La piedra de la locura de El Bosco

La extracción de la piedra de la locura es un óleo del pintor holandés El Bosco que representa el vínculo que se realizaba en la Edad Media y el Renacimiento de los Países Bajos entre la locura y la presencia de piedras en el cerebro. Hoy forma parte de la colección del Museo del Prado, y en su día supuso la transición entre el arte medieval y el mundo moderno del renacimiento. 

Extracción piedra locura El Bosco
Extracción de la piedra de la locura. El Bosco. Datado, probablemente, entre 1501 y 1505. Museo del Prado.

Como dice un proverbio neerlandés: «quien no es completamente normal tiene una piedra en la cabeza»Esta frase refleja la supuesta práctica medieval en la que un hombre, aparentemente médico, a veces más bien un charlatán, extrae del cerebro del paciente afectado por la locura un cuerpo extraño, habitualmente una piedra (aunque El Bosco, mucho más simbólico, nos muestra una flor), considerada la causa de su afección. 

El famoso pintor neerlandés Jeroen Anthoniszoon van Aeken, más conocido en España como El Bosco, pintó, probablemente entre 1501 y 1505, esta pintura intitulada Extracción de la piedra de la locura; una obra que, como es habitual en la pintura de El Bosco, está llena de simbología. 

El Bosco Cornelis Cort
Retrato de El Bosco. Grabado de Cornelis Cort, Amberes, 1572. En él vemos un epigrama latino de Dominicus Lampsonius:
«¿Qué ven, Jheronimus Bosch, tus ojos atónitos? ¿Por qué esa palidez en el rostro? ¿Acaso has visto aparecer ante ti los fantasmas de Lemuria o los espectros voladores de Érebo? Se diría que para ti se han abierto las puertas del avaro Plutón y las moradas del Tártaro, viendo como tu diestra mano ha podido pintar tan bien todos los secretos del Averno».

La temática que aquí se representa aparece en autores de gran trascendencia, tales como el médico Rhazes y los pintores flamencos Jan Sanders van Hemessen, Pieter Bruegel el Viejo y Pieter Huys. 

¿Tenían los locos una piedra en el cerebro?

La locura ha sido, a lo largo de la historia, uno de los temas más representados en el mundo del arte. Según la época, los artistas han dado testimonio de la concepción que de ésta se tenía en sus obras. En la Edad Media, enfermedades como la epilepsia se atribuían al demonio y se creía que su cura era el exorcismo. Era también habitual en la tradición popular vincular la causa de la locura a la presencia de piedras en el cerebro

El Bosco también se ocupa de esta temática. Extracción de la piedra de la locura muestra a un cirujano-curandero que está realizando una operación quirúrgica presente en la práctica médica y ritual desde la prehistoria: la trepanación. Así, era habitual en la Edad Media creer que la locura y la necedad eran el resultado de la formación de estructuras minerales, tales como cálculos renales, pero dentro de la cabeza. Al formarse estas piedras dentro de nuestro cerebro, se produciría una disfunción mental por la presión de las mismas o el taponamiento de los ventrículos. Y esta creencia, por supuesto, no escapó de ser aprovechada por los curanderos y los charlatanes, que se servían de aquellos que se tomaban la metáfora en sentido estricto. 

En el siglo XV la cualidad de estar loco era algo se atribuía a razones muy diversas e imprecisas. De una manera no tan lejana a la actualidad, aquel que actuase fuera de los cánones sociales en los que se encontraba inmerso, corría el riesgo de ser catalogado con la etiqueta de la locura. Tanto un enfermo mental, como un bufón (los cuales en muchas ocasiones sufrían de alguna discapacidad) o, incluso, el enamorado que se dejaba llevar por la lujuria (y, por tanto, por el pecado), era susceptible de ser visto como un loco por sus contemporáneos. 

El cirujano o La extracción de la piedra de la locura. Jan Sanders van Hemessen
El cirujano o La extracción de la piedra de la locura. Jan Sanders van Hemessen, entre 1550 y 1555.
Como vemos, este es un tema reflejado por más artistas. En este caso, Van Hemessen, tratando el caso en un plano más cercano, muestra la crudeza de la práctica reflejada en la cara del paciente, que no puede aguantarse las lágrimas.
Museo del Prado

Conocemos la práctica de la trepanación desde el Neolítico. Sin embargo, y aunque hay numerosas fuentes escritas, no vemos representaciones de la extracción de la piedra de la locura hasta finales del siglo XV, concretamente en el marco de la pintura flamenca. Si bien es cierto que la extracción de la piedra de la locura podría representar una trepanación con intenciones realmente terapéuticas, algunas teorías afirman que también podría tratarse de una puesta en escena para reintegrar en sociedad a los hombres presos de la mano del pecado, incluso, usándola para anular su deseo sexual a modo de lobotomía.

trepanación siglo XIV
Pintura del siglo XIV que muestra una trepanación.

