El Día de la Victoria, una fecha de gran trascendencia para Europa

El 8 de mayo de 1945 se toma como la fecha de la rendición oficial del III Reich alemán ante los aliados. Sin embargo, la actual Federación de Rusia conmemora este acontecimiento un día más tarde, el 9 de mayo. Veamos el porqué de esta peculiar distinción.

Conmemoración del Día de la Victoria en Moscú, 2018. Fuente: elpaís

Últimos estertores del III Reich

Tras sostener una larga guerra de seis años en múltiples frentes, para 1945 la derrota de Alemania era inminente. A mediados del mes de abril, daba comienzo la batalla de Berlín, la última librada en Europa. Ante el empuje imparable de las fuerzas soviéticas, el 30 de abril Adolf Hitler y su esposa Eva Braun, determinaron suicidarse y quemar sus cuerpos para evitar que cayeran en manos de sus enemigos. Antes de marcharse de este mundo, Hitler responsabilizó al pueblo alemán del trágico destino que le acechaba por no haber estado a la altura de las circunstancias. Tras la pérdida de su adorado führer, los principales jerarcas nazis optaron por la misma opción de suicidarse o por una huida desesperada de las ruinas de Berlín hacia algún lugar más seguro.

Algunos de estos jerarcas pensaron que si conseguían llegar a la zona controlada por los estadounidenses, el trato dispensado no sería tan dramático como el que recibirían por parte de los soviéticos, los cuales habían sufrido una invasión de su territorio a gran escala con decenas de millones de muertos. En esos momentos prolongar la lucha para los alemanes solo significaba mayor derramamiento de sangre. Niños y ancianos junto con algunos fanáticos supervivientes, constituían las escasas fuerzas que todavía le quedaban al III Reich ante el poder de los aliados. Para el 2 mayo de 1945, la rendición de Berlín era una realidad. Pero todavía restaban algunos días más para el ‘Imperio de los mil años‘, tal y como lo había contemplado la particular visión de Hitler.

Ruinas del Reichstag durante la batalla de Berlín

El Día de la Victoria

En su testamento político, Adolf Hitler había dejado el cargo de canciller para su ministro de propaganda Joseph Goebbels y el de presidente del Reich para Karl Dönitz. Pero el suicidio de Goebbels acontecido el 1 de mayo de 1945, dejó a Dönitz el papel para terminar la guerra con los aliados. Finalmente, el 7 de mayo el general Alfred Jodl fue enviado a Reims (Francia) para tratar de negociar una paz en los mejores términos. Este militar hizo un último alegato con voz ronca: «El pueblo alemán y su ejército están en sus manos. Solo puedo expresar el deseo de que el vencedor nos trate con generosidad».

Acta de rendición de Alemania, firmada el 7 de mayo de 1945 en Reims. Fuente: lasegundaguerra.com

Para los allí presentes, aquello debió de parecer una broma de mal gusto después de las atrocidades cometidas por el III Reich a lo largo y ancho del continente. Pese a estos ruegos, en el cuartel general de Eisenhower se firmó una rendición sin condiciones. Pero Iósif Stalin exigió entonces una ceremonia del mismo tipo en Berlín para dar a conocer que había sido el Ejército Rojo el responsable de haber tomado la capital del III Reich. El líder soviético no quería ser un mero actor secundario.

Es de destacar que la Unión Soviética había sido el país más afectado por la Segunda Guerra Mundial con cerca de 27 millones de muertos entre civiles y militares. Además el 80% de las bajas alemanas tuvieron lugar en el frente oriental, siendo clave para la derrota final de las Potencias del Eje en Europa. No obstante, las hostilidades contra Japón continuarían hasta agosto de 1945, tras el impacto de dos bombas atómicas por parte de Estados Unidos y la declaración de guerra de la URSS.

En el teatro europeo, la rendición definitiva de Alemania se firmó cerca de Berlín por Wilhelm Keitel a última hora del día 8 de mayo de 1945. Todas las operaciones cesaron oficialmente a las 23:01, hora local alemana. Sin embargo, en Moscú, ya era pasada la medianoche debido a la diferencia horaria, por lo tanto para este país había empezado un nuevo día. Por esta razón, en Rusia y Bielorrusia el Día de la Victoria se celebra el 9 de mayo y no el día anterior, como ocurre en el resto de Europa.

