Historia de la pena de muerte

¿Cuál es el origen de la pena de muerte? ¿Cuáles han sido los métodos más efectivos y cruentos a lo largo de la historia? ¿Qué países la mantienen actualmente?

Si bien puede producir escalofríos el solo hecho de conocer los diferentes métodos de tortura y ejecución de la pena capital, no es menos cierto que esta temática provoca una irresistible curiosidad de ahondar por cada uno de los detalles más profundos de los métodos de ejecución. La psicología podría explicar por qué sentimos esa necesidad de estar en contacto con uno de los elementos más elementales del ciclo vital: la muerte, acompañado de la violencia física, factor que- en mayor o menor medida- ha acompañado al ser humano desde sus albores hasta nuestros días.

No es objetivo de este artículo ahondar en la inclinación natural por dicha temática ni tampoco realizar un juicio moral sobre la pena de muerte como castigo al condenado, por ello, nos limitaremos a iniciar un recorrido, -mediante una selección de episodios representativos –  por el apasionante mundo de la pena capital desde las primeras civilizaciones de la historia para finalizar en el panorama actual.

Sin embargo, antes de proceder a este recorrido por la historia, aclaremos el concepto mismo de la pena de muerte. Esta es un castigo establecido, tras el dictamen de un juez, que consiste en quitarle la vida a una persona que haya cometido un delito grave, o capital, al incumplir la ley. También es denominada como Pena Capital. La palabra proviene del latín poena mortis, pena que se aplicaba en la Antigua Roma con un sentido más religioso que judicial .

Cuando los humanos nos organizábamos socialmente a través de la tribu y nuestro modo de subsistencia era el cazador-recolector existía un código de normas de carácter consuetudinario que regían la comunidad y marcaban las relaciones entre sus distintos miembros y entre los diferentes clanes. Es intrínseco al ser humano la existencia de unas leyes que organicen la convivencia en la tribu. Estas leyes intentaban limitar el acto arbitrario de la venganza-que podía conllevar a una espiral de violencia continua- ante la falta de una referencia superior como más tarde será el estado.

Posteriormente estos grupos se hicieron más complejos gracias al abandono del estilo nómada, el descubrimiento de la agricultura y ganadería y el establecimiento de ciudades de carácter permanente donde se desarrollaba una burocracia ligada a la administración compleja de la urbe. Era el nacimiento de la civilización en el creciente fértil en torno al IV milenio a.C.

Es necesario aclarar que la mayoría de las distintas civilizaciones que componen la Edad Antigua mantenían la pena capital como parte normalizada de su reglamento jurídico. Uno de los primeros documentos que nos han llegado sobre la codificación de las leyes, es el Código de Hammurabi (1760 a.C) dentro de las ciudades-estados sumerias, destacando la famosa Ley del Talión con su principio de “ojo por ojo, diente por diente”. He aquí un ejemplo:

Si un hombre libre golpea a otro en una disputa y le causa una herida, aquel hombre jurará «Aseguro que no lo golpeé adrede» y pagará el médico.

Este principio se constituye en el primer intento de la historia por limitar la venganza, rigiéndose por la proporcionalidad del castigo en referencia al delito perpetrado. Además, variaba la pena según la intencionalidad de la acción y la clase social a la que pertenecía el condenado. Por otra parte, limitaba el castigo a los culpables excluyendo a sus familias ya que, tiempo atrás, cuando el delito era cometido por una persona el castigo se aplicaba también a los más allegados congéneres.

El código, se compone de una normativa que establece una pena concreta para cada delito, destacando la pena para el asesinato y el adulterio. El Código de Hammurabi se convertirá en fuente de inspiración por los diferentes tratados jurídicos hasta bien entrada la ilustración del siglo XVIII.

Antiguo Israel

En el Antiguo Israel, de manera especial se produce una simbiosis entre la religión y la legislación civil donde la frontera entre ambas no existe. Las bases de la ley judaica se encontraban, por un lado, en la Torá (la ley propiamente judía) y el Pentateuco (los cinco primeros libros del Antiguo Testamento). Con todo ello, la influencia de la legislación mesopotámica era evidente, como lo demuestra el peso de la Ley del Talión. La pena de muerte estaba establecida para los delitos como idolatría, blasfemia, prácticas adivinatorias o el incumplimiento por no guardar el sábado. Un total de 35 casos donde la pena de muerte se aplicaba si se demostraba una clara intencionalidad, cuando existía premeditación. Así se muestra en el Éxodo,21,12:

“el que hiera mortalmente al otro, morirá”

A diferencia del Código de Hammurabi se tiende a subsanar a  la parte perjudicada mediante compensaciones materiales más que el castigo físico del culpable.

