Los años finales de la conquista de los mongoles a China y la lucha contra la dinastía Song representarían la interacción del Imperio Mongol con la pólvora.
Uso temprano, y documentado, de la pólvora en China
Cronológicamente hablando el primer uso registrado de la pólvora, en la histórica China, ocurrió en el año 900. Armas de características incendiarias, accionadas por pólvora, como las lanzas de fuego o las bombas incendiarias se pusieron en servicio alrededor del año 1000, cientos de años después (en 1120) ya se usaba, o se presume el uso, de artilugios como petardos y bombas a partir de pólvora explosiva. En ese sentido, la pólvora para explosivos data a mucho antes de 1150.
Presume Haw (2013) que la primera aparición del cañón se da, definitivamente, antes de 1300 y bien cree que pudo haber tenido uso regular a lo largo de todo el siglo XIII. Sostiene que las probabilidades de que hayan sido utilizados durante las últimas campañas de los mongoles contra los reductos de los Song en el sur es un hecho (p. 453) y que, en cierto modo, serviría para explicar la situación en el Lejano Oriente durante los siglo XI y XII en el que las batallas fueron de carácter defensivo, de aquí a que se apunte que los cañones eran más usados en defensa, y propiciaron duros estancamientos muy comunes en la época.
Pólvora y cañones durante la conquista mongola de la dinastía Song
Existen referencias en la literatura china de que el cañón bien pudo haber existido antes de 1288 —que es, hasta ahora, la fecha del cañón chino de metal más antiguo registrado— . En 1272, durante la campaña final de los mongoles contra las últimas posesiones en el sur de los Song, en el afán de romper el asedio de Xianjiang, una fuerza Song compuesta por 3.000 hombres en 100 barcos pequeños intentó romper el bloqueo impuesto por los ejércitos del Kan. Estos cientos de barcos que aparentemente poseían una treitena de hombres harían sus máximos esfuerzos acompañados por varios elementos de artillería (Haw, 2013, p. 451).
Estos botes estaban equipados con gran amalgama de armas, entre las que se incluía las antiquísimas lanzas de fuego (que eran disparadas de tubos de bambú) y un artilugio aparentemente conocido como «huopao». Haw (2013) sostiene que estos aparatos pudieran haber sido cañones y que la otra posibilidad a tomar en cuenta es que fueran catapultas con bombas explosivas e incendiarias pero que tendrían que descartarse por el tamaño de los botes, en tanto las catapultas serían inviables en botes tan pequeños a la par de carecer de una plataforma de tiro estable (p. 451). Menciona que tal actividad en un pequeño bote tripulado por solo una treintena de hombres sería dificil de imaginar (sic).
Cañones asiáticos contra cañones europeos
Sostienen los historiadores más recientes que, y de aquí nos valemos de Andrade (2016), los cañones, y más concretamente las armas derivadas de la pólvora, no acceden al continente asiático por medio de los europeos en el siglo XIX. No es un proceso repentino, es más bien un proceso largo y profundo que tiene origen en el propio continente asiático; de aquí a que nos remitamos a su origen chino y a su adopción por los conquistadores mongoles. En ese sentido, las primeras armas de pólvora (donde hacemos hincapié en los cañones) evolucionaron en todo el período de guerra en Asia entre el año 900 y el 1300.
Su extensión fuera del continente asiático, y de la parte más oriental, se debe a los guerreros asiáticos y sus Estados vasallos, o tributarios, a lo largo de la Ruta de la Seda y permite que para 1320 los europeos comiencen con su progresiva manufactura y perfeccionamiento para luego ser «reexportadas» a su territorio de origen.
La dinastía Ming es la primera en adoptar cañones de origen europeo a principios del siglo XVI. Estos cañones son primordialmente portugueses, a los cuales también acceden los diferentes señores samurái en Japón. En cambio la evidencia sugiere que la artillería plena, moderna, entra a mediados del siglo XVII.
Dinastía Yuan y el alzamiento de los Ming
En el apogeo mongol con la dinastía Yuan, la producción de salitre —es el nitrato de sodio esencial para crear pólvora— fue regida y gravada por el Estado. La producción privada, a manos de artesanos, fue prohibida en varios lugares de la China Yuan para poder centralizar toda la producción posible a manos del Estado; esto mostraría, por ejemplo, el interés que mostraron los mongoles en materiales tan volátiles como el salitre que podían girar la balanza a su favor en términos militares.
