Leyendas de la comedia: el Gordo y el Flaco

El Gordo y el Flaco fue un dúo cómico formado por Stan Laurel y Oliver Hardy. Esta pareja creó dos personajes que, gracias a sus particularidades y su característica compenetración, se convirtieron en un símbolo icónico de la historia del cine cómico.

El Gordo y el Flaco
Oliver Hardy y Stan Laurel en Helpmates, 1932.

Entre 1927 y 1959 aparecieron nada más y nada menos que en 107 películas (32 cortometrajes mudos, 40 cortos sonoros, 23 largometrajes, 12 cameos) y su influencia en los artistas y cómicos que les precedieron fue enorme. Tal es el ejemplo de Peter Sellers, que afirmaba llevar encima una fotografía firmada por Laurel; J. D. Salinger los describió como “dos artistas caídos del cielo” y Ricky Gervais, creador de la inmensa The Office, veía en ellos una importante fuente de inspiración. Incluso durante el funeral de Laurel en 1965, Buster Keaton afirmó: “Chaplin no era el más divertido. Yo no era el más divertido. Stan era el más divertido”.

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Esta pareja cómica vivió uno de los cambios de paradigma más significativos del lenguaje cinematográfico: el paso del cine mudo al cine sonoro. Este cambio supuso un obstáculo para muchos actores que no supieron adaptarse  al nuevo modelo, pero Stan y Oliver se adecuaron a la perfección. Lograron prosperar en el cine sonoro incorporando juegos de palabras y haciendo de su gestualidad un ejercicio de narración desternillante.

Pero ¿quiénes eran en realidad el Gordo y el Flaco?

Arthur Staley Jefferson, conocido como Stan Laurel, el Flaco, nació el 16 de junio de 1890 en Ulverson, Inglaterra. Su padre era cómico, escritor y pintor, y solía hacer espectáculos de comedia en bares. Fue en una de éstas cuando conoció a la que sería la madre de Stan, Mary, que tiempo después terminó abandonando al padre y al hijo para marcharse con un comerciante. Como su padre no tenía medios para pagar la educación del pequeño Stan, éste se educó en la compañía teatral de la familia y se estrenó con 16 años en un teatro de Glasgow.

“La primera vez que me subí a un escenario fue un completo desastre. La gente me aplaudió por compasión y me dio mucha vergüenza presentarme ante mi padre. Al final lo hice y, tras recibir un par de bofetadas, me dio una carta de presentación para una compañía de teatro que estaba representando La Bella Durmiente. Allí me contrataron como chico de los recados.”

Stan Laurel
Stan Laurel en «Pardon us», 1931.

Stan viajó a América con la compañía del empresario Frank Karmo, en la que también se encontraba Charlot, pero en un principio no les fue muy bien económicamente. Así relataba el Flaco sus recuerdos sobre esta época:

“Nos instalamos en una pensión de Nueva York. Compartía el cuarto con Charlot y él tocaba el violín mientras yo freía bacon, algo prohibido por la casera. Éramos tan pobres que me robaron el único par de zapatos que había traído y me vi obligado a caminar por la calle en zapatillas”

Gracias a Charlot, la compañía de Frank Karno tuvo cierto éxito, pero pronto Chaplin la abandonaría para dedicarse al cine y Stan Laurel se quedaría desamparado, sin trabajo y sin amigos y a más de diez mil kilómetros de casa. A pesar de ello, no se desalentó y escribió una comedia llamada “Los Unos atacan Roma”. En ella se disfrazaba de romano, subido en un caballo de madera, y convertía en carcajadas todas sus miserias.

“Contaba el hambre que cada hora me devoraba las entrañas y la gente se partía de risa. Creían que todo era pura invención, no se daban cuenta que ante si tenían su propia tristeza, mi mundo de desesperación”

Sin duda, el personaje que luego le daría la fama y que se hizo llamar el Flaco acababa de nacer.

Oliver Norvel Hardy, por su parte, nació en Harlem el 18 de enero de 1892. Al contrario que Stan, venía de una familia acomodada. Su padre, que murió poco después de nacer él, era abogado y su madre trabajaba en el mundo de la hostelería.

Oliver Hardy
Oliver Hardy en Early to Bed (1928)

Oliver Hardy era un aficionado del teatro y el canto, entusiasmo que, probablemente, adquirió viendo las diversas actuaciones que su madre contrataba para entretener a la clientela del hotel. De pequeño también cantaba en el coro, pero luego aseguró que su vocación era la imitación y estar sentado en la recepción del hotel viendo pasar a la gente. Poco después encontró trabajo como proyeccionista y taquillero en una sala de cine de Milledgeville.

