Los virus no mueren

No, los virus no pueden morir. Pero tampoco son inmortales. La razón es muy simple: los virus no son seres vivos, cualidad indispensable para poder morir. Pero entonces, ¿qué es un virus? 

El ser humano, en su búsqueda de la verdad y curiosidad para explicar el mundo en el que vive, denomina y define todo lo que percibe a su alrededor. Llegó un momento en el que la comunidad científica se vio en la necesidad de definir el concepto de “ser vivo”  teniendo en cuenta los últimos conocimientos. Un ser vivo, cuenta con organización y puede  reproducirse, y también tiene un metabolismo propio y un desarrollo. Los virus carecen de estas dos últimas características.

Por supuesto que la definición de ser vivo la hemos hecho las personas y es susceptible de modificaciones. De hecho, la comunidad científica suele estar abierta a debates ya que uno de sus objetivos es aprender y entender. Pero, de momento, los virus se encuentran en un punto intermedio entre ser vivo y conjunto de moléculas orgánicas.

Bacteriófagos
Los bacteriófagos son virus que infectan bacterias y arqueas. En fotografía se observan muchos bacteriófagos infectado una célula bacteriana.

En concreto, los virus son partículas infecciosas de menos de 300 nm que cuentan con material genético en forma de ADN o ARN (ácidos nucleicos). El material genético del virus está protegido por una cápsula o cápside de proteínas. Como los virus no pueden replicarse por sí mismos, infectan a los seres vivos para conseguir dicho fin.

A los virus solo les interesa el metabolismo de otro ser vivo para poder replicarse. Lo único que necesitan es que estemos vivos durante el tiempo necesario para que ellos puedan completar su ciclo “vital”. Después, se van del organismo infectado y contagian otro nuevo y, es posible que en todo ese proceso, el ser vivo muera.

De hecho, según la Organización Mundial de la Salud, una de las principales causas de muerte en el mundo son las infecciones víricas, como por ejemplo la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, causada por el Nairovirus CCHF (por las siglas en inglés de Crimean-Congo hemorrhagic fever).

Funcionamiento de un virus

Los virus han evolucionado durante millones de años y están muy bien adaptados para infectar de la mejor forma posible a organismos muy específicos: plantas, bacterias, animales, hongos.

Como los virus no se replican mediante división celular – porque no son células– lo hacen infectando células vivas. En otras palabras, son parásitos intracelulares. Los virus, en su intromisión celular, manipulan la maquinaria ajena y la usan a su antojo. El mecanismo de infección es bastante complejo y varía entre los diferentes tipos de virus, pero básicamente se puede resumir de la siguiente manera:

En primer lugar, el virus reconoce moléculas específicas de la célula a la que va a infectar y así poder unirse a la célula adecuada. Esta unión es bastante específica y varias proteínas entran en juego en este punto para regular el proceso.

El siguiente paso es introducirse en la célula hospedadora. Normalmente se forma una vesícula que es invaginada o introducida dentro de la célula. Este paso se conoce como penetración.

Una vez dentro de la célula, los virus deben trabajar rápido antes de que la célula se defienda y los destruya. Por lo tanto, los virus liberan cuanto antes su material genético dentro del núcleo de la célula (en el caso de los virus con ADN) o del citoplasma (si son virus con ARN).

Por último, la célula, confundida, replica los genes víricos creyéndolos propios.

Estructura de un virus
Diagrama de la estructura de un virus. En el centro se observa el material genético del virus, rodeado por una cápside proteica y un envoltorio.

En función del tipo de infección que causen en la célula hospedadora, los virus pueden ser de varios tipos. Los hay que causan la muerte celular, otros mantienen la célula infectada y trabajando a su servicio permanentemente, algunos virus permanecen en la célula en estado latente sin causar daños, y otros están asociados a la aparición de tumores -porque inmortalizan a la célula permitiendo que esta se replique ilimitadas veces.

Clasificación

Los criterios que se utilizan para clasificar los virus están en revisión permanente y se basan en criterios tales como el tipo de genoma (ADN o ARN, cadena sencilla/doble, linear/circula, positiva/negativa, etc.), la simetría de la cápside, si tienen envoltura, el tamaño del virión y el lugar celular donde se replica el virus.

La Clasificación del biólogo David Baltimore, ganador del Premio Novel de Fisiología en 1975, organiza los virus en siete grupos (I-VII) y está basada en el método para producir ARN mensajero que presenta el virus en cuestión.

Vacunación

Normalmente, las vacunas se usan como método preventivo. Sin embargo, no siempre es así. La forma pasiva de vacunación consiste en administrar preparaciones de anticuerpos para neutralizar un virus. Es decir, este método se aplica en personas que ya han estado expuestas a un virus concreto o si corren el riesgo de estarlo en un futuro cercano. Con este método solo se protege el organismo durante un periodo de tiempo corto ya que los anticuerpos se degradan rápidamente.

La vacunación activa, por otro lado, consiste en inducir la respuesta inmune y proporciona una protección más duradera. Con estas vacunas se administra en el organismo, además de una mezcla de linfocitos T y anticuerpos neutralizados, virus atenuados o virus inactivados (que son los que están “muertos”).

Las vacunas del sarampión o de la varicela contienen virus atenuados, mientras que vacunas como la de la gripe o la rabia contienen virus inactivados.

Los antivíricos son también utilizados para combatir las infecciones víricas. Estos fármacos inhiben la capacidad infectiva del virus porque se parecen al material genético del virus, pero al ser ligeramente diferentes, son incapaces de terminar el proceso de replicación. Esto es, son como piezas inútiles del virus que impiden que este pueda reproducirse y dañar el organismo infectado. 

Referencias
  • Modrow S., Falke D., Truyen U., Schätzl H. (2013) Viruses: Definition, Structure, Classification. In: Molecular Virology. Springer, Berlin, Heidelberg
  • Modrow S., Falke D., Truyen U., Schätzl H. (2013) Vaccines. In: Molecular Virology. Springer, Berlin, Heidelberg
  • Rovenský J., Payer J. (2009) Virus. In: Dictionary of Rheumatology. Springer, Vienna
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