EL ORIGEN DE LAS EXPOSICIONES UNIVERSALES
El origen de las Exposiciones Universales lo encontramos en Londres, en el año 1851. La intención de este modelo de exposición a gran escala fue el de mostrar al mundo los avances tecnológicos y científicos que había llevado a cabo cada nación, reunidas en un único lugar para que cualquiera pudiese disfrutar de aquel proceso de globalización que, poco a poco, se iba abriendo camino. El legado arquitectónico derivado de estas exposiciones es otro de los pilares que han contribuido a su fama y atemporalidad. En Londres, el Crystal Palace, diseño elaborado por Joseph Paxton, fue construido en Hyde Park. Después se trasladó a un distrito contiguo, hasta que en 1936 fue destruido a causa de un incendio. Hay unos inversores chinos que recientemente han planeado reconstruirlo.
La siguiente Exposición Universal fue en París, en 1855. Francia realizó una gran aportación en la manera de entender las Exposiciones Mundiales, gracias a la inclusión de las Bellas Artes en la exposición. Los franceses no podían concebir el avance social sin aunar el desarrollo científico-tecnológico con el arte, de modo que en el futuro, esta rama cultural obtuvo un gran papel en las exposiciones.
En 1889 Francia volvió a ser anfitriona en la Exposición Universal. El símbolo principal de la Exposición, que servía como arco de entrada es hoy la obra más célebre del país: La Torre Eiffel. Este monumento, considerado en la actualidad Patrimonio de la Humanidad, fue construido por el ingeniero francés Alexandre Gustave Eiffel. En su origen, la torre fue motivo de disgusto de críticos y artistas, que la consideraron antiestética y decepcionante para los franceses.
La etapa cumbre de las Exposiciones Universal se vivió entre los años 1851 y 1914. Después, la Gran Guerra causó estragos sociales, desmontando la filosofía sobre la que se sustentaban estas exhibiciones: La creencia social en el progreso colectivo de la humanidad.
LA APORTACIÓN DE ESPAÑA
España también ha realizado importantes aportaciones en las Exposiciones Universales. Barcelona acogió una exposición en 1888 y otra en 1929. Obra cumbre del momento de esta última fue el pabellón alemán diseñado por Mies van der Rohe. En 1964 se celebró la Exposición en Nueva York. El arquitecto Javier Carvajal diseñó el pabellón español, denominado por la revista Life como “The Jewel of the Fair”. El pabellón fue desmontado, pero hace poco la fundación Loewe rindió un homenaje a esta joya arquitectónica. La ciudad de Sevilla acogió en 1992 otra importante Exposición Universal con motivo del V Centenario del Descubrimiento de América, con el objetivo de fomentar «el diálogo de los pueblos y el intercambio cultural como vías para el entendimiento y la solidaridad». El pabellón japonés proyectado por Tadao Ando destacó por encima de los demás.
EL LEGADO ARQUITECTÓNICO
A continuación, daremos un repaso por las mejores obras arquitectónicas que fueron construidas paras las Exposiciones Universales y que, por su valor, se han mantenido en la ciudades, llegando a convertirse en auténticos símbolos nacionales; tal como ocurrió con el Palacio de Cristal de Londres y la Torre Eiffel en París.
Space Needle | Seattle
En 1962 la carrera espacial era una de las preocupaciones sociales en Estados Unidos. La Aguja se creó con el fin de ejemplificar este momento en la Exposición. Edward Carlston y John Graham Jr. fueron los dos diseñadores al mando.
Biosphére | Montreal
Richard Buckminster Fuller fue el arquitecto neofuturista encargado de diseñar la cúpula. Compuesta en su origen de acero y policarbonato, un incendio ocurrido en 1967 provocó que la estructura quedase compuesta únicamente por el acero.
Atomium | Bruselas
La ingeniería Belga era motivo de orgullo para el país, y El Atomium quiso ser representación de ello. El ingeniero André Waterkeyn diseñó la estructura inspirándose en el amanecer de la era atómica en 1958.
Ferris Wheel | Chicago
George Ferris fue el arquitecto que la construyó, y del que tomaría su nombre original. Chicago sabía que escasos años antes París había presentado su Torre Eiffel, así que quisieron sorprender a todos los visitantes de la Exposición con su original apuesta.