La Ruta 66 es también conocida en Estados Unidos como «La madre de todas las carreteras».
Vaqueros, serpientes de cascabel, veloces motoristas, desiertos del Salvaje Oeste y altas montañas siempre coronadas por la nieve se unen en este inhóspito paraje para conformar uno de los lugares más misteriosos y míticos del mundo.
También recibe los títulos de «Main street of America» (principal carretera americana) y «Will Rogers Highway» (carretera de Will Rogers, en honor a un legendario político, periodista, actor, humorista, guionista y cowboy estadounidense que nació en los territorios indios nativos de Oklahoma en 1879).
Su origen se remonta a principios de los años veinte, durante las primeras negociaciones políticas para la construcción de una red nacional de carreteras federales. La Ruta 66 (o U.S. 66) se integró rápidamente en este plan de transportes, siendo completamente señalizada y pavimentada antes de 1939.
El número 66 se debe en su nombre a que Cyrus Avery, principal promotor de la construcción de la ruta, quería ponerle un número redondo y fácil de recordar, y en un principio propuso el 60. Sin embargo, más adelante se decidió en sede parlamentaria que la U.S. 60 conectaría Virginia Beach con Missouri, así que Avery prefirió el 66 (no asignado todavía) porque pensaba que el mismo número repetido sería aún más fácil de recordar para los viajeros.
A principios de su historia, la Ruta 66 atravesaba 8 estados y creció enormemente en popularidad gracias sobre todo a los emigrantes que viajaban hacia el Oeste (durante la época de las tormentas de polvo y arena de los años 30), y numerosos negocios y particulares comenzaron a prosperar económicamente gracias a ella. No es que la Ruta 66 se convirtiera en uno de los principales motores empresariales de la zona; es que se transformó en el eje fundamental de la producción económica gracias a todas los negocios que se abrieron para proporcionar servicios a sus viajeros (talleres mecánicos, gasolineras, bares, restaurantes, cafeterías, hoteles, lugares de interés turístico o cultural…)
A pesar de su boyante empuje inicial, en 1956 empezó a construirse la nueva Red de Autopistas Interestatales de Estados Unidos; mejores carreteras, más rápidas y cómodas, lo que provocó que la Ruta 66 comenzara a caer en desuso. No obstante, fue la ayuda económica de todos aquellos que habían prosperado gracias a ella lo que consiguió mantenerla con vida y fama durante varias décadas más.
La legendaria U.S 66 fue finalmente retirada de la Red de Carreteras de Estados en 1985, al considerarse que su relevancia había caído en picado debido a que los viajeros preferían desplazarse por las nuevas autopistas interestatales, mejor asfaltadas, comunicadas y acondicionadas para viajar a través del continente.
No obstante, se dejaron algunas partes en estados del Sur del país, que actualmente se encuentran señalizadas con letreros de interés histórico, tanto físicamente en carretera como en los mapas.
Pero, ¿sigue existiendo en la actualidad? ¿Se puede viajar por ella?
Por supuesto que sí, solo que ahora no es ninguna carretera oficial que utilice nadie para ir al trabajo.
Actualmente pervive como atracción turística, y se calcula que aproximadamente cientos de miles de personas la recorren cada año.
Ya sea a lomos de una mítica Harley-Davidson para sentirte como uno de esos moteros que queman el asfalto a diario, o al volante de un coche o furgoneta, puedes prepararte para la aventura y atreverte a cruzarla de un extremo a otro.
También existen empresas que se encargan de buscarte alojamiento y planificar tu viaje por etapas para hacer lo más agradable y cómoda posible tu experiencia.
Paisajes extraordinarios que te cortarán la respiración, cañones, cordilleras, ríos, lagos, tormentas, tornados, ruedas de carretas, cráneos, casquillos de bala… Recorrer la Ruta 66 es como hacer un viaje al pasado: concretamente, al Salvaje Oeste que nos enseñaban las películas de indios de John Wayne.
La longitud total de la Ruta 66 actual es de 3945 kilómetros de distancia, empezando su origen en Chicago y terminando en Los Ángeles, recorriendo un total de ocho estados en dirección suroeste: Illinois, Misuri, Kansas, Oklahoma, Texas, Nuevo México, Arizona y California.
Es la manera perfecta de viajar desde los verdes y tranquilos prados de Illinois hasta las flamantes playas de Los Ángeles; una ruta que empieza en el Lago Míchigan y termina en Hollywood; una ruta obsoleta y en ocasiones abandonada que te hace entrar en contacto con los rincones más maravillosos del país.
No puedes dejar pasar, por ejemplo, Billy Goat Tavern, la taberna favorita de los periodistas de Chicago bajo los raíles del metro de la ciudad del viento que vimos en Spiderman: lugares donde músicos de soul y jazz se cobijan a la sombra de los grandes rascacielos.
O los viejos cementerios de coches abandonados: antiguas marcas como Chrysler, Cadillac, Chevrolet, Dodge, Plymouth se pudren por acción de los elementos en los márgenes de las carreteras; o los enormes murales pintados en todos los pueblos que decoran cada kilómetro de la vía.
Los ranchos de Texas donde se practica el rodeo, hamburguesas tradicionales, pueblos fantasma deshabitados, plantas rodadoras, carreteras rectas y solitarias, sheriffs, viejas edificaciones, cárceles y enormes trenes que en el pasado eran objetivos de saqueo por parte de bandoleros crean un ambiente mágico y místico en una ruta que no deja indiferente a nadie.
Recuerda procurar no quedarte nunca sin gasolina si la visitas, ¡y ten cuidado con los bandidos que asaltan los caminos!