La etnia es una variable importante en la composición de la microbiota intestinal, sugiere un estudio publicado en Nature.
Muchas veces, cuando pensamos en bacterias lo primero que se nos pasa por la cabeza es suciedad o enfermedad. Algo malo. Después es posible que nos acordemos de que también hay bacterias “buenas” y que gracias a ellas podemos comer yogur o fabricamos insulina. Claro, hay tantas especies bacterianas que no se puede generalizar.
De hecho, muchas de ellas viven en nosotros. Para bien o para mal hemos co-evolucionado con muchas bacterias y ahora no podemos vivir sin ellas. Y no solo porque realizan una tarea vital para nosotros, sino porque ocupan un lugar en nuestro cuerpo. Es decir, tienen su territorio y lo defienden de otras bacterias que sí pueden ser nocivas. A este tipo de simbiosis entre dos especies, Homo sapiens y la especia bacteriana en cuestión, se la llama mutualismo.
El cuerpo humano está lleno de bacterias. Tenemos bacterias en la piel, el intestino, en las mucosas, etc. De hecho, se estima que una persona tiene 30 billones de células humanas (30 x 1012) y casi 40 billones de bacterias. Podría decirse que somos más bacteria que humano…
Uno de los lugares del cuerpo donde más bacterias habitan es el intestino. La microbiota o flora intestinal está formada por bacterias, pero también cuenta con hongos y arqueas (otro grupo de microorganismos). ¿Y en qué nos beneficia convivir con tantos microorganismos? ¿Por qué ser el hábitat de millones de bacterias es algo bueno? Pues porque nos defienden de patógenos, mantienen sano el epitelio intestinal, metabolizan compuestos indigeribles para nosotros y mejoran el sistema inmune. Puedes leer más aquí.
Y aquí viene otro dato interesante: la microbiota intestinal está relacionada con la etnia de la persona. Existen varios estudios en Europa y Estados Unidos que sugieren que estas diferencias se deben a factores regionales, dietéticos o de estilo de vida. Y en efecto, estos factores impactan en la composición de la flora intestinal. Sin embargo, dichos estudios analizaron y compararon la microbiota de grupos poblacionales que han migrado recientemente y no han asimilado completamente la cultura del país hospedador. En un estudio realizado en Malasia, donde conviven varios grupos étnicos con estilos de vida paralelos, se observó que la etnia influye en la composición de la flora intestinal de personas que viven en la misma zona geográfica. Los cuatro grupos étnicos estudiados fueron chinos, indios, malayos y jakún.
¿Y cómo son estas variaciones microbianas?
La microbiota intestinal puede organizarse en tres grandes grupos bacterianos o enterotipos: Prevotella (1), Bacteroides (2), y Bifidobacterium (3). Los investigadores analizaron la microbiota de los cuatro grupos étnicos mencionados y observaron que la proporción de enterotipos variaba en función de la etnia. Por ejemplo, la microbiota intestinal de los jakún está dominada por bacterias Prevotella, mientras que la microbiota china está dominada por Bacteroides.
El estudio también sugiere que la dieta (consumo de carne, pescado o vegetales), la higiene (tipo de inodoro, lavado de manos, fuente de agua para beber y fuente de agua para limpieza) y las condiciones de salud (consumo de medicamentos, diabetes y escala de heces de Bristol) son responsables de casi el 24 % de las variaciones en la flora intestinal. Por tanto, los investigadores creen que es posible que la etnia sea una manifestación del múltiples factores que colectivamente tengan un gran impacto en la microbiota.
Bibliografía
Dwiyanto, J., Hussain, M.H., Reidpath, D. et al. Ethnicity influences the gut microbiota of individuals sharing a geographical location: a cross-sectional study from a middle-income country. Sci Rep 11, 2618 (2021). https://doi.org/10.1038/s41598-021-82311-3