El nombre de Violet Jessop está asociado al concepto mismo de supervivencia. La historia de su vida es una asombrosa trayectoria de sucesivos actos de resistirse a morir. Si te entusiasman las crónicas de peligro y superación frente a la adversidad, esta historia te sorprenderá. Es uno de esos relatos que se encuentran por casualidad y que son difíciles de creer, pero son ciertos.
Como es sabido, antes de la hegemonía absoluta e incuestionada de los aviones comerciales, los buques trasatlánticos eran el centro del transporte internacional. Durante años, los ciclópeos barcos de pasajeros maravillaron al mundo. Estas inmensas embarcaciones eran una mezcla perfecta de ingenio técnico, arrojo empresarial y prodigio social. Las personas que viajaban emprendían una aventura que podía durar días. En ciertas ocasiones la aventura se convertía en una arriesgada andanza. Este fue el caso que nuestra protagonista padeció… ¡varias veces!
Violet Jessop nació el 2 de octubre del año 1887 cerca de la ciudad argentina de Bahía Blanca. Sus padres, William y Katherine Jessop, eran una pareja de inmigrantes irlandeses que tuvieron un total de nueve hijos. De la prole de los Jessop tres murieron. Violet, la mayor, logró sobrevivir a la alta tasa de mortalidad infantil. Esta se podría considerar su primera supervivencia, dado que en aquella época no era una cuestión menor. No tuvo una infancia fácil. Ya en su temprana niñez adquirió una enfermedad con la que tuvo que lidiar durante un tiempo. Se cree que era tuberculosis y, en contra del pronóstico médico, sobrevivió; una vez más.
En plena adolescencia, a la edad de 16 años sufrió la pérdida de su padre. Tras el triste suceso, la familia Jessop se trasladó a Inglaterra. Ahí tuvo que hacerse cargo de su hermana más pequeña, puesto que su madre empezó a trabajar de azafata de barco en la compañía naviera británica Royal Mail Line. Pero esta situación no duró mucho puesto que las circunstancias cambiaron, y no para mejor. Katherine Jessop, la madre de Violet, cayó enferma. Violet no tuvo más remedio que responsabilizarse de toda su familia. Por este motivo dejó el colegio y siguió la ruta laboral materna aplicando al puesto de azafata de barco.
A los 21 años consiguió un puesto de azafata en la compañía Royal Mail Line, como su madre. En 1908 trabajó en el barco Orinoco y en 1910 fue contratada por la compañía naviera de transporte de pasajeros White Star Line, la misma que en los próximos años estaría a cargo de los portentosos barcos de la clase Olympic: el RMS Olympic, el RMS Titanic y el HMHS Britannic. Los más lujosos y suntuosos del momento. En un principio, Violet no estaba muy entusiasmada ante la perspectiva de navegar la ruta del Atlántico norte tanto por el clima como por las exigencias de los pasajeros de las que había oído hablar. No obstante, siguió adelante con el proyecto. Esto nos acerca a los grandes acontecimientos de su vida.
El primer aviso del destino le llegó a bordo del RMS Olympic. En el momento de su innauguración este era el barco de mayor tamaño de cuantos existían, puesto que el Titanic aún no había empezado su servicio. Violet estaba afanosamente trabajando el 20 de septiembre cuando el gigante de los mares recibió el impacto del barco de guerra HMS Hawke. No se trató más que de un accidente, pero el casco del Olympic quedó abierto. El choque provocó un importante agujero en el estribor del barco en la zona de los camarotes de tercera clase. Para colmo, el eje de una de sus hélices quedó averiado. A pesar de no haber heridos y de poder volver a puerto sin necesidad de ayuda, los daños fueron severos.
Poco tiempo después el incidente, se unió al equipo del Titanic, más por la presión de sus amistades para que formara parte de la travesía inaugural del nuevo y lujoso transatlántico que por iniciativa propia. Ella expresó que se encontraba a gusto en el Olympic, a pesar del susto. Así pues, acudió al puerto de Southampton para iniciar su nueva aventura con destino a Nueva York. Al embarcarse no se esperaba lo que sucedería a continuación. De hecho, nadie se lo esperaba.
En esta ocasión el impacto fue contra un iceberg y la conclusión no fue la anécdota de un mero accidente, sino el estrepitoso hundimiento del barco y la muerte de más de 1500 personas. No hace falta volver a relatar la catástrofe del hundimiento del Titanic. Violet tenía 24 años cuando ocurrió la calamidad. En el momento de la colisión se encontraba soñolienta en su litera pero aún no dormida. Inmediatamente se le ordenó que subiera a cubierta. Después subió al bote salvavidas 16 y tras ocho horas en él, el RMS Carpathia los recogió. Hasta ese momento estaba cuidando de un bebé que un oficial le dio al subir al bote.
El tercer y último buque de la clase Olympic fue el HMHS Britannic. La compañía ordenó su construcción con la intención de que, como sus hermanos, tuviera una finalidad comercial de transporte de pasajeros. Sin embargo, la Primera Guerra Mundial trastornó los planes, pues la Royal Navy lo requisó y lo convirtió en un buque hospital. Así pues, el HMHS Britannic empezó su servicio en diciembre de 1915. Violet Jessop, persistente en el trabajo en el mar, se unió al equipo del Britannic como enfermera de la Cruz Roja.
En la mañana del 21 de noviembre de 1916 estaba a bordo del Britannic cuando este chocó con una mina en el mar Egeo. La explosión exterior produjo otra explosión interior más potente que hundió el barco en tan sólo 55 minutos, mucho más rápido que el Titanic. En el hundimiento murieron 29 personas, entre las que no se encontraba Violet. La fortuna le volvió a sonreír.
En conclusión, la historia vital de Violet Jessop estuvo ligada a las principales tribulaciones de los portentosos buques de la clase Olympic, la del Titanic y sus hermanos. Nada más y nada menos que los barcos más grandes del momento. Sin embargo, no sufrió el destino de ninguno de ellos. Conservó la vida en los funestos eventos en los que otras personas la perdieron. Sobrevivió, eso es lo que se puede decir de ella: sobrevivió.
Bibliografía
Encyclopedia Titanica. Miss Violet Constance Jessop. [Online]
Jessop, V. (1997). Titanic Survivor. Nueva York: Sheridan House.