Sin entrar en cuestiones de fe, lo cierto es que los diez mandamientos– se presentan como punto de referencia para entender cualquier legislación posterior en el mundo hebreo y más tarde, con gran trascendencia en la cultura cristiana. Según la tradición judía, este decálogo fue recibido por el dios de los hebreos, Yahveh, a Moisés en unas tablillas tras la liberación del yugo opresor del faraón Ramsés II en Egipto. En este contexto se produce, a través de una interpretación hermenéutica de los textos bíblicos, un respeto por la vida. Entonces, el quinto mandamiento “no matarás”, es entendido como una exhortación antes de cometer el delito y no tanto como sanción. Sobre esta misma lógica, y seleccionando uno de tantos pasajes bíblicos del Antiguo Testamento, el personaje bíblico Caín, según la tradición legislativa de la Ley del Talión, debería haber sido castigado con la muerte por el asesinato de su hermano Abel pero únicamente fue condenado a vagar por la tierra. Se interpreta, por tanto, una visión garantista y redentora del dios israelita con objeto de conservar la vida del culpable. Esta concepción se desarrolla en el periodo de los Jueces en torno al siglo VIII a.C, prefiriendo la penitencia del culpable a la pena de muerte, y se conforma un derecho a favor de los débiles.

Antigua Grecia

La civilización de la Antigua Grecia en su recorrido histórico experimenta un proceso de transformación en la consideración de culpa individual ya que, en la Grecia Arcaica, los habitantes de las polis, tal y como se interpretaba en su momento, no estaban sometidos al libre albedrio, sino que su vida dependía en última instancia de la voluntad de los dioses. La idea de culpa individual se produce gracias a la tragedia griega y la figura de Séneca donde la visión estoica-moralizante se fue imponiendo.

En el contexto de la ciudades-estado griegas del siglo V a.C se produce en el mundo occidental la definitiva transición desde una legislación arcaica y arbitraria hacia un sistema legal igualitario y objetivo donde los ciudadanos libres podían presentar pruebas para su defensa y la tortura estaba prohibida. Dicho lo cual, existía una masa de población sin ciudadanía como eran los extranjeros, esclavos o personas con oficios indignos.

Antigua Roma

La historia de la Antigua Roma es dilata en el tiempo lo que conlleva la presencia de legislación diferente para cada etapa, oscilando desde las más restrictivas y duras hasta algo más leves. Roma quizá esté entre las civilizaciones más crueles en la aplicación de las penas por sus alta cotas de sadismo y su variedad de penas, llegando a desbordar nuestro entendimiento para una mentalidad contemporánea como la nuestra . El derecho romano de los primeros tiempos admitía la lesión corporal como medio de obtener la retribución penal por causa de delito .

Destaca las XII tablas, códice legislativo del siglo V a .C donde permanece la influencia de la Ley del Talión. Las penas variaban según la condición el estatus social del condenado y de su sexo. Destacan entre las más horrendas penas: a los traidores a la patria el Culleus , que consistía en meter al reo en una bolsa de cuero junto con animales para después arrojarlo al río. El lanzamiento a un precipicio, la crucifixión –de origen persa, solo para los no ciudadanos romanos- así como también el emparedamiento vivo reservado a las vestales que incumplían su voto, sin olvidar la decapitación-reservado a los soldados romanos- y las condena a las fieras sobre la arena del circo romano. La pena capital era pública, de carácter ejemplarizante y dentro de un ritual de exclusión social del individuo. En un principio, en la Roma primitiva, el reo en un acto de suplicio era acompañado por los habitantes de la comunidad hacia su trágico destino. Posteriormente, este ritual de venganza, castigo y expiación se hace más complejo, teniendo al emperador como figura central del acto, y el anfiteatro como lugar ceremonial del cruento espectáculo.

Edad Media

La Edad Media se enmarca a su vez como un periodo de tiempo extenso   y con un conglomerado de territorios diversos donde los señores feudales debido a la inacción del estado aplicaban su propia jurisdicción. En términos generales, diremos que se implanta la pena de muerte para una amplia variedad de delitos.  Se produce una fusión entre el penalismo eclesial con su visión redentora de las penas- y la asimilación del derecho romano en el siglo XIII en los reinos cristianos peninsulares, aplicando el retribucionismo penal que consiste en aplicar el castigo proporcional a la gravedad de la infracción.

En Bizancio destaca el Código de Justiniano que plantea la pena capital para una larga lista de delitos. Si bien, se eliminan penas como el Culleus o la lucha de gladiadores, se establecen otras en torno a asuntos religiosos como consecuencia del gran peso de la iglesia en la sociedad medieval. Ya en el siglo XII, se legisló para que la hoguera fuera la pena impuesta al delito de herejía. En Francia, en este mismo siglo, se estableció el tribunal de la inquisición, con objeto de perseguir la herejía albigense. Posteriormente los Reyes Católicos implantarían en 1478 El tribunal del Santo Oficio para los reinos de Castilla y Aragón.

