Percepción | La codificación facial

Antes de entrar en el terreno de la codificación facial, es importante comprender dos conceptos clave que actúan directamente en el análisis de los movimientos gestuales del individuo:

  1. La percepción:

Es el modo que tiene el cerebro de interpretar los estímulos sensoriales que se generan en su entorno y que éste recibe a través de los sentidos. Gracias a la percepción, se genera una impresión consciente de la realidad.

La percepción visual es la implicada en el proceso de codificación facial gracias a la interpretación de los estímulos visuales. Está relacionada con los conocimientos previos y con el estado emocional del individuo expuesto.

  1. Las emociones:

Son reacciones orgánicas psicofisiológicas que surgen para adaptar al individuo a determinado estímulo. Las emociones alteran la atención, provocando reacciones conductuales que responden a lo que la persona esté percibiendo.

A nivel fisiológico, las emociones pueden generar respuestas en múltiples sistemas biológicos. Entre ellos las expresiones faciales, como es el caso que nos ocupa.

Para estudiar todos estos elementos relacionados con los mecanismos neurológicos de las emociones existe una rama de la neurociencia llamada Neurociencia Afectiva.

Uno de los hitos que más relevancia ha adquirido a lo largo del tiempo es el descubrimiento por parte de Paul Ekman y sus colaboradores de que existen seis emociones básicas que actúan como raíz de otras más elaboradas.
Estas emociones biológicamente primarias se consideran universales, y son:

  1. Sorpresa
  2. Asco
  3. Tristeza
  4. Ira
  5. Miedo
  6. Alegría

A día de hoy el debate respecto a la validez indubitable de este sistema de categorización sigue abierto. No obstante, es uno de los modelos más reconocidos por la comunidad científica.

La expresión facial está ligada a la mirada. El hombre, como individuo dotado de inteligencia sensible, emplea ambos medios para la interpretación y expresión de emociones.

A menudo se usan para regular las interacciones entre locutores y para reforzar al receptor de la comunicación.

La codificación facial es una disciplina que se emplea para descifrar las emociones y sentimientos de otro individuo en base a las expresiones de su rostro.

Darwin fue el primero en sentar las bases de la codificación facial en su obra Expresión de Emociones en Personas y Animales.

Las expresiones faciales están conectadas directamente con lo que siente el individuo. La amígdala y el córtex motor actúan en el procesamiento de las emociones. Gracias a esa interacción se generan una serie de impulsos eléctricos que son posteriormente transmitidos por el nervio facial, dando lugar a movimientos involuntarios en la cara.

La codificación facial puede llevarse a cabo por medio exclusivo de la observación. No obstante no daría lugar a un análisis detallado y certero.

Para asegurar un resultado óptimo se emplean software desarrollados por empresas que identifican los puntos clave del rostro: Los extremos de las cejas, la punta de la nariz y la comisura de los labios.

Paul Ekman y Wallace V. Friesen desarrollaron un sistema completo de codificación facial conocido como Facial Action Coding System, o FACS.

Este sistema se basa en decodificar los movimientos faciales en unidades específicas de acción a las que se les llama UA.

Una UA es una contracción o relajación de un músculo o grupo muscular.

Siguiendo las pautas del Sistema de Codificación Facial de emociones, se pueden distinguir por ejemplo dos tipos de sonrisas:

  • Pan – Am Smile: Es una sonrisa deshonesta y se genera de forma voluntaria. Surge por la contracción del músculo cigomático mayor.
  • Duchenne Smiile: Es el resultado de una acción involuntaria y sincera. Se produce por la contracción del cigomático mayor y de la parte inferior del músculo orbicular de los ojos.
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