“Había una mujer en Alejandría que se llamaba Hypatia, hija del filósofo Teón, que logró tales alcances en literatura y ciencia, que sobrepasó en mucho a todos los filósofos de su propio tiempo”.
¿Quién fue Hipatia de Alejandría?
No existe información creíble acerca de su fecha de nacimiento. Las últimas tesis hablan del 355 d.C. como el año en que Hipatia llegaría al mundo, en un contexto en el que el debate científico acerca de la posición de la Tierra en el universo era uno de los principales temas de discusión. Hipatia era hija del matemático Teón que, además, era profesor del Museo de Alejandría.
Hipatia de Alejandría es una de las primeras mujeres matemática sobre la que hallamos fuentes de carácter fiable. Además, se interesó también por los instrumentos usados en las investigaciones astronómicas, elaborando tablas que representarían el movimiento de los distintos cuerpos celestes. Entre sus alumnos más destacados habría que señalar al obispo Sinesio de Cirene.
Sin embargo, sus enseñanzas en pos de la racionalidad, elemento imprescindible para la ciencia, le fueron creando ciertas enemistades como consecuencia de la envidia y los odios. Entre sus principales detractores estuvieron, al parecer, San Cirilo de Alejandría y sus seguidores cristianos. Fue como consecuencia de la acusación del propio Cirilo, de que ella era la culpable de la persecución hacia los cristianos que ahora existía en la ciudad, que Hipatia acabó siendo asesinada.
Trabajo de Hipatia de Alejandría
Además de en matemáticas, Hipatia destacó en otras disciplinas como la astronomía o la filosofía, también se encargó de educar a los aristócratas de la época.
Su trabajo fue indispensable a la hora de ampliar el conocimiento humano. Así, contribuyó al estudio del cosmos llegando a mejorar el diseño de los astrolabios (instrumento antiguo usado en astronomía para determinar la posición y altura de las estrellas sobre el cielo). También, inventó el densímetro que era un artilugio usado para medir la densidad de los líquidos sin necesidad de calcular su masa o su volumen.
Resolvió numerosos problemas de matemáticas, además de desarrollar nuevas soluciones para el que era considerado “el padre del álgebra”, Diofanto. Se interesó por Apolonio de Pérgamo (matemático y astrónomo griego) debido a que la geometría de los conos que este había introducido le parecía necesaria a Hipatia para poder comprender el posicionamiento de los cuerpos celestes.
Con respecto a las ciencias aplicadas, se sabe por los escritos de sus discípulos que logró confeccionar un planisferio celeste y un hidroscopio con el que pesar los líquidos. Se ha llegado a afirmar que Hipatia destacó por encima de su padre en lo que se refiere a talento y logros científicos y que, además, a la muerte de él continuó con sus investigaciones.
Con las cartas de Sinesio, se ha podido saber que Hipatia perteneció a la escuela neoplatónica y que, por lo tanto, tenía su mismo pensamiento. Este se basaba en la contemplación y en el descubrimiento del cosmos. Esta palabra había sido creada por ellos mismos. El número era el responsable de la armonía, por lo que la naturaleza era numérica. Los fenómenos eran simplemente la forma en la que los números eran reflejados, así, las matemáticas constituían la perfección y eran una especie de guía moral.
Los miembros pitagóricos tenían una relación basada en la amistad sin existir una estructura jerarquizada entre ellos. Además, estaban a favor de la igualdad de género admitiendo, con las mismas condiciones, a hombres y mujeres. Pensaban que todas las personas eran capaces de conocer el mundo perfecto porque todas tenían el misma alma. Estas ideas desarrolladas fueron indispensables para que la ciencia avanzara.
En cuanto a la cosmología, su aportación más destacada fue la de desplazar la Tierra del centro del universo y colocarla, así, alrededor del sol, al igual que el resto de los planetas. Esto era algo muy revolucionario para la época.
No obstante, esta visión del universo que Hipatia y los neoplatónicos defendían fue ya vista por Aristarco de Samos en el siglo III a.C, el cual ya creó una teoría heliocéntrica completa que situaba al sol y a otras estrellas en el centro mientras que eran la Tierra y el resto de planetas los que giraban a su alrededor. Además, se pensaba que la Tierra giraba sobre su propio eje.
Los estudiantes de Hipatia no fueron, en ningún momento, separados por su religión, por lo que terminaron siendo un modelo de diversidad cultural, religioso y étnico. Esto atraía a intelectuales pertenecientes a diferentes partes del mundo, los cuales acudían a la ciudad con el fin de formarse acerca de las distintas concepciones filosóficas y científicas. Las clases eran diálogos en los cuales ella hablaba con sus pupilos sobre matemáticas, astronomía, filosofía o ética.
A pesar de la lucha por parte de Hipatia y de la escuela neoplatónica por demostrar que la Tierra no era el centro del universo, la visión geocéntrica se acabó imponiendo manteniéndose, además, durante los 1200 años siguientes. La razón de esto es que, a pesar de ser una visión difícil de sostener desde el punto de vista científico, contaba con una enorme influencia por parte de la escuela aristotélica, así como el apoyo de la Iglesia, la cual cada vez tenía un poder mayor.
Es por esto que, durante siglos, la mayor parte de los astrónomos se limitaron a perfeccionar el modelo de Ptolomeo con el fin de poder adecuarlo a las observaciones. No sería hasta el año 1543 con la publicación, por parte de Copérnico (clérigo cristiano y astrónomo polaco), de su obra póstuma De revolutionibus orbium coelestium que la visión heliocéntrica de la Tierra empezó a imponerse.