A pesar del uso extendido de la pena de muerte, hubo voces a favor de la reforma, como el intelectual judío Maimónides con su célebre frase “Es mejor y más satisfactorio liberar a un millar de culpables que sentenciar a muerte a un solo inocente”.

Civilizaciones Precolombinas

Las civilizaciones precolombinas no eran menos clementes con los condenados a muerte: apedreamiento, hoguera, horca o ahogamiento son algunas de las técnicas que se aplicaban.

Edad Moderna

La llegada del humanismo en los albores de la Edad Moderna no supuso una reducción ni de las condenas a muerte ni de la brutalidad en su ejecución. Los dos principales poderes-el civil y el eclesiástico- se reunían en un ceremonial público donde el espectáculo del populacho y la pedagogía del terror se entrecruzaban. El Antiguo Régimen, señalaba mediante el acto primitivo de ajusticiamiento, los límites del desorden y la ilegalidad. Reo y verdugo en el patíbulo, autoridades y pueblo   conformaban una imagen de claro-oscuros como si de un cuadro barroco se tratara.

Como hemos comentado, en los reinos españoles de la península se fijó el Tribunal del Santo Oficio a fines de la Edad Medía y se mantuvo con actividad constante hasta su abolición por las Cortes de Cádiz en 1812. Se entiende dentro de la búsqueda de la unicidad católica en los distintos reinos peninsulares y por ello se persiguió primero a los judeoconversos, después a protestantes y moriscos además de los tradicionales delitos como la brujería o sodomía.

Otro fenómeno fue la caza de brujas, que supuso una verdadera histeria colectiva que, en una oleada persecutoria hacia las mujeres, buscaba eliminar cualquier atisbo de superstición siendo su último destino la quema en la hoguera . Así, en Europa durante los siglos XVI y XVII se ejecutó de 40.000 a 60.000 mujeres de las cuales 500 correspondieron al territorio español siendo los territorios del Sacro Imperio Romano Germánico con 25.000 muertes, el más cruento en su labor persecutoria.

La leyenda negra antiespañola – construida por los protestantes ingleses, holandeses e ingleses -construyó en el imaginario colectivo la idea de una sádica y oscura España donde se realizaban verdaderas masacres a la población por parte del tribunal de la Santa Inquisición. Nada más lejos de la realidad. De hecho, se daba la paradoja que los tribunales eclesiásticos eran más garantistas en el proceso judicial y condenaron a la pena capital a un número notablemente menor que los tribunales civiles. Según estudios del historiador Henry Kamen, la Institución del Santo Oficio -que por cierto dependía de la autoridad civil- dentro de la persecución de judeoconversos entre 1480 y 1530 – condenó a muerte a 2.000 personas, cifra sensiblemente menor a las manejadas anteriormente por los especialistas. Además, el tribunal eclesiástico redujo la utilización de la tortura y prohibía algunas de sus formas empleadas todavía en el resto de Europa.

Entre las horrendas formas de suplicio destacamos el potro -el condenado, sobre una tabla, era atado de pies y manos donde al girar un torno,  se le dislocaba las extremidades– el paño – paño mojado que se introducía en la boca provocando la asfixia del condenado- y la garrucha – que consistía en colgar al reo con las manos atadas a la espalda sobre una estructura izándolo con una polea hacia arriba-.

Antiguo Régimen y Revolución

El cirujano francés Joseph Ignace Gillotin fue quien introdujo la guillotina en el llamado «Reino de la Guillotina» como instrumento ejecutor en el contexto de la Revolución Francesa. Probaron la utilidad del citado instrumental desde el monarca Luis XVI y su esposa  María Antonieta ,hasta más tarde, en torno a 40.000 ajusticiados en la época del terror(1793-1794) , siendo el propio Robespierre el inicial promotor de las condenas a muerte, quien finalmente es ejecutado.

Entretanto, la Europa del Antiguo Régimen moría lentamente y al menos en Europa, las antiguas monarquías absolutas utilizaron el aparato represor del estado para resistir la oleada liberal que suponían un cambio de régimen provocando un aumento de los ajusticiamientos públicos. Por otra parte, una vez que la burguesía, con los ciclos de revoluciones liberales de 1820, 1830 y 1848 , iba consiguiendo el poder de forma progresiva, los estados nación con su propia jurisdicción militar se protegían a si mismos de las insurrecciones políticas y las movilizaciones obreras a través del fusilamiento como método común para los líderes activistas de las luchas obreras.