Firma del acta de rendición alemana el 8 de mayo de 1945 en Berlín. Fuente: ABC

Significado para Rusia

Durante dos décadas, el Día de la Victoria solo se celebraba en las grandes ciudades con algunos actos locales. Pero con el paso del tiempo, el 9 de mayo se acabó transformando en mucho más que una mera conmemoración para la Unión Soviética, constituyendo una herramienta ideológica de primer orden para el gigantesco estado. Fue a partir de la llegada al poder de Leonid Brézhnev cuando esta festividad se convirtió en un culto a la victoria contra la Alemania nazi con el fin de ensalzar el orgullo patrio.

Como consecuencia de este interés de Brézhnev, grandes desfiles militares tuvieron lugar en la Plaza Roja de Moscú para festejar este día y también para mostrar al resto del mundo el músculo militar de la URSS en plena Guerra Fría. A principios del siglo XXI, ya desintegrada la Unión Soviética, el presidente ruso Vladímir Putin siguió adelante con los emotivos festejos del 9 de mayo. Sin embargo, debido al paso de los años, cada vez quedaban menos supervivientes y testigos oculares de la Segunda Guerra Mundial.

Esta narrativa épica también tuvo su eco en las enmiendas a la Constitución rusa en 2020. Entre otras cuestiones, se prohibió a la ciudadanía rusa cuestionar la versión oficial sobre la victoria soviética en la «Gran Guerra Patriótica» como se conoce popularmente en Rusia a la contienda mundial. Tanto en los medios de comunicación como en la conciencia colectiva se instaló la retórica del triunfalismo. Por ello, algunos detalles espinosos tales como la violación sistemática de millones de mujeres alemanas o la férrea ocupación soviética posterior de Europa del este, suelen ser minimizados u omitidos.

Una niña le entrega unas rosas a un veterano de guerra durante la celebración del Día de la Victoria, 2018. Fuente: elpaís

Por otro lado, se digitalizaron millones de documentos históricos y se produjo un aumento del sentimiento militarista de la población. La pérdida de hegemonía de la URSS a finales de la década de los 80 y principios de los 90 junto con la progresiva ampliación de la OTAN hacia el este de Europa, ha ocasionado que muchos rusos sientan nostalgia por los «gloriosos» tiempos en los que su nación competía contra Estados Unidos por el liderazgo mundial. Es por esta razón que las celebraciones del 9 de mayo se han convertido en una especie de añoranza para buena parte del pueblo ruso.

En 2020, se conmemoró el 75º aniversario del Día de la Victoria. A causa de la pandemia de Covid-19 esta fiesta tuvo que trasladarse a finales del mes de junio. Pero ello no significó una reducción de medios sino una puesta en escena de lo más fastuosa participando más de 20.000 personas y cientos de aviones y vehículos blindados. Esta lucha contra el nazismo ha sido empleada como elemento de propaganda en la Guerra de Ucrania iniciada en 2022. Según la visión del Kremlin, Ucrania se hallaba bajo la dirección de un gobierno pro-nazi en manos de Volodímir Zelenski, justificando así la invasión militar a este país.

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Celebración del Día de la Victoria en Moscú, 2020. Fuente: dw.com

Bibliografía:

Amaral, M; Jones D. (2020). El mundo en llamas. Desperta Ferro Ediciones.

Galán E. J. (2015). La Segunda Guerra Mundial contada para escépticos. Editorial Planeta, Barcelona.

Ivshina, O. (2022). ‘Día de la Victoria: por qué el 9 de mayo es tan importante para Rusia’. BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-61271151

Villatoro, M. P. (2020). ‘La derrota que habría avergonzado a Hitler: el día que los Aliados aplastaron al nazismo’. ABC Historia. https://www.abc.es/historia/abci-derrota-habria-avergonzado-hitler-aliados-aplastaron-nazismo-202005080124_noticia.html

Foto de portada de Elpais

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