Durante el largo proceso del reparto, conquista y colonización del inmenso continente africano por parte de las potencias de Europa a finales del siglo XIX, casi toda África, con sus poblaciones de millones de habitantes, quedó bajo el control de las naciones del Viejo Continente. Junto a la monarquía de Etiopía, en el África Oriental, sólo un pequeño territorio en el oeste del continente se mantuvo independiente del yugo colonizador, no así de influencias extranjeras. Nacida al amparo el espíritu antiesclavista desarrollado en Estados Unidos, y declarada su independencia en 1847, desde entonces hasta la actualidad recibe el nombre de Liberia. Veamos un poco más sobre el origen y la historia de este país.
Situación geográfica
Situada en la costa atlántica de África, la República de Liberia hace frontera con Sierra Leona, Guinea y Costa de Marfil. Cuenta con más de 110.000 km² de superficie, con una población de unos cuatro millones de habitantes. No es especialmente grande ni poblado, en comparación con otros estados del inmenso continente, pero sí comparte con el resto los típicos problemas de un país africano en vías de desarrollo: altos niveles de pobreza, nulo desarrollo estructural económico y político, debilidad institucional, corrupción, y muy en especial los conflictos armados, habiendo vivido dos terribles guerras civiles en los últimos treinta años.
Antecedentes históricos
Antes de la fundación del país, el territorio que hoy es la República de Liberia estaba habitada por varios grupos étnico-tribales, incluyendo los Kru, los Grebo, los Kpelle y los Bassa. Estas tribus vivían inmersas en sus cotidianidades, con sus propias tradiciones culturales y sistemas políticos más o menos desarrollados. Dada su situación geográfica, en la conocida históricamente Guinea, y fuente de muchos recursos económicos, el interés por la costa liberiana fue constante durante siglos.
El contacto con los europeos comienza con los viajes de los marinos portugueses a finales del siglo XV (1461). En su búsqueda por encontrar una ruta hacia la India circunnavegando el continente africano, los lusos establecieron aquí varias factorías. Llamada Costa da Pimenta (Costa de la Pimienta), debido a la abundancia de esta valiosa especia, durante el siglo XVII se añadiría una breve presencia neerlandesa y otros puestos comerciales británicos. En las siguientes dos centurias, mientras se desarrollaba el comercio con las tribus, también lo hacía el sistema de la esclavitud y el masivo traslado de personas a América.
Nacimiento de Liberia. La American Colonization Society (ACS)
La historia del nacimiento de Liberia está íntimamente ligada a la historia del nacimiento y desarrollo de Estados Unidos (EE.UU.). Tras producirse la independencia de las Trece Colonias en 1783, la nueva nación americana comenzó su decidido crecimiento como la primera democracia contemporánea del mundo. Uno de los múltiples problemas que tuvo que afrontar la joven república fue la esclavitud, un régimen contradictorio con la democracia. A pesar de llegar a acuerdos políticos, la polémica esclavista y las crecientes ideas antiesclavistas, que poco a poco impregnaban a la sociedad norteamericana, fueron un problema latente y en aumento. El resultado final sería el estallido de la Guerra Civil Estadounidense o Guerra de Secesión (1861-1865).
Antes de llegar a la gran lucha fratricida de Norteamérica, se plantearon soluciones más pacíficas y humanitarias en las décadas previas. Hay que tener en cuenta que no se trataba solamente de libertar a los esclavos per se, sino que, en base a los equivocados pensamientos racistas imperantes en la época, se tenía la idea de que los esclavos negros, una vez liberados de su condición de servidumbre, deberían buscar otro lugar en el que desarrollar sus vidas en libertad. Se sentía que la integración de los afroamericanos en la sociedad blanca americana era algo tan imposible como indeseable.
Era un pensamiento erróneo pero generalizado, lo que reforzó la noción de que los afroamericanos deberían ser reubicados en algún lugar donde pudieran vivir libres, donde podrían ser ciudadanos. Fue así como en 1816 nació la Sociedad Americana de Colonización (American Colonization Society), organización gubernamental destinada a alentar y apoyar financieramente la migración a África de los afroamericanos libres y a los liberados de la esclavitud. Para ello la ACS se valió, mediante la adquisición y conquista de tierras, del establecimiento de una colonia en la costa africana. Fue así como en 1821 nació Liberia (en alusión a la Libertad), estableciéndose la capital en una ciudad de nuevo cuño, Monrovia, llamada así en honor al presidente estadounidense del momento, James Monroe (1817-1825).
Desde ese año y durante las siguientes dos décadas, la colonia estadounidense de Liberia fue poco a poco creciendo con la llegada, no masiva pero sí periódica, de afroamericanos inmigrados. Hacia la década de 1860, en torno a unas 13.000 personas ya se habían establecido en la colonia liberiana. Estos migrantes establecerían un grupo social predominante, los américo-liberianos. A medida que la colonia fue creciendo territorial y demográficamente, y la ACS fue entrando en serios problemas económicos, los agentes coloniales y gobernadores de la compañía fueron trasfiriendo de forma progresiva las competencias administrativas a los colonos negros. En 1841 Joseph Jenkins Roberts, un comerciante instruido de origen virginiano, fue nombrado primer gobernador afroamericano de Liberia.
El último paso de este proceso fue la proclamación de Liberia como un estado libre e independiente, hecho que ocurrió el 26 de junio de 1847. Se estableció oficialmente una república con un sistema presidencialista y una constitución basada en la estadounidense, además de adoptar una bandera calcada a la de Estados Unidos. Roberts, considerado actualmente como el padre de la Nación liberiana, fue nombrado primer presidente del país.
