El origen de la bandera española se remonta al reinado de Carlos III.
La mayoría de los españoles desconoce el significado, edad y gestación de la bandera de España, hoy conocida como «la rojigualda». En este artículo, nos vamos a centrar en la forma, colores y significado de la bandera, dejando a un lado lo suscitado desde entonces con el escudo.
Lo de «roji» está claro, pero el Gualda es como en heráldica se conoce al amarillo en referencia al color del oro.
Estamos en 1785, Carlos III es el Rey de España, anteriormente lo había sido de Nápoles. Los Borbones reinan en diversos reinos italianos; Nápoles, Sicilia, Parma y otros ducados. Pero en especial Francia, y por supuesto, España.
Los navíos de guerra en los reinos de la época eran llamados los barcos del rey, tradición mantenida solo por los británicos, cuyos barcos son titulados como H.M.S. «Her para reinas, y His para reyes, Majesty´s Ship. Por lo que la bandera de las distintas naciones borbónicas era simplemente el escudo del rey en cuestión. Y en esta dinastía en concreto, sobre el fondo blanco típico de la casa de los Borbones, la armada no defendía los territorios de una nación, sino los territorios de un rey. El concepto de nación política que actualmente entendemos, viene dado por las primeras constituciones modernas; estadounidense, francesa, polaca y española, y por lo tanto los usos de las banderas, eran distintos a los actuales.
La constitución de Cádiz, es veintisiete años posterior a este proceso. Escaramuzas navales entre navíos ingleses y españoles ocurridos en tiempos de paz, por haber confundido los británicos a los navíos hispanos, con cualesquiera de las distintas naciones borbónicas, al parecerse en exceso sus divisas. Hicieron tomar al gobierno de Carlos III, la decisión de cambiar la enseña nacional de sus barcos de guerra, y ya puestos, otra similar para la marina mercante, para que no volviese a producirse situación semejante.
«Para evitar los inconvenientes y perjuicios que ha hecho ver la experiencia puede ocasionar la Bandera Nacional de que usa Mi Armada Naval y demás Embarcaciones Españolas, equivocándose a largas distancias ó con vientos calmosos con la de otras Naciones, he resuelto que en adelante usen mis Buques de guerra…»
Aunque es reconocido que es Carlos III quien elige la nueva enseña nacional para sus barcos, donde manda patrón, no manda marinero, nunca mejor dicho. Un estudio de las circunstancias y de cómo se produjo el cambio de bandera, nos lleva a determinar que el verdadero artífice, y por ende, autor del significado, disposición y forma de la bandera actual de España, es obra de alguien que conocía el mar y la guerra naval.
Antonio Valdés y Fernández Bazán era el equivalente a ministro de marina de la época, aunque en la actualidad sería algo más que ministro. La lejanía de los distintos territorios españoles en América y Asia y la necesidad de comunicación, defensa y comercio, sumado a que España era la tercera fuerza naval del mundo y llave desequilibrante para las disputas Franco-Británicas, hicieron de Antonio Valdés y Fernández Bazán, un personaje de extraordinaria importancia en su época.
Ejemplo de marino ilustrado, Valdés y Fernández Bazán, había promovido distintas expediciones científicas, tales como; la conocida expedición Malaspina-Bustamante, o la del conocido Brigadier Churruca y otras más de extraordinaria importancia. De hecho, la península de Valdés en la actual Argentina, y una ciudad en Alaska llamada Valdez, fueron bautizadas en honor al ministro que promovió estas expediciones naturalistas, y así continúan llamándose hoy en día. Partícipe en diversos combates de mar, era un militar experto.
Supo seguir como ministro con la labor de recomponer y modernizar la marina española emprendida por anteriores consejeros de estado, ministros y capitanes generales de la Mar Océana del siglo XVIII.
Valdés, era un estadista, ilustrado y con gran interés por el mundo científico y por la modernidad que recorría toda Europa en el siglo de las luces. Cabe destacar que fue tío del conocido marino Cayetano Valdés. Decidido pues, el cambio de bandera para los navíos españoles, Valdés como ministro del asunto presenta al Rey un catálogo de diseños para elegir la nueva enseña nacional.