El garrote vil era un método bastante eficaz tal como lo describe el cronista del siglo XVII, Jerónimo de Barrionuevo : “instrumento ingenioso con que, a dos vueltas de tornillo, en un abrir y cerrar de ojos, se está en la otra vida”. Aunque nos resulte irónico, el garrote suponía un avance en la sensibilidad de la pena, al sustituir a la horca en la España del siglo XIX.

Siglo XX y actualidad

El siglo XX se presenta como una etapa llena de enfrentamientos bélicos donde la pena de muerte se incluye dentro de la jurisdicción militar para castigar delitos tales como la deserción, la insubordinación o el pillaje. Llegaron los totalitarismos que utilizaron la pena de muerte como opción para eliminar a sus oponentes políticos. Así desde la Alemania Nazi hasta la URSS utilizaron la pena capital para eliminar cualquier atisbo de oposición política o elemento racial o ideológico disgregante ante un estado que se muestra omnipotente y que utiliza la fuerza para su propia defensa. Algún ejemplo de este triste episodio de nuestra historia lo constituyen las cámaras de gas en la Alemania del Tercer Reich o el Gulag, término que hace referencia a la serie de campos de trabajo forzados distribuidos por toda la Unión Soviética.

La sociedad actual ha desarrollado una serie de nuevas necesidades ante amenazas al estado actual tales como la guerra moderna con la creación de servicios especiales, espías además de la existencia del terrorismo. El avance tecnológico ha derivado en la aplicación de los tradicionales métodos de ejecución como la decapitación, , ahorcamiento, y fusilamiento así como otros de uso más reciente tales como la muerte por inyección letal o la electrocución a través de la silla eléctrica , recursos utilizado por EEUU en las últimas décadas.

Un siglo de guerras, holocaustos, millones de muertos y refugiados ha supuesto la toma de conciencia para replantearse una nueva perspectiva y actitud frente a la pena de muerte. La deriva general de los estados es su eliminación como forma punitiva . En el movimiento abolicionista-que fue iniciado allá por el siglo XVIII por Cesare Beccaria– han confluido todas las proclamas en contra de la pena de muerte. Aún así, siguen existiendo países donde se mantiene la pena capital para determinados delitos . Los detractores argumentan que la pena de muerte no permite la rehabilitación del criminal, además de la existencia de posibles errores en el proceso judicial, así como también constituirse en atentando contra la vida y dignidad del ser humano. Los defensores de la misma plantean que es una manera de prevenir una supuesta reincidencia del criminal en el delito, incluyendo el menor costo económico que supone frente a la cadena perpetua . Asimismo supone hacer frente a los casos de traición o actos de cobardía en situaciones excepcionales como la guerra. En este punto es interesante destacar la teoría de los sentimientos de inseguridad que sostiene que las personas más contrarías a la pena capital experimentarían una mayor seguridad en ciertos ámbitos vitales, entre ellos el económico.

Los últimos datos correspondientes al año 2018 y publicados por Amnistía Internacional indica que hubo 690 ejecuciones distribuidas en 20 países. En la actualidad, los países como mayor número de ejecuciones son China, Arabia Saudí, Irak, Irán y Vietnam. Los datos globales muestran que también que 106 estados del mundo han abolido la pena de muerte para todos los delitos y 142 lo han abolido en la ley o en la práctica.

Según la Carta Europea de los Derechos Humanos se prohíbe la pena de muerte en tiempos de paz desde 1983 y en tiempos de guerra desde el 2002. Potencias mundiales como Estados Unidos mantienen la pena de muerte aunque cada vez menos Estados la conservan. Hoy en día, en una parte considerable de países islámicos, cuya inspiración legislativa es la Sharia (ley islámica), es aplicada la pena de muerte por conductas que ni siquiera merecerían reprensión penal o moral en el resto de países como el abandono de la fe o la blasfemia.

Referencias

Garrido Moreno , Javier. La pena de muerte en la Antigua Roma. Dialnet

Sobre Pena de muerte en la Edad Moderna: https://www.abc.es/historia/abci-falsa-leyenda-negra-inquisicion-espanola-solo-18-por-ciento-quemado-hoguera-201512040335_noticia.html

Pena de muerte en la Antigüedad: https://www.researchgate.net/publication/237011597_La_pena_de_muerte_en_la_legislacion_del_Antiguo_Testamento

Pena de muerte historia general ::https://guiasjuridicas.wolterskluwer.es/Content/Documento.aspx?params=H4sIAAAAAAAEAMtMSbF1jTAAAUNjU1NjtbLUouLM_DxbIwMDCwNzAwuQQGZapUt-ckhlQaptWmJOcSoAW_UWfjUAAAA=WKE

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