Tensiones sociales y alianza con EE.UU.
Tras la Guerra de Secesión y la abolición definitiva de la esclavitud en EE.UU. por parte del presidente Abraham Lincoln, los proyectos de trasladar a las poblaciones afroamericanas a África irían olvidándose definitivamente, aunque ocasionalmente seguiría dándose la migración de afroamericanos al otro lado del Atlántico. Liberia quedó así como el único proyecto de retorno de tal índole que pudo desarrollarse de forma exitosa. Gracias a las circunstancias tan características del país, una república democrática africana ligada a EE.UU., Liberia pudo mantenerse fuera del reparto colonial de África tras la Conferencia de Berlín (1884-1885). Se limitó su espacio territorial, pero su soberanía fue reconocida y respetada internacionalmente.
A lo largo del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, los américo-liberianos, siguiendo el modelo social estadounidense heredado, mantendrían el control político y económico del país, mientras que los grupos étnicos indígenas fueron marginados, negándoles el derecho al voto, siendo tratados como ciudadanos de segunda y explotados. Se llegó incluso a producirse también el hipócrita fenómeno de practicar la esclavitud de los nativos por parte de los américo-liberianos, olvidando sus propios orígenes esclavos.
A medida que los oprimidos reclamaban cada vez más derechos, las tensiones entre la clase dirigente américo-liberiana y las etnias provocaron muchos conflictos. Estos serían fuertemente reprimidos por el poder américo-liberiano, contando con el apoyo de Estados Unidos. A cambio de la ayuda, Liberia se convirtió en un socio comercial preferente para el gobierno yankee. El caucho, recurso solicitado durante el boom de la industria automovilística norteamericana de comienzos del siglo XX, fue la base económica del país. El establecimiento en Liberia de la compañía de neumáticos Firestone para la extracción y comercialización del caucho, no exenta de controversias, dio un gran impulso económico a la república.
De esta forma, durante la mayor parte del siglo XX, Liberia experimentó períodos de gran estabilidad política y económica, alternados con los crónicos conflictos civiles. Aunque en un principio declaró su neutralidad, practicó una política de acercamiento a las Potencias Aliadas, uniéndose a su bando tanto en la Primera Guerra Mundial (1914-1918) como en la Segunda (1939-1945). Además mantuvo siempre sus buenas relaciones con Estados Unidos, pasando a ser su aliado principal en África durante la Guerra Fría.
Guerra civiles
Las tensiones sociales culminaron en 1980, cuando el militar Samuel Kanyon Doe, perteneciente a la etnia Krahn, tomó el poder en un golpe de Estado, interrumpiendo la larga tradición de gobiernos américo-liberianos. Doe gobernó de forma dictatorial, apoyado masivamente por las etnias, hasta que fue asesinado en 1990 durante una rebelión, lo que precipitó el estallido de la Primera guerra civil libanesa (1989-1996).
Conflicto muy cruento, se saldó con la subida al poder del américo-liberiano Charles Ghankay Taylor. Este gobernó el desgarrado país como un señor de la guerra hasta su derrocamiento y exilio al término de la Segunda guerra civil (1999-2003). Capturado y juzgado por crímenes de guerra y lesa humanidad en el tribunal de la Haya, actualmente Taylor cumple una condena de 50 años de prisión en el Reino Unido. El balance de estos casi quince años de guerra civil dejó más de 250.000 muertos (un 10% de la población), convirtiendo a Liberia en un país destruido.
Conclusiones
Liberia fue toda una anomalía histórica en el continente africano. Se mantuvo independiente de los intereses colonialistas de las potencias del Viejo Continente. Fue quizás la excepción que confirma la regla, viviendo un período de desarrollo inimaginable en otros lugares de África, lo cual no impediría que viviese períodos de inestabilidad social y guerras. Desde el final del último conflicto civil en 2003, al amparo de las misiones de paz de la ONU establecidas en el país, Liberia ha estado trabajando en la reconstrucción y la consolidación de la democracia. Aunque todavía hay grandes desafíos en la economía y la seguridad, además de verse fuertemente afectada por el brote del virus del ébola en 2014-15, en los últimos veinte años el país ha logrado importantes avances en la estabilidad política y la construcción de instituciones democráticas.
Tras el mandato presidencial de la economista Ellen Johnson-Sirleaf (2006-2018), galardonada en 2011 con el Premio Nobel de la Paz, la victoria electoral en 2018 del carismático y querido exfutbolista George Weah (Balón de Oro en 1995) supone una gran oportunidad para el establecimiento definitivo de la paz en Liberia. En definitiva, la historia del país de los libertos es una historia de la inicial lucha por la emancipación, y de la contradicción después. A pesar de los desafíos políticos, económicos y sociales, el país continúa (y continuará) trabajando para construir un futuro mejor para su pueblo.
Bibliografía
-Caranci, C. A. (2017). El nacimiento de Liberia: regreso a África en La aventura de la Historia, nº229, págs. 40-45.
-Caranci, C. A. (1997). Los 150 años de Liberia en Historia 16, nº260, págs. 40-49.
-Eliot Morison, S., Commager, H. S. y Leuchtenburg, W. E. (2017). Breve historia de los Estados Unidos. Madrid: Editorial Fondo de Cultura Económica de España.