Es oportuno aclarar, que como está escrito, se presentó un concurso para la elección de la nueva bandera. Pero no con los términos en los que actualmente conocemos la palabra concurso, ya que en el Siglo XVIII, una acepción muy común de la palabra concurso, tenía como significado elegir entre varios. Y el concurso no era de diseñadores, sino que los diseños iban a concursar entre sí, por parte de un solo autor. En este caso, Antonio Valdés.
Aclaración de vital importancia, y como puesta en valor, ya que no se escogió la bandera de España por meros gustos plásticos, sino que todo el proceso estuvo determinado por encontrar una bandera nueva que no permitiera equivocaciones en el mar con otras naciones.
Un primer vistazo al catálogo de diseños que el ministro presenta a su rey, nos permite observar dos patrones que se repiten en los 12 proyectos: la disposición horizontal de las franjas que forman la bandera y los colores extremadamente llamativos.
Franjas horizontales.
Entendamos que le ocurre a un paño cuando este se cuelga desde un mástil en la popa de un navío. Principalmente que casi nunca va a estar estirado por acción del viento, sino que va a sufrir una serie de pliegues la mayoría de las veces; o en de ausencia de viento, un recogimiento replegado en sí, desde el punto donde se sujete ésta en lo alto del mástil, o atada al extremo de la verga que sostiene la vela cangreja.
Por lo que un auténtico conocedor de esta circunstancia, tomará la precaución de no poner en sus diseños gruesas franjas verticales como ocurre, por ejemplo, en la actual bandera francesa. Además la disposición aleatoria del paño en ausencia de viento, puede producir que solo uno de los colores de la bandera sea visto en la lejanía por las primitivas lentes de los catalejos de la época o en la oscuridad de la noche.
Colores llamativos.
Recordemos que el color predominante en alta mar es el azul. El cielo y el océano toman este color ocupando todo el entorno de las embarcaciones.
Si la circunstancia del cambio de enseña es evitar la confusión, una medida a tener muy en cuenta es hacer de la nueva bandera una conjunción de colores explícitamente contrastables con el azul.
Hoy en día se sigue utilizando esta providencial medida que bien previó Valdés en sus diseños para distinguir en casos dramáticos, y facilitar la búsqueda de botes de naufragio, balizas, señales, etc.
Es común hoy ver el rojo y el amarillo o la combinación de ambos. Cuando vea los chalecos salvavidas en los aviones modernos piense que el color de estos tiene la misma razón de ser que la bandera de España: distinguirse en el océano. Pero existen, aparte de estas dos consideraciones, otras circunstancias que nos llevan a pensar en la verdadera intención del ministro Valdés en la elección final de la bandera.
Pero como ya hemos explicado antes, fue Carlos III quien sanciona la sustitución, y aparece como auspiciador de la nueva bandera.
Colocación privilegiada de la primera opción de Valdés.
En el pliego de doce propuestas que presentó Antonio Valdés el diseño que finalmente acabó eligiéndose aparece en un lugar privilegiado, es decir, arriba y a la izquierda. El primer boceto en ser dibujado y el primero en ser debatido con el rey.
Cambio del grosor de las franjas respecto del primer diseño.
En la elección final de la bandera, aparece una circunstancia en un principio menor pero que bajo el estudio del comportamiento en el mar de las banderas se comprueba que tiene máxima importancia. Y es el porqué de la añadidura de distintos grosores en las franjas al diseño sancionado.
Cuatro circunstancias hacen pensar que Antonio Valdés fue el artífice de la elección de la bandera nacional española:
- Disposiciones horizontales de las franjas, requerimiento que solo un marino puede tener.
- Colores llamativos en fondo azul, nuevamente precaución a la hora de diseñar típica de un marino.
- Colocación privilegiada en el catálogo, el primero de los diseños es el que se acaba eligiendo.
- Cambio del grosor de las franjas. ¿otra cautela esgrimida por un hombre de mar?
(*) Todas las ilustraciones de este artículo han sido dibujadas por el autor.