Una de las características que posee el homo sapiens que le diferencia de las demás especies, es el lenguaje. Actualmente se hablan miles de idiomas a lo largo y ancho de los cinco continentes, algunas de ellas en peligro de extinción. Una explicación del porqué del extenso número de lenguas la recoge el Antiguo Testamento, se trata de la legendaria Torre de Babel. Pero, ¿en que consiste este mito?
¿Qué es la Torre de Babel?
La Torre de Babel es una edificación mencionada en el Antiguo Testamento, concretamente en el libro del Génesis. Este relato trata de dar una explicación acerca del porqué los seres humanos hablan diferentes lenguas en vez de un único idioma. Según el Génesis, tras el Diluvio Universal la humanidad quedó prácticamente extinguida, a excepción de Noé y siete integrantes de su familia que se salvaron en última instancia gracias a la construcción del Arca de Noé.
Los supervivientes se trasladaron entonces a la llanura de Senar (Babel). En aquel momento, todos hablaban el mismo idioma y no existían problemas de comunicación. Sin embargo, un hecho cambió la trayectoria de la humanidad de forma drástica. Los descendiente de Noé decidieron construir una torre tan alta que llegase hasta el cielo. Pero, el dios de Noé llamado Yahvé, consideró este acontecimiento una grave ofensa y como castigo, condenó a la humanidad a hablar diferentes lenguas.
Por medio de esta condena, los constructores de la llamada Torre de Babel dejaron de entenderse entre ellos y por esta razón, debieron de abandonar sus tareas y esparcirse por los confines del mundo. Algunas explicaciones argumentan que la edificación de la Torre de Babel se debió al temor de la población de sufrir otra inundación de proporciones bíblicas y así, tener un lugar seguro en el que poder resguardarse. En cambio, otras opiniones toman el relato del Antiguo Testamento de forma literal.
Pero, ¿existió realmente una construcción de este tipo en algún momento de la historia? La mayoría de expertos creyentes o no, recela de considerar el Antiguo Testamento como un documento histórico fiable. No obstante, algunos piensan que quizás podría tener un sustento real, aunque este pueda perderse en las penumbras de la Antigüedad más remota. ¿Dónde podríamos encontrar un ejemplo similar? La respuesta a esta pregunta podría localizarse en la antigua Mesopotamia («entre ríos»).
No en vano, en esta zona considerada como la cuna de la civilización localizada entre los ríos Tigris y Éufrates, se llevó a cabo la edificación de los llamados zigurats. Estas construcciones constituían templos religiosos en forma de pirámide escalonada que buscaban acercarse al cielo. Los ejemplos más antiguos que se han conservado datan del III milenio a.C. Como podemos observar, de acuerdo a estas características, las similitudes con la Torre de Babel son bastante inquietantes.
Un templo piramidal apodado «Etemenanki» dedicado a la deidad local Marduk, procedente de la dinastía caldea en la ciudad de Babilonia (Mesopotamia, en el siglo VI a.C.), podría haber influido en el mito fundacional de la Torre de Babel. El experto Stephen L. Harris considera que este relato se habría construido durante el cautiverio babilónico del pueblo hebreo. El cuento sumerio tradicional Enmerkar y el Señor de Aratta contiene un pasaje similar al descrito en el Antiguo Testamento.
Arqueólogos de todos los rincones del mundo han tratado de ubicar la Torre de Babel en alguna zona del actual Irak, si es que se construyó algo parecido. Aunque existen muchos dibujos e ilustraciones de lo más variopintos, la Biblia no da datos exactos acerca de su forma y aspecto. Tampoco se habla de una destrucción de la misma como tal, sino que los habitantes de ese lugar sencillamente dejan de construir su ciudad y se dispersan por la faz de la Tierra. Según Génesis 11:1-9, se recoge lo siguiente:
Toda la Tierra hablaba una misma lengua y usaba las mismas palabras. Al emigrar los hombres desde Oriente, encontraron una llanura en la región de Senaar y se establecieron allí. Y se dijeron unos a otros: «Hagamos ladrillos y cozámoslos al fuego». Emplearon ladrillos en lugar de piedras y betún en lugar de argamasa; y dijeron: «Edifiquemos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo. Hagámonos así famosos y no andemos más dispersos sobre la faz de la Tierra». Pero Yahveh descendió para ver la ciudad y la torre que los hombres estaban edificando y dijo: «He aquí que todos forman un solo pueblo y todos hablan una misma lengua; siendo este el principio de sus empresas, nada les impedirá que lleven a cabo todo lo que se propongan. Pues bien, descendamos y allí mismo confundamos su lenguaje de modo que no se entiendan los unos con los otros».
