Perdone, no escucho su voz

Imagine su vida sin poder comunicarse con el resto del mundo, sin poder expresar lo que siente, sin transmitir aquello que le fascina y que ha hecho de su día algo especial.

Aun siendo un amante de la soledad, es complicado pensar que no esté dentro de la irrefutable idea del filósofo griego Aristóteles de que “el hombre es un ser social por naturaleza” y, para ello, necesitamos del lenguaje, esa maravillosa herramienta imprescindible que nos hace ser simplemente humanos. 

Pero permítame que le haga una pregunta. ¿Qué se le viene a la mente cuando escucha las palabras lenguaje, comunicación, social, etc.? Seguro que está pensando en algo relacionado con el habla, con la producción de sonidos. Es lo que se me vino a mí a la mente cuando me formularon dicha pregunta. Sin embargo, estamos excluyendo a miles de personas que se comunican a través de otro lenguaje primario y que está al mismo nivel que la lengua oral, además, el uso de ambas activa exactamente las mismas áreas del cerebro cuando este produce el procesamiento de la señal. Sí, está en lo cierto, nos referimos a la lengua de signos

A pesar de ser una lengua que bien podría ser universal y que nos conectara a todos, existen variedades dentro de ella, incluso a nivel nacional. Por ejemplo, en España, están claramente diferenciadas la lengua de signos española (LSE) y la lengua de signos catalana (LSC). Por otro lado, a nivel mundial, podemos destacar la lengua de signos americana, británica y francesa. 

Solo hay que ver los pocos y recientes estudios científicos que se han hecho sobre la lengua de signos, tanto en España como en otros países, para ver que esta es una gran olvidada de la lingüística moderna, en líneas generales. Sin embargo, es de obligada necesidad destacar la gran importancia que han tenido varios autores españoles en relación al estudio de las lenguas de signos. 

Fijándose en los signos que usaban los monjes que debían cumplir sus votos de silencio, Fray Pedro Ponce de León confeccionó un método para comunicarse con los niños sordos, lo cual hizo que ganará gran prestigio en la España del siglo XVI entre la nobleza, para educar a sus hijos prelocutivos (personas que han nacido sordas o que han perdido la audición antes de adquirir el lenguaje) o postlocutivos (personas que, habiendo adquirido el lenguaje, han perdido la audición). Por otro lado, destacar a Francisco Fernández Villabrille, quien en el siglo XVIII recogió 1500 signos de la LSE en su obra Diccionario usual de mímica y dactilología (primer diccionario de señas españolas). Es, posiblemente, el autor español más importante en relación con la educación para sordos y ciegos, su extensa bibliografía es esencial para la educación especial.

Retrato de Hervás y Panduro

Sin embargo, queremos centrar nuestra atención en un personaje en concreto, cuya labor tuvo una repercusión abismal en relación a la lingüística y el estudio de las lenguas de signos con rigor científico. Hablamos del padre de la lingüística comparada (disciplina que estudia de dónde proceden las lenguas y sus cambios a lo largo de la historia), el español y conquense Lorenzo Hervás y Panduro. Su obra Escuela española de sordomudos o arte para enseñarles a escribir y hablar el idioma español (1795) es de un valor incalculable para la época, ya que comienza a plantear la gramática de la lengua de signos y la compara con las demás gramáticas conocidas, estableciendo, así, una defensa de la igualdad entre las lenguas de signos y las orales. Pero, sin duda, el aporte fundamental que realizó Hervás y Panduro fue la recogida en su obra Catálogo de las lenguas de las naciones conocidas, y numeración, división, y clases de estas según la diversidad de sus idiomas y dialectos, donde estudia el parentesco de todas las lenguas conocidas a través de la morfología, y no a través del léxico. Todo ello lo consigue gracias a documentos e información que le aportaban misioneros apostados por todo el mundo.

Por todo ello recibió el nombre de padre de la lingüística comparada. Además, refutó la idea de que el hebreo fuera la primera lengua, la lengua de Dios, demostrando que procedía de la evolución de otras lenguas anteriores. Dicha obra tuvo gran repercusión y sus ideas fueron cogidas por el propio Wilhelm Von Humboldt, a quien Lorenzo Hervás conoció. 

BIBLIOGRAFÍA. 

– Hervás y Panduro, L., & Herrero, A. (2008). Escuela Española de Sordomudos

Publicaciones de la Universidad de Alicante. – Hervás y Panduro, L. (1800). Catálogo de las lenguas de las naciones conocidas, y numeracion, division, y clases de estas segun la diversidad de sus idiomas y dialectos. – Pedro Ponce de León | Real Academia de la Historia. Dbe.rah.es. (2020). From 

http://dbe.rah.es/biografias/9952/pedro-ponce-de-leon. – Francisco Fernández Villabrille | Real Academia de la Historia. Dbe.rah.es. 

(2020). From http://dbe.rah.es/biografias/77530/francisco-fernandez-villabrille. 

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