con Portugal para lograr el control de la flota del Atlántico Sur en Río de Janeiro.

Hasta ese momento los británicos no disponían de ninguna base en el Atlántico Sur y no tenían como llegar a América desde ese punto. Ahora tendrán dos puntos de apoyo, Ciudad del Cabo (arrebatada a los Países Bajos) y una base en Rio de Janeiro. El objetivo principal es el Atlántico Sur, la India hasta ese momento era un espacio de la Compañía de las Indias Orientales, no de la Corona británica. Todos los productos que abastecían a Hispanoamérica habían provenido de Reino Unido a través del contrabando, ahora lo harían a través de la legalidad del libre mercado.

Así fue como a través de la base en Río de Janeiro, se permitió desbancar el monopolio comercial de España en América. Por otro lado, Reino Unido no quería destruir a Francia, ya que esto hubiese provocado que nuevamente las fuerzas revolucionarias obtuvieran el poder, lo que acabaría generando un problema. Tampoco se quiso establecer al descendiente de Napoleón en el trono francés, ya que tenía sangre austriaca y en su lugar se optó por poner un Borbón (misma dinastía del Antiguo Régimen). Luis XVIII era un rey separado de las ideas políticas y no tenía demasiada noción de gobierno.

Congreso de Viena. Fuente: Posmodernia

Prusia, la más desprotegida en el Congreso de Viena

En aquella época, el territorio de Prusia era discontinuo, con una tendencia ciertamente agresiva en su política exterior. Para su desdicha, se habían conformado diferentes estados tapones para evitar el expansionismo francés y ruso. Esta sentimiento expansionista prusiano logró materializarse a través del comercio mediante la Unión Aduanera de Alemania (Zollverein) y de varios conflictos como la Guerra de los Ducados contra Dinamarca.

Prusia había sido uno de los países más golpeados a través del tratado de Tilsit de 1807 (perdió la mitad de su territorio). Prusia pretendía Sajonia y a su vez el Zar ruso ambicionaba anexionarse parte del territorio prusiano. Como respuesta, se le entregó al Zar Varsovia y parte de Polonia. Se firmó un tratado secreto, donde el Zar le daría respaldo a los prusianos para recibir Sajonia. A su vez, Reino Unido le ofreció Renania pensando que los estados renanos iban a ser un problema para Prusia. Sin embargo, a largo plazo es al revés, ya que Renania conformaba el núcleo del Zollverein.

Todas estas acciones fueron realizadas debido a que Reino Unido sabía que Prusia era aliado de Rusia y que esta última podría expandirse todavía más. Pero la política de Prusia alertó a la vecina Austria. Por esta razón, el diplomático austriaco Metternich, con el objetivo de desequilibrar la balanza, trató de arreglar que Francia estuviese en sintonía con Austria y con el Reino Unido. El propósito de Austria consistía en utilizar al país galo como mediador con el fin de tener la opción del equilibrio europeo por encima de la del avance territorial.

Austria, la potencia más cautelosa en el Congreso de Viena

El contexto sociopolítico de Austria era ciertamente complejo: estaba conformado por distintas nacionalidades, donde los que más ansiaban la independencia eran los checos y croatas. El modelo austriaco era feudal y agrario, en el cual se le entregaban territorios a la nobleza que pasaba a controlar la producción. De esta manera, la relación gobernante-pueblo quedaba afectada mientras que las principales decisiones eran tomadas desde el territorio del norte.

Dentro de este contexto, fue de vital importancia el diplomático Metternich, quien defendía la defensa del orden conservador como lo natural y todo aquello que lo intentase cambiar como lo antinatural. Este diplomático no se oponía a las posturas revolucionarias porque fueran malvadas (afirmación de voluntad y poder), sino porque contrarrestaban la esencia de la ley y el equilibrio. Por esta razón, Metternich no vio con buenos ojos a la Revolución francesa ya que había generado un desequilibrio en Europa. Además achacó la derrota de Napoleón a su incapacidad para el manejo de las relaciones diplomáticas.

Klemens von Metternich. Fuente: QuizzClub

A través del Congreso de Viena celebrado en su propio territorio entre 1814-1815, Austria pretendió reafirmar sus territorios y transformarse en una especie de «policía de Europa» mediante la intervención externa. No era un país precisamente fuerte, ya que poseía una posición geográfica conflictiva debido a que estaba rodeada de otras potencias (Rusia, Prusia y el Imperio otomano). Metternich aspiraba al reclamo territorial y obtuvo las provincias Ilirias en los Balcanes. Después de la celebración del congreso, se estableció la Confederación Germánica en sustitución de la antigua Confederación del Rin (estado cliente de Napoleón). La nueva unión integraba a 39 estados alemanes, incluida Prusia, bajo la presidencia de la Casa de Austria.

No obstante, los recelos entre Austria y Prusia en su pugna por tener la primacía dentro de esta frágil unión acabaron por pasar factura. En 1866 estalló un enfrentamiento poniendo fin a la Confederación Germánica, lo que dio paso a la creación de la Confederación Alemana del Norte, preámbulo del futuro Imperio alemán en el que Prusia tendría el papel predominante. Ante esta situación, Austria se apoyó en la minoría húngara para mantener las diferentes nacionalidades que lo integraban, derivando en una monarquía dual que conformaría Austria-Hungría. Dichas minorías a su vez se encargaron de protagonizar la vanguardia en el arte y las ciencias, como pintura, arquitectura, filosofía y psicología.

Rusia, en búsqueda de la hegemonía europea

Al igual que el Reino Unido, Rusia acudió al Congreso de Viena como un método para poder mantener una seguridad cooperativa entre las distintas potencias, pero a su vez aprovechó para extender sus territorios y continuar con su hegemonía en el continente. Como principal medida, pretendió expandirse por el Mediterráneo, la práctica totalidad de Asia y los Balcanes, regiones a las que aspiraba ejercer su dominio e influencia.

En consecuencia, los intereses rusos chocaron contra los británicos, derivando a partir de la década de 1830 en una especie de «guerra fría» conocida como el Gran Juego, con el fin de controlar Oriente Medio y parte de Asia Central. El zar también ambicionaba obtener Polonia entera, que en ese momento estaba repartida entre Rusia, Prusia y Austria. Estas pretensiones se intentaron evitar por el resto de potencias, ya que, al tener un gran ejército y territorio, se tenía miedo de que se transformara en un nuevo Napoleón.

Entrada de Alejandro I, zar de Rusia, a París luego de la derrota de Napoleón. Fuente: La Soga

Bibliografía

Kissinger, H. (1973). Un Mundo restaurado. México. Editorial Fondo de Cultura Económica

Renouvin, P. (1990). Historia de las Relaciones Internacionales. Madrid. Editorial Akal

Imagen de portada de Contemporáneos

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