En 1913 se unió a una compañía teatral de Lubin ubicada en el estado de Florida. Después de aparecer como secundario en cientos de títulos apoyando a cómicos como Billy West (conocido por ser el imitador de Charlie Chaplin), acabó formando parte de la productora de Hal Roach y del grupo de los Hal Roach Comedy All Stars.

“Mis imitaciones me ganaron una cierta reputación en la vecindad y un amigo habló con el dueño de Lubin Monson Pictures, en Jacksonville. En mi 25 cumpleaños, cuando mi madre estaba convencida de que yo era una completa inutilidad, llegó una carta ofreciéndome un trabajo en el cine por 5 dólares semanales.”

El dúo cómico

En 1921, Stan y Hardy efectuaron su primera película juntos: The Lucky Dog. A raíz de aquí, empezaron a colaborar en películas tales como 45 minutos en HollywoodDuck Soup, Sugar Daddies, Fuera sombreros, Poner los Pantalones a Phillip o Leave ‘em laughing. Así, la pareja se establece poco a poco como el dúo cómico que todos recordamos. Crearon su estilo propio: Oliver con un traje excesivamente pequeño, Stan, con uno demasiado grande. Ambos con un sombrero bombín. Sus personalidades se complementaban a la perfección, tanto fuera como dentro del escenario, y eso hizo que de esta pareja naciese una amistad eterna e irremplazable entre ellos.

“Oliver me conquistó por el estómago. Preparaba unos platos deliciosos, sobre todo pastas. Le importaba un comino que le llamaran gordo. Jamás se puso a dieta”

The Lucky DogSu primera producción sonora fue el corto titulado en España Hogar dulce hogar, de 1929. En ella el público pudo escuchar el contraste entre el acento inglés de Laurel y el acento sureño de Hardy que aportaba a sus personajes una nueva dimensión. Para solventar el cambio entre el cine mudo y el cine sonoro aprovecharon los recursos que les aportaban los avances técnicos:

 “Oliver tenía que caerse rondando en unas escaleras, pero pensamos que la caída no era graciosa porque sugería dolor. La solución fue sustituir la imagen por ruido, de tal forma que cada espectador podía imaginarse la caída. El efecto fue muy gracioso”

Hardy y Laurel pretendían, simplemente, hacer reír. Si bien estaban influenciados por las inquietudes que caracterizaban a artistas como Charles Chaplin, ellos se decantaban por la simplicidad textual y gestual efectiva y la ruptura de la cuarta pared, mirando a la cámara con una mirada exasperada. Ensayaban muchas horas, e invertían mucho tiempo en cada escena, consiguiendo algo enormemente difícil: que pareciera que sus escenas no les costaba ningún esfuerzo.

El Gordo y el Flaco
Oliver Hardy y Stan Laurel en Helpmates, 1932.

En la época de la Gran Depresión y la Prohibición, el Gordo y el Flaco suponían una vía de escape para la ciudadanía. Eran símbolo del hombre común, que carece de medios, pero que consigue sobrevivir.  Sus personajes en la ficción son dos tipos muy ingenuos pero eternamente optimistas y su humor habla de los absurdos de la vida y del empeño de esforzarse por dotar a la vida de sentido.

Por ello, el Gordo y el Flaco conectaron con el público. Su amistad impenetrable y su deseo de hacer reír a quienes veían sus películas ha hecho de ellos un icono que hoy muchos recordarán con nostalgia. Oliver Hardy murió en 1954; Laurel en 1965. Sin embargo, su legado cinematográfico sigue vivo en la memoria de todos, y todavía hoy consigue arrancarnos las risas que nos evaden por un momento de la rutinaria vida.

El Gordo y el Flaco
Oliver Hardy y Stan Laurel en The Big Noise, 1944.

Referencias:

  • www.cinesrenoir.com/webrenoir/static/media/Fichas/RENOIR_3932_EL_GORDO_Y_EL_FLACO.pdf
  • http://www.laurel-and-hardy.com/
  • Stan Laurel, el Flaco de la mítica y cómica pareja cinematográfica. Santiago Aroca.
  • Cuaderno 08. Leo McCarey y el modelado de Stan Laurel y Oliver Hardy: persona y compañía. Cuadernos de Filosofía y Cine. José Sanmartín Esplugues y José Alfredo Peris Cancio.
  • www.elperiodicodearagon.com/noticias/escenarios/mito-oliver-hardy-sigue-vivo-50-anos-despues-muerte_342596.html
  • www.diariodemallorca.es/opinion/2009/01/31/stan-ollie/431686.html

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