El Imperio austrohúngaro

Como sus antecesores, el Imperio Austrohúngaro fue todavía una de las estructuras políticas más grandes de Europa a comienzos del siglo XX. No obstante, a diferencia de las potencias contemporáneas, no poseyó colonias ni tuvo afán expansivo o acaso una supuesta «misión civilizadora», características que suelen asociarse a los imperios del período. Dicho de otra forma, no fue una potencia imperialista, pero si ha de ser considerada un imperio fundamentalmente porque respondía a un tipo de estructura política heterogénea y aglutinadora de pueblos distintos, en este caso gobernados por la cabeza de la dinastía Habsburgo con sede en Viena. En una Europa que avanzaba a pasos agigantados hacia su reconfiguración en Estados-nación, aquella diversidad continuó siendo su principal debilidad. Sus rivales, externos e internos, vieron en el Imperio Austrohúngaro un artificio arcaico y condenado al fracaso. Sin embargo, lejos de la decadencia que para muchos representaba, el imperio llegó a disfrutar de una notable prosperidad económica y una intensa actividad cultural hasta su disolución durante la Primera Guerra Mundial.

Por Manuel Burón Díaz y Emilio Redondo Carrero

¡Suscríbete a nuestro canal de YouTube y disfruta de una experiencia de aprendizaje épica!

Antes de que te vayas…

¿Te gustan nuestros contenidos?

Scroll al inicio
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.