La aspiración de viajar a la Luna y su exploración han sido anhelos que han existido en el ser humano desde los tiempos más remotos. Sólo recientemente se ha conseguido tal logro, pero las ocasiones han sido contadas.
Sin lugar a dudas, se trata de un acontecimiento histórico para la humanidad cuya importancia alcanza una magnitud sin precedentes. Quizá actualmente sea un dato ya asumido y normalizado que no causa mucho asombro, sin embargo, llegar a pisar otro cuerpo celeste fuera de la Tierra por vez primera fue una proeza difícil de superar.
Al tratar la cuestión de los viajes tripulados a la Luna surge inmediatamente la imagen del Programa Apolo. Como es sabido, el primer alunizaje tripulado aconteció el 16 de julio del año 1969 con la célebre misión Apolo 11. Los nombres que resuenan son los afamados Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins. El Programa Apolo supuso una inversión multimillonaria y la colaboración de gran cantidad de entidades empresariales y universitarias. El legado de este proyecto no sólo quedó en el recuerdo de la hazaña, sino que implicó avances tecnológicos en campos como la aeronáutica, las telecomunicaciones o la informática.
No se puede hablar de las misiones espaciales y logros en la exploración del espacio sin tener en cuenta a la Unión Soviética. Cabe recordar que a los soviéticos les corresponde, entre otros, los logros del primer misil balístico intercontinental, el primer satélite terrestre artificial (Sputnik 1), el primer animal en órbita, la primera sonda en impactar en la Luna, el primer registro fotográfico del lado oculto de la Luna y el primer hombre y la primera mujer en llegar al espacio (los cosmonautas Yuri Gagarin en 1961 y Valentina Tereshkova en 1963). La ilustre acción de Yuri Gagarin es tan relevante como la de Neil Armstrong. Esto se dio en el marco de la llamada “carrera espacial” que Estados Unidos y la URSS mantuvieron en la Guerra Fría. La confluencia de circunstancias, principalmente tensiones bélico-políticas, hicieron de esta competencia un proceso único en la historia que es difícil que se vuelva a repetir. Fue una vertiginosa escala de logros deslumbrantes.
Como es normal, las primeras siete misiones lunares (cuatro estadounidenses y tres soviéticas) fueron un fracaso. La misión Pioneer 0 pretendía poner al satélite de la NASA Thor-Able a orbitar la Luna en 1958. El cohete explotó a los 77 segundos del lanzamiento. Sólo llegó a alcanzar 16 kilómetros de altura. Al mes siguiente la URSS lanzó la sonda Luna 1958A con la intención de que llegase a la superficie lunar, un plan más ambicioso que el americano. La misión llegó más lejos, pues el cohete explotó a los 92 segundos de su lanzamiento. Un dato interesante de la Luna 1958A es que estaba diseñada para que soltara una nube de sodio cuando llegase a los 113.000 kilómetros de distancia. De este modo crearía una llamativa estela naranja visible desde la Tierra.
En apenas dos años (1958 y 1959) entre la URSS y los EEUU realizaron nada más y nada menos que catorce misiones lunares. La excitante rivalidad por la conquista de la Luna recordaba a la de los intrépidos exploradores que hacía no mucho se esforzaron en llegar y explorar los polos terrestres. Pero en este caso contaban con el cruel impulso bélico y la primacía de los medios tecnológicos.
El primer éxito parcial llegó en enero de 1959 por parte del bando soviético. Lanzaron la sonda espacial Mechta, posteriormente conocido como Luna 1, con el objetivo de realizar un impacto no tripulado. La Mechta no llegó a impactar en la Luna por un fallo en el sistema de control del cohete Luna 8K72, no obstante, consiguió notables resultados: alcanzó la velocidad de escape de la Tierra y alcanzó las inmediaciones de la Luna por primera vez. En esta ocasión sí logró soltar la nube de sodio, la cual se pudo ver desde el océano Índico.
Apenas dos meses después, los estadounidenses también consiguieron su primer sobrevuelo lunar. La sonda Pioneer 4, también con la intención de realizar un impacto no tripulado sobre la superficie lunar, consiguió abandonar la Tierra venciendo su fuerza de gravedad y llegó a situarse a 60.200 kilómetros de la Luna. La Mechta se había acercado a 5.995 kilómetros. Una gran diferencia.
Pero… ¿cuándo se llegó por primera vez a la Luna?
El primer éxito rotundo lo consiguieron los soviéticos en septiembre de 1959. La sonda Luna 2 fue la primera sin tripulación en impactar en la superficie lunar. Hasta ese momento la carrera por la conquista de la Luna la iba ganando la URSS, además, con clara ventaja. Al éxito soviético le sucedió el fracaso estadounidense de la sonda Pioneer P-3, destruida en el lanzamiento. El siguiente mes, en octubre, la sonda Luna 3 soviética realizó con éxito su misión de volver a sobrevolar sin tripulación la Luna. En esta misión se realizaron las primeras fotografías de la cara oculta de nuestro satélite. Esto provocó un entusiasmo mayúsculo en el público.
Entre noviembre de 1959 y abril de 1964 sólo hubo fracasos. Pero mientras la Unión Soviética intentó el alunizaje no tripulado en cinco misiones, Estados Unidos seguía aspirando al mero impacto no tripulado en otras cinco ocasiones con tan sólo un éxito parcial en el que la Ranger 4 alcanzó la Luna pero no consiguió enviar ningún dato. Además, Yuri Gagarin ya había llegado al espacio en 1961. La ventaja soviética seguía siendo notoria.