Sin embargo, Hipatia mantuvo en todo momento la tesis heliocentrista, cuestionando cualquier teoría relacionada con situar a la Tierra en el centro del universo. Con esto, se cree además que es posible que la obra de Hipatia hubiera tenido algún tipo de influencia en Copérnico, ya que puede ser que este la leyera cuando estuvo en Florencia estudiando la obra de Ptolomeo. Por tanto, si Hipatia influyó en Copérnico también lo hizo en la Revolución Copérnicana, uno de los momentos claves en el desarrollo de las teorías heliocéntricas.
Vida social de Hipatia de Alejandría
A pesar de ser bien conocidos sus logros intelectuales, apenas nada se sabe sobre su vida personal. Se cree que debía mantener una postura bastante racional en lo que se refiere a la tradición helénica, manteniéndose alejada de las continuas disputas entre paganos y cristianos que eran bastante comunes en aquella época.
Donde sí se sabe que ejerció cierto papel fue dentro de los asuntos municipales, desarrollando su influencia en la esfera política y en la alta aristocracia. Se la considera un personaje bastante respetado en todo lo que se refiere a sus valores éticos y a su sabiduría, por lo tanto, en muchas ocasiones se convirtió en el lugar al que los representantes políticos, tanto paganos como cristianos, recurrían con frecuencia.
Sin embargo, todo cambió cuando en el año 412, Cirilo (eclesiástico romano) fue elegido obispo de la ciudad de Alejandría. Una gran parte de los cristianos de Egipto estuvieron en contra de su nombramiento debido a la enorme cantidad de ideas intolerantes que este presentaba, ya que además atacaba a todos aquellos grupos religiosos que no aceptasen el cristianismo. Para defender esto ponía como pretexto el hecho de que era necesario purificar la fe. Así, Alejandría pasó a ser una ciudad sumida en la violencia, siendo bastante comunes los asesinatos entre grupos de creyentes diferentes.
Hipatia no fue ajena a toda esta situación, ya que su influencia acabó siendo una amenaza para los altos cargos de la política imperial. Era muy envidiada debido al numeroso prestigio social del que gozaba en Alejandría. Por ello y, como una forma de venganza, se decidió comenzar una campaña de difamación contra ella, presentándola como una bruja peligrosa que practicaba la magia negra.
Muerte de Hipatia de Alejandría
La difusión de las falsedades anteriormente mencionadas, provocaron un mal ambiente entre la gente, que llegó hasta el punto de que un grupo de cristianos fanáticos la sacaran del carruaje en el que viajaba, la desnudasen y la matasen de forma brutal con fragmentos de cerámica para que, finalmente, sus restos acabaran quemados a las afueras de la ciudad. Sus asesinos no fueron nunca castigados.
Hipatia de Alejandría fue asesinada en un motín popular provocado por un grupo de exaltados que la asaltaron, la torturaron y la quemaron. Sin embargo, el por qué la mataron es algo que aún no está del todo claro ya que se ha llegado a poner en duda las motivaciones religiosas, afirmando que Hipatia no fue, en ningún momento, contraria al cristianismo.
Así, se ha dicho que su muerte tuvo más relación con las tensiones políticas existentes en ese momento en Alejandría que con una causa religiosa. Con esto, su asesinato habría que relacionarlo más con las motivaciones políticas situadas dentro de la lucha mantenida por Cirilo y el prefecto romano Orestes que tenían como fin la consecución de la hegemonía política en Alejandría.
Legado Histórico de Hipatia de Alejandría
A día de hoy, Hipatia es una fuente de inspiración para todas aquellas mujeres que quieran dedicarse a la ciencia. Muchos de los aspectos de su vida continúan siendo, a día de hoy, un misterio y la principal fuente de información que se tiene son los escritos de sus discípulos. Así, se ha creado una leyenda en torno a su persona que ha ido, a la misma vez, mezclándose con los datos verídicos y provocando que se complique el conocimiento de la científica de Alejandría.
Además, esta filósofa y astrónoma ha tenido también una influencia cinematográfica al aparecer en el año 2009 en la película “Ágora” dirigida por Alejandro Aménabar y que relata su vida.
Han sido pocos los nombres de mujeres que han perdurado en la historia como el de Hipatia. La razón de esto se debe a, no exclusivamente un hecho relacionado con el escaso acceso al conocimiento que las mujeres de aquella época podían tener, sino también a la negación hacia sus trabajos, hacia cualquiera de sus logros o hacia su propia existencia. No deja de ser un hecho que la ciencia es una actividad completamente dependiente del contexto histórico y cultural. Es por esto que los pensamientos y las prácticas llevadas a cabo por las primeras filósofas, fueron restringidas de forma notable a causa de las relaciones sociales y los pensamientos propios de la época.
Aquí se quiere dejar una reflexión de la propia Hipatia: “Defiende tu derecho a pensar porque incluso pensar de manera errónea es mejor que no pensar”.
Bibliografía
Maria Dzielska. (2004). Hipatia de Alejandría: Siruela.
María Eugenia Gorostiza. (2012). Vida y obra de Hipatía de Alejandría: Eila.
Celia Martínez Maza. (2017). la estremecedora historia de la última gran filósofa de la Antigüedad y la fascinante ciudad de Alejandría: La Esfera de los Libros.
Foto de portada de Elespañol