Así, Yahveh los dispersó de allí sobre toda la faz de la Tierra y cesaron en la construcción de la ciudad. Por ello se la llamó Babel, porque allí confundió Yahveh la lengua de todos los habitantes de la Tierra y los dispersó por toda la superficie.
Al igual que ocurre con otros mitos, infinidad de culturas muy diferentes entre sí han buceado en sus orígenes para intentar explicar la invención de las lenguas. En el relato anterior del Génesis, podemos observar como Yahvé decide castigar a la humanidad por su arrogancia, aunque también podría interpretarse como un don divino que le abre nuevas oportunidades. De esta manera, la confusión inicial implicaría la posibilidad de volver a aprender, vencer las diferencias y suprimir el odio.
El esperanto, el volapük, el inglés… ¿idiomas universales?
Actualmente se calcula que son habladas alrededor de 7.000 lenguas en todo el planeta. Ante este galimatías tan complejo, no han sido pocos los intentos de establecer un lenguaje capaz de aglutinar a toda la humanidad, por difícil que pueda parecer. El esperanto surgió con la intención de crear un idioma universal fácilmente entendible para la comunicación internacional. Esta lengua desarrollada por el oftalmólogo polaco Ludwik Lejzer Zamenhof en 1887, no tenía intención de acabar con el resto de lenguas, sino de crear una alternativa de ámbito mundial. Aunque la intención fue buena, el esperanto no consiguió el propósito de ser hablado por todos los habitantes del planeta. Aún así, en la actualidad posee un número de hablantes nada desdeñable, que varía entre 100.000 a 2.000.000 de personas, repartidos por todo el globo terráqueo.
Pero el esperanto no constituyó la única iniciativa en torno a la eterna cuestión de crear un lenguaje universal. En 1879, un sacerdote alemán de nombre Johann Martin Schleyer creó una lengua artificial llamada volapük. De este curioso idioma, se llegaron a publicar cientos de libros de gramática traducidos a otras lenguas. No obstante, su gramática compleja unida a la casi simultánea invención del esperanto, dieron al traste con este proyecto pese a tener cierto recorrido a finales del siglo XIX. Hoy en día, tan solo lo utilizan unas pocas decenas de personas, en su mayoría interesadas en el estudio de estas lenguas. De lo que no cabe duda alguna, es de que la posibilidad de comunicarse entre todos los habitantes del planeta sin barreras lingüísticas ha sido una máxima desde tiempos inmemoriales. ¿Pero quizás tengamos alguna otra esperanza aparte del esperanto y el volapük?
Algunos consideran que por su extensión, prestigio y sencillez gramatical, el inglés debería ser el idioma universal hablado por todos, aunque esta consideración no se halla exenta de polémica pues sus parlantes nativos gozarían de cierta ventaja sobre el resto de la población. De lo que no cabe duda, es de que cada lengua atesora un patrimonio cultural único que pertenece a sus hablantes y a las personas que deseen aprenderlo y que nunca deberían usarse con otros fines (propagandísticos, raciales, etc). Hoy en día, debido a los avatares de la historia, muchas lenguas de antaño han desaparecido. Otras como el latín y el griego clásico se siguen enseñando en los centros educativos, como parte de un pasado y de una cultura que reconecta con los orígenes de la civilización occidental y que no se deberían olvidar. Quizás solo así sepamos de donde venimos y hacia donde nos dirigimos.
Bibliografía
Byram, M.(2001). Routledge Encyclopedia of Language Teaching and Learning. : Routledge.
Galán, E.J. (2020). La Biblia contada para escépticos. Planeta, Barcelona.
Gordon, R. G., Jr. (2005). Ethnologue: Languages of the World. Dallas, Tex. : SIL International. (Fifteenth edition.).
Graves, R.; Patai, R. (1986). Hebrew Myths: The Book of Genesis. Random House.
Harris, S. L. (2010). Understanding the Bible. McGraw-Hill Education.
Kramer, S. N. (1968). «The ‘Babel of Tongues’: A Sumerian Version». Journal of the American Oriental Society.
Leija, L. (2022). «La Torre de Babel fue realmente un zigurat de la antigua Babilonia y no sólo un relato bíblico». National Geographic. https://www.ngenespanol.com/el-mundo/la-torre-de-babel-fue-realmente-un-zigurat-de-la-antigua-babilonia-y-no-solo-un-relato-biblico/
Antes de que te vayas…