En 1964 EEUU consiguió su primer impacto no tripulado con su sonda Ranger 7. Un año después lo volvió a lograr con la Ranger 8 y la Ranger 9. En estas ocasiones sí se consiguió transmitir miles de fotografías previas a la colisión. Por su parte, la URSS siguió persiguiendo el alunizaje en el mismo año 1965 hasta en seis ocasiones. Fue en febrero de 1966 cuando lo consiguió con la sonda Luna 9. Fue la primera construcción humana en posarse con suavidad en otro cuerpo celeste. Los estadounidenses no tardaron esta vez en alcanzar a los soviéticos, no tuvieron que pasar cinco años como en el caso del impacto, pues esta vez su sonda Surveyor 1 alunizó en mayo del mismo año.
El siguiente gran objetivo era claro: el alunizaje tripulado. La delantera soviética en la carrera espacial (no sólo en la exploración lunar) era evidente hasta 1969. Además de los logros mencionados, los soviéticos fueron los primeros en enviar a una persona durante más de 24 horas, en llegar con una sonda a Venus, en lanzar una misión con tres personas, en conseguir la primera caminata espacial, en realizar un acoplamiento automático de dos naves y el primer intercambio de tripulación. Además, en el año 1971 la URSS estableció la primera estación espacial, la Saliut 1.
Después de muchos sobrevuelos, orbitales y alunizajes no tripulados fracasados y exitosos, Estados Unidos se adelantó en la carrera en el año 1969 con la misión Apolo 11. El comandante Neil Armstrong fue la primera persona en caminar sobre la Luna. Este hito destacó sobre todos los demás. Los Estados Unidos ya se habían puesto por delante en la exploración de la Luna. Desde 1968 EEUU ya había conseguido cuatro veces orbitar con tripulación a la Luna y regresar a la Tierra. La primera misión en conseguirlo fue la Apolo 8.
La misión espacial Apolo 11 consiguió que los astronautas Neil Armstrong y Buzz Aldrin caminaran sobre la superficie lunar. Salieron de la Tierra en un cohete Saturno V y llegaron en el módulo lunar. El viejo sueño del viaje a la Luna se cumplió. Todos los vigorosos empeños y éxitos anteriores de ambos bandos quedaron ocultos por la sombra de esta insigne proeza. Estado Unidos había estado por detrás en la carrera, pero consiguió el “gran objetivo”. De hecho, visto desde la actualidad, muchos de los logros posteriores también quedaron ensombrecidos por el primer paso en la Luna.
El Programa Apolo recibió un fuerte apoyo del presidente Kennedy, el cual se comprometió con la idea de enviar a un hombre a la Luna. El desafío tecnológico contaba con un impresionante presupuesto económico. Otro de los nombres ineludibles de la empresa es el del ingeniero aeroespacial alemán Wernher von Braun, quien fue el jefe de diseño del Saturno V.
Se realizaron 22 misiones espaciales en el Programa Apolo. Tan sólo hubo un fracaso: la misión Apolo 1 en la que murieron los tres tripulantes. El resto fueron éxitos, dos de ellos parciales. La misión Apolo 11 supuso el primer descenso lunar. La misión Apolo 12 también realizó un alunizaje tripulado, esta vez de precisión, en noviembre de 1969. El tercer descenso, que habría sido el de la misión Apolo 13 tuvo que ser abortado por la explosión de un tanque de oxígeno. Así pues, la tercera llegada se consiguió con la misión Apolo 14 en 1971 y la cuarta con la Apolo 15 en el mismo año. Por último, en abril y diciembre de 1972 se lanzaron con éxito las misiones Apolo 16 y 17 Todas estas misiones se llevaron a cabo con un cohete Saturno V.
En total doce hombres han llegado a pisar la Luna: Neil Armstrong y Edwin Aldrin (Apolo 11), Charles Conrad y Alan L. Bean (Apolo 12), Alan Shepard y Edgar D. Mitchell (Apolo 14), David Scott y James B. Irwin (Apolo 15), John Young y Charles M. Duke Jr. (Apolo 16) y Eugene A. Cernan y Harrison Schmitt (Apolo 17). Todos eran estadounidenses y pertenecieron al espléndido programa Apolo.
Desde la expedición del Apolo 17 nadie ha vuelto a pisar la Luna. Se trata de una operación excesivamente costosa y las investigaciones se pueden realizar de forma más duradera con robots. En el contexto de la Guerra Fría se asumió el coste debido a la rivalidad por el liderazgo en la exploración espacial. No obstante, en la actualidad existen proyectos para lanzar misiones de alunizaje tripulado. En la segunda etapa de exploración lunar que se abrió en 1990 hay más países involucrados, tales como Japón, China, India o la Unión Europea.
Son conocidas las creencias de que la llegada a la Luna de 1969 fue un montaje. Los conspiranoicos no tienen otra forma de explicar el repentino salto hacia delante de EEUU sobre la Unión Soviética en la carrera espacial. Además, habría sido una perfecta maniobra de propaganda en el contexto de la Guerra fría. Sin embargo, se han registrado imágenes de los restos de tal alunizaje y la comunidad científica internacional ha defendido su veracidad. Las ideas conspiracionistas son simplemente absurdas.
Bibliografía
Bilstein, R. E. (1996). Stages to Saturn: A Technological History of the Apollo/Saturn Launch Vehicles. Washington: National Aeronautics and Space Administration.
Cadbury, D. (2006). Space Race: The Epic Battle Between America and the Soviet Union for Dominance of Space. Nueva York: Harper Collins Publishers.
Rosselló, J. (2011). Vuelos tripulados a la Luna. Història i ciència. Pp. 151-168.