La caída de la dinastía Yuan a manos de los Ming, y las últimas expediciones contra los mongoles marcan el futuro de China en relación a las armas de pólvora. Por un lado, sería el atraso de las armas de manufactura china respecto a las europeas y, finalmente, la transición a las armas europeas por lo que se hablaría de la dependencia de los Ming a los mercaderes de Europa.
Durante el último período de la dinastía Yuan, a mediados de 1300, los cañones gozaron de una regularidad vigorosa en sectores de los ejércitos imperiales pero más todavía en los ejércitos rebeldes. Por esta razón —su extensión y popularidad en los Ming —es posible sostener que Zhu Yuanzhang pudo expulsar finalmente a los mongoles con la derrota de los Yuan y la toma de Yunnan. Toda China pudo ser aplacada y los mongoles desarticulados. Hasta 1500 se podría hablar de cañones y armas de pólvora genuinamente chinas (Haw, 2013, p. 454). Los Ming indudablemente supieron focalizar el uso de las armas de fuego contra los mongoles que todavía no lo sistematizaban a pesar de entender su eficacia en batalla.
El debate que surge en la Academia es en relación al progresivo desuso de las armas de fuego por parte de los mongoles, aún cuando sí fueron utilizadas en la conquista de los Song y como los Ming llevaron una gran superioridad militar contra los mongoles gracias al uso generalizado de la pólvora. Pero esto no significa que no haya habido uso de las armas de fuego en los ejércitos mongoles que suceden a la dinastía Song. Es decir, según Haw (2013) los ejércitos comandados por las fuerzas mongolas incluían combatientes de diversos orígenes no acostumbrados a los tradicionales métodos mongoles (en tanto no eran siempre jinetes): kitáns, iugures, tanguts u hombres provenientes de la antigua dinastía Jinn (p. 456).
Declive mongol, exportación y conclusiones finales
Alrededor de 1250 el secreto de la pólvora comenzó a tener difusión entre los enemigos de los mongoles. Los ejércitos mongoles, compuestos por otras etnias, llevarían armas de pólvora en su apogeo y de aquí se podría inferir las grandes probabilidades de que los propios mongoles hayan difundido el secreto en tantas de sus conquistas. La fórmula de la pólvora, de hecho, ingresa a las islas británicas seguramente gracias a los contactos culturales de los franciscanos con el Imperio mongol, de aquí a que Roger Bacon haya registrado su uso en el Opus Maius.
Los mongoles contaron con todo tipo de armas de pólvora chinas disponibles para sus conquistas, como bombas explosivas e incendiarias, flechas de fuego o lanzas de fuego. De cualquier manera, todas tuvieron la finalidad de ganar superioridad militar y generar terror entre las filas enemigas. A pesar de esto, la ausencia de competidores con armas de esta índole motivaron a los mongoles a irlas abandonando progresivamente. Los superiores medios de manufactura europeos marcaron un futuro período de transición en la dinastía Ming a las armas de pólvora del Viejo Mundo o en muchos casos a las proporcionadas por los mercaderes del Imperio otomano.
Bibliografía:
- Andrade, T. (2016). The Gunpowder Age: China, Military Innovation, and the Rise of the West in World History. Princeton; Oxford: Princeton University Press
- Haining, T. (1995). In the service of the Khan. Eminent personalities of the early Mongol-Yüan period (1200–1300). Edited By Igor de Rachewiltz, Hok-Lam Chan, Ch’i-Ch’ing Hsiao and Peter W. Geier with the assistance of May Wang. (Asiatische Forschungen, 121.) pp.xliv, 808. Wiesbaden, Harrassowitz Verlag, 1993. DM 168. Journal of the Royal Asiatic Society,5(1), 153-155.
- Haw, S. G. (2013). The Mongol Empire – the first ‘gunpowder empire’? Journal of the Royal Asiatic Society, Series 3, Vol. 23.3: 441-469.
- Lane, G. (2018). A Short History of the Mongols. London: I. B. Tauris.