La flor de la locura bosconiana

El Bosco nos muestra en su cuadro una escena costumbristaNos presenta a los personajes en un entorno abierto, rural, alejado de lo noble, sin embargo envuelto en un óvalo que cierra la perspectiva del cuadro. Como si de un espejo se tratase, a través de él el espectador puede asomarse a la realidad y ver la necedad y la locura humana; la falsa medicina y el curanderismo.
En el marco vemos una inscripción en letras góticas que cita:

Meester snijt die keie ras
Mijne name is Lubbert Das

Maestro, quítame pronto esta piedra
Mi nombre es Lubbert Das/tejón castrado.

La ambigüedad de la inscripción se hace eco de la compleja simbología con la que El Bosco impregna sus obras. Por un lado, Lubbert Das, un nombre habitual del folklore neerlandés, que se relaciona con la estupidez, la necedad, incluso apoda a un prototipo de persona gorda, perezosa y estúpida. Por otra parte, Das se traduce como tejón, animal considerado en el imaginario popular como perezoso, pues duerme de día; y lubben significa castrar.

cirujanoLa escena se compone de cuatro personajes:
El cirujano, con un embudo en la cabeza, que extrae un tulipán de lago de la cabeza de su paciente. El embudo, como símbolo del engaño, la avaricia y la charlatanería, revela al cirujano como estafador. El tulipán, por su parte, representa la ingenuidad, de nuevo narrada por la tradición holandesa en su expresión “cabeza de tulipán”, y se relaciona, también, con el dinero.
Según autores como Arias Bonel, cabría hacer una lectura sexual acerca del cuadro. Así, el tulipán adquiere un significado sexual, pues el paciente sería víctima de la lujuria y la castración de su deseo sexual le devolvería de nuevo a una vida cristiana alejada de pecado. Y en esta interpretación el embudo sería emblema de lo fálico

El paciente, un campesino gordo y viejo (Lubbert Das), descalzo (se recalca mostrando los zapatos a su lado) y atado a la silla, mira al espectador mientras se somete a la extracción. Su bolsa de dinero está atravesada por un puñal, símbolo de que está siendo estafado.

paciente

Vemos también a hombre en hábito, que parece un fraile, con un aguamanil en las manos. El hombre aparentemente interactúa con el cirujano, y a su lado se encuentra una mujer con hábito que parece una monja y observa la escena con un libro cerrado en la cabeza. La mujer se apoya, además, en una mesa con forma de vegetal sobre la que se apoya otro tulipán, quizá símbolo de una operación anterior.

El libro Fraile y monjacerrado puede entenderse como una crítica a la superstición y la ignorancia adjudicada al clero, dada la influencia en El Bosco de las corrientes prerreformistas de Flandes, que buscaban conciliar la filosofía antigua y la vuelta a la pureza de la doctrina primitiva, defendiendo la comunión directa con Dios.
A su vez, podría verse este detalle como una burla hacia la costumbre de llevar amuletos hechos con libros. Para otros autores, incluso, la mujer se presenta como una bruja con un libro de conjuros sobre ella.

Como vemos, una de las características de las obras de El Bosco son sus múltiples lecturas. Mientras que podemos ver en La extracción de la piedra de la locura un reflejo y crítica de lo que era la cirugía en esas épocas, ejercida en ocasiones por falsos curanderos y charlatanes que buscaban enriquecerse a costa de las creencias de sus pacientes, no deja de hacerse patente la dimensión supersticiosa y religiosa en la que la locura estaba inmersa. La locura ha de vencerse, porque el loco representa el mal, el pecado, y sus crímenes se deben a la influencia de Satán. Sin embargo, es reflejo también del paso de lo místico a lo tangible: el uso de la “ciencia” para curar la locura, en lugar de recurrir al exorcismo. Así, no sólo Satán es causa de la locura, sino también lo son los objetos tangibles, en este caso, una piedra. Y estas creencias son caldo de cultivo para el estafador. Así lo denunciaba el médico persa Rhazes cuando hablaba de los «los charlatanes que pretendían curar la epilepsia haciendo una incisión en la frente y aparentando extraer algo que llevaban escondido en la mano».

Referencias:

  • Museo del Prado, en www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/la-extraccion-de-la-piedra-de-la-locura/313db7a0-f9bf-49ad-a242-67e95b14c5a2
  • La piedra de la locura, Irene González Hernando. Universidad Complutense de Madrid, Revista Digital de Iconografía Medieval, vol. IV, nº 8, 2012.
  • La extracción de la piedra de la locura. Hacia 1490: El bosco (1450 – 1516). Revista Médica Clínica Las Condes, Vol. 24. Núm. 6.
  • www.historiadelarte.us/renacimiento/extraccion-de-la-piedra-de-la-locura
  • www.artehistoria.com/es/obra/piedra-de-la-locura
  • El País, El Bosco: de la alucinación devota al enigma sin fin, Borja Hermoso. En elpais.com/cultura/2016/04/29/actualidad/1461926271_730439.html
  • La piedra de la locura, José Ramón Alonso, en https://jralonso.es/2011/06/05/la-piedra-de-la-locura/
  • El crimen en la pintura. La extracción de la piedra de la locura. El Bosco. Juan María Terradillos Basoco, Universidad de Cádiz.
  • Trepanación: por qué nuestros antepasados se perforaban el cráneo, Robin Wylie. En www.bbc.com/mundo/vert-